Por qué mi bebé tiembla como si tuviera frío y qué hacer
Si tu bebé tiembla como si tuviera frío es posible que sea una respuesta normal a una sensación de frío o un reflejo involuntario. Sin embargo, si esto ocurre con frecuencia es importante que lo consultes con su pediatra para descartar posibles problemas médicos. Siempre busca el consejo de un profesional de la salud para situaciones específicas. Es completamente natural que te preocupes cuando ves que tu bebé tiembla como si tuviera frío.
Comprendemos tus inquietudes y queremos asegurarte que no estás sola en este viaje de crianza. Por ello, en este artículo de paraBebés te explicaremos por qué mi bebé tiembla como si tuviera frío y qué hacer, las posibles razones detrás de este fenómeno y cómo garantizar su bienestar. Juntos/as, desmitificaremos este tema y te brindaremos consejos prácticos para que puedas cuidar de tu bebé con confianza y comprensión.
Cómo se llama cuando los bebés tiemblan por frío
Cuando los bebés recién nacidos tiemblan como si tuvieran frío, se conoce como temblor neonatal. Este tipo de temblor es bastante común en esta etapa y suele manifestarse durante los primeros días o semanas de vida. Particularmente en los recién nacidos sanos, es común que se presentan una serie de movimientos, gestos y actitudes que son expresión de la maduración del sistema nervioso[2], tanto en el sueño como cuando están despiertos.
En la gran mayoría de los casos, el temblor neonatal es una respuesta normal del sistema nervioso inmaduro de los bebés a las demandas del mundo exterior. Además, es necesario destacar que este temblor no está relacionado con la sensación de frío en el sentido tradicional, sino que es más una reacción fisiológica a la adaptación del bebé a su nuevo entorno.
Este fenómeno se ha sido descrito en una proporción alta en bebés, llegando a observarse en un 44% en los primeros estudios de observación de bebés sanos[2].
Cuándo se produce el temblor neonatal
El temblor neonatal generalmente se presenta en momentos específicos, como cuando el bebé se siente estimulado o excitado, como durante la alimentación o cuando llora. Además, es más evidente cuando el bebé realiza movimientos finos, como tratar de alcanzar un objeto o mover las extremidades de manera delicada.
Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, el temblor neonatal es una respuesta benigna y temporal que desaparece a medida que el sistema nervioso del bebé crece, se desarrolla y madura. Sin embargo, es fundamental distinguirlo de otros problemas de salud más graves, como las convulsiones o los espasmos infantiles que pueden tener causas diferentes y requieren atención médica inmediata, sobre todo en bebés mayores de 28 días de vida.
Por lo general, el temblor en bebés pequeños o recién nacidos es inofensivo y desaparecerá a medida que tu bebé crezca y su sistema nervioso se desarrolle por completo. De hecho, con frecuencia se diagnostican erróneamente como convulsiones, lo que da lugar a investigaciones y a tratamientos innecesarios con anticonvulsivos que pueden ocasionar efectos secundarios potencialmente dañinos[3].
Por qué mi bebé tiembla como si tuviera frío
Existen varias razones fisiológicas o normales detrás del temblor en bebés:
Inmadurez del sistema nervioso
La inmadurez del sistema nervioso es una de las principales razones detrás del temblores, que suelen ser una parte normal del neurodesarrollo. Los bebés nacen con un sistema nervioso en desarrollo, por lo que al principio su capacidad para coordinar movimientos voluntarios es limitada. Este temblor suele ser más evidente cuando el bebé realiza movimientos precisos, como intentar agarrar un objeto.
Una característica importante de los temblores benignos es que desaparecen cuando hacemos contención o sujeción de la extremidad que tiembla. Por el contrario, cuando la causa es patológica o debida a una enfermedad, el temblor no cede al sujetarla dicha extremidad. A medida que el sistema nervioso madura, estos temblores irán desapareciendo gradualmente.
Temblor como respuesta al estrés
El temblor en bebés pequeños también puede ser una respuesta al estrés. Los recién nacidos son sensibles a su entorno y pueden temblar cuando se sienten incómodos o hambrientos. Por ejemplo, si tu bebé tiene hambre y está esperando ser alimentado, es posible que manifieste temblores como una señal de su necesidad.
En estos casos, responder a las necesidades de tu bebé de manera oportuna, como proporcionarle alimento o cambiar su pañal si es necesario, generalmente aliviará el temblor.
El temblor como ajuste a la temperatura
Los recién nacidos tienen dificultades para regular su temperatura corporal y pueden temblar como una respuesta natural para generar calor. Por ello, el temblor en bebés también puede ser una forma de ajustarse a la temperatura. Esto es más común cuando están expuestos al frío, como al sacarlo de una bañera con agua caliente.
Para prevenir el temblor debido al frío, asegúrate de mantener la habitación del bebé a una temperatura cálida y abrígalo adecuadamente.
El reflejo de Moro
El reflejo de Moro es un reflejo infantil común en bebés que puede causar movimientos involuntarios cuando el bebé se siente asustado o incómodo, incluyendo temblores. Este reflejo generalmente se desencadena cuando percibe una sensación de caída o pérdida de apoyo en su cabeza. Por lo general, ocasiona que los brazos del bebé se extienden hacia afuera y después se cierren nuevamente.
Este reflejo disminuirá gradualmente a medida que el bebé crece hasta desaparecer del todo. En el siguiente artículo te explicamos Por qué mi bebé se asusta mucho mientras duerme y cómo evitarlo.
Qué hacer si mi bebé tiembla como si tuviera frío
A continuación te dejamos algunos consejos para lidiar con el temblor en tu bebé:
1. Alimentación regular y a demanda
La alimentación regular es clave para prevenir los temblores relacionados con el hambre. Los bebés tienen estómagos pequeños y necesitan alimentarse cada pocas horas. Si tu bebé no recibe suficiente alimento o pasa demasiado tiempo entre las comidas, es más probable que experimente temblores debido al hambre.
Para evitarlo, mantén un horario de alimentación regular y responde a las señales de hambre de tu bebé para asegurarte de que esté bien alimentado y satisfecho.
2. Mantén la habitación a una temperatura adecuada
Un ambiente adecuadamente cálido es esencial para evitar que tu bebé tiemble debido al frío. Por ello, asegúrate de que la habitación donde duerme tu bebé esté a una temperatura agradable y evita las corrientes de aire.
Por otra parte, viste a tu bebé con ropa adecuada para cada temporada y, si es necesario, utiliza mantas ligeras para mantenerlo abrigado, sin embargo mientras duerme es más aconsejable una pijama cálida, ya que no se recomienda que los bebés duerman arropados con mantas debido al riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante.
3. Establece contacto piel con piel
El contacto piel a piel con tu bebé le resultará reconfortante y puede ayudar a mantenerlo cálido. La piel de tu bebé en contacto con la tuya genera calor, lo que puede ser especialmente útil para calmarlo si está temblando debido al frío o al estrés.
De igual modo, el contacto piel con piel fortalece el vínculo emocional entre tú y tu bebé.
3. Consulta a un pediatra si persisten las preocupaciones
Aunque en la mayoría de los casos el temblor en bebés es una parte normal del desarrollo, si notas que los temblores persisten, no desaparecen al sujetar la extremidad, empeoran o se acompañan de otros síntomas preocupantes, como cambios en la piel o el color de los labios, irritabilidad extrema o dificultad para respirar, es importante que acudir a su pediatra de forma inmediata.
Estos síntomas podrían indicar un problema subyacente que requiere evaluación y atención médica, como por ejemplo crisis epilépticas o espasmos infantiles. Es importante diagnosticar con precisión las crisis epilépticas en las primeras etapas de la vida para optimizar el tratamiento y el pronóstico[1].
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- Cross JH. (2013). Differential diagnosis of epileptic seizures in infancy including the neonatal period. Semin Fetal Neonatal Med ;18(4):192-5. doi: 10.1016/j.siny.2013.04.003. Epub 2013 Apr 30. PMID: 23642846.
- Guillén Pinto D, Medina Alva P. (2018). Trastornos paroxísticos no epilépticos neonatales. Medicina. 78(Supl. 2), 42-46. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802018000600009&lng=es&tlng=es.
- Huntsman RJ, Lowry NJ, Sankaran K. (2008). Nonepileptic motor phenomena in the neonate. Paediatr Child Health :680-4. doi: 10.1093/pch/13.8.680. PMID: 19436521; PMCID: PMC2606074.
- Volpe J, Inder T, Darras B, et al. (2018) Volpe’s neurology of the newborn (6th ed). Philadelphia, PA: Elsevier.