Por qué mi bebé se golpea la cabeza con sus manos

A partir de los 6 meses de edad, aproximadamente, los bebés comienzan a tener un mayor control de sus movimientos corporales. Es entonces cuando comienzan a dirigir brazos y piernas para hacer ciertas acciones de forma coordinada, entre ellas, golpearse la cabeza, volviéndose un comportamiento más frecuente alrededor del primer año de vida.

Normalmente, suele responder a pequeñas frustraciones que se presentan a lo largo del día y que, como no han desarrollado todavía las estrategias necesarias para afrontarlas, las manifiestan así. Por ejemplo, si tu bebé quiere coger algún objeto que no debería y lo apartas de su vista, seguramente comience a llorar, gritar o golpearse la cabeza con sus manos porque no sabe gestionar y expresar sus emociones de otro modo. Hay otros muchos motivos detrás de estas conductas como son los neurológicos o psico-sociales, pero se dan en un menor porcentaje de casos. ¿Hasta qué punto es normal esta actitud? Vamos a verlo a continuación.

Como vemos, es bastante frecuente que un bebé se golpee en la cabeza. No conlleva ningún problema mientras el bebé no se llegue a lesionar haciéndolo y mientras no sea una conducta tan repetitiva que condicione su rutina habitual. Es decir, si se golpea la cabeza en momentos de frustración muy puntuales y sin que vaya a más, es un comportamiento que muestran muchos niños y niñas en algún momento de su desarrollo. La frustración es un sentimiento desagradable causado por no satisfacer un deseo inmediato. Se manifiesta con reacciones de enfado o ira y, en bebés, niños y niñas, se puede identificar también a través del llanto desconsolado y gritos. Su duración es variable en cada uno y, normalmente, desaparece progresivamente antes de cumplir los 2 años de edad, coincidiendo con el inicio de las típicas rabietas infantiles que cambiarán su forma de expresar sus frustraciones.

Esto no quiere decir que sea normal y es necesario averiguar y asegurarse de la causa que está llevando a nuestro bebé actuar de ese modo. La frustración es un sentimiento que se puede trabajar, sobre todo para poder gestionar la reacción ante ciertas circunstancias.

¿Cuándo preocuparse?

¿Qué pasa si la conducta va a más y se repite con bastante frecuencia? Si consideras que tu hijo o hija se golpea la cabeza con demasiada frecuencia o fuerza, llegando incluso a causarse algún tipo de lesión, la mejor solución es consultar con un psicólogo o una psicóloga que estén especializados en las conductas infantiles. Estos comportamientos pueden variar y comenzar a golpearse contra el suelo o la pared, por ello es fundamental controlarlos desde un primer momento.

En este sentido, el objetivo de padres y madres es evitar que esas conductas se vuelvan repetitivas y que se conviertan en una rutina de cada día de sus hijos e hijas. Para ello, vamos a ver una serie de consejos que funcionan en estos casos:

• Calma. No mostrar nerviosismo o angustia ante su actitud: esto solo reforzará la acción de golpearse ya que verá tu atención centrada en eso. Lo ideal es mantener actitud tranquila.
• Afecto. Estar ahí y darle un abrazo si lo necesita. Muéstrale amor y apoyo.
• Distracción. Ofrecerle una alternativa de juego. El objetivo es desviar la atención de lo que está haciendo y darle algo más interesante que centre su curiosidad.
• El entorno. Un ambiente tranquilo, ordenado y rico en estímulos adecuados a la edad de cada bebé, reducirá este tipo de comportamientos.

En definitiva, los bebés pasan por diferentes etapas de desarrollo en las que tendrán comportamientos que nos sorprendan a pesar de ser bastante habituales en la población infantil . Nosotros, como adultos responsables, debemos proporcionarle un ambiente seguro y estimulante que les permita crecer de una forma óptima y, en caso de ver algún comportamiento preocupante, acudir al especialista o a la especialista correspondiente para que lo valore y de las pautas necesarias.

Por último, es importante saber Cómo trabajar las emociones en los niños y las niñas.

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