Estoy embarazada y mi pareja no lo quiere, ¿qué hago?

Si te preguntas qué hacer si mi novio no quiere tener el bebé, lo más recomendable es llevar la situación de forma calmada y paciente. Si te exaltas conseguirás transmitir todas esas preocupaciones al bebé y no quieres que eso ocurra.

Piensa que esta realidad no es personal y se resolverá pronto con amor. Muchas veces, ese sentimiento de desapego solo dura un par de meses y luego desaparece cuando llega el momento del nacimiento. Estas técnicas de relajación para adultos pueden ayudarte a mantener la calma.

Ante situaciones difíciles que no se resuelven fácilmente, es aconsejable acudir a una terapia de pareja en la que podáis hablar de la situación y recibir una explicación y apoyo profesional de porqué está ocurriendo y cómo resolverlo. En este artículo también encontrarás herramientas sobre cómo superar una crisis de pareja.

Asumir el rol de la paternidad es diferente para cada persona. Generalmente, es normal que surjan dudas e inseguridades en cuestiones económicas, sobre si la casa es adecuada o si se dispondrá de tiempo suficiente para atender al bebé, entre otras barreras que pueden interferir en la decisión de asumir el rol adecuadamente.

Entonces, ¿cómo hacer para que mi novio quiere tener un bebé? Es importante que podáis hablar y tratéis de identificar sus inquietudes para entender la raíz de la resistencia. Normalmente, este tipo de problemas no se resuelven solos, pero existen alternativas para que el futuro padre obtenga una visión objetiva y valiosa. En estos casos, es bueno contar con la opinión de un amigo de confianza o terapeuta que ayude sin juzgar.

¿Por qué tu pareja te rechaza en el embarazo? Cuando existen crisis de sin solucionar antes de quedarte embarazada, es probable que se manifiesten con más fuerza al recibir la noticia o en el transcurso de la gestación. Si hay indicios de falta de interés, habrá una crisis porque ahora la atención debe ser doble y no todas las personas están preparadas para este cambio.

Por ello, si existen problemas en la relación y no se ha hablado del tema de la maternidad/paternidad con sinceridad, pueden abrirse grietas. Principalmente, esto ocurre cuando uno de los integrantes siente más inclinación por tener un bebé que el otro. Cuando el futuro padre solo busca tener una relación y no un hijo, como futura madre te tocará tratar de consolidar los vínculos con tu cónyuge de una forma sutil, pero firme.

En los casos en los que hay problemas en la pareja, siempre existe la ilusión de que el bebé ayudará a rescatar la relación, pero, lamentablemente, no siempre es así. Por el contrario, pueden manifestarse todavía más malentendidos en la relación.

Estoy embarazada y mi pareja no lo quiere, ¿por qué puede ser? Es probable que esté dudando acerca de su capacidad para asumir el rol de padre adecuadamente. Es normal que se sienta abrumado ante la realidad que debe afrontar.

Además, si no estaba en sus planes mantener una relación duradera con la persona con la que tendrá a su hijo/a, la situación es mucho más compleja. Ante esta situación, deberá tomar una decisión que le permita estar en paz y tranquilo, pero a la vez asumir el compromiso con madurez.

Cuando el embarazo es planeado y todo marcha bien, pero tu pareja comienza a dudar o rechazar la noticia de ser papá, puede ser debido a un trauma de la infancia. Probablemente, esté relacionado con abandono paterno, maltrato o falta de cariño familiar. Estos factores pueden provocarle miedo a la hora de forma una familia propia y asumir la responsabilidad que un/a hijo/a requiere.

En estos casos, es importante que solucione esos temas no abordados sobre el pasado y la intimidad en el hogar. En este artículo, te contamos cómo superar un trauma de la infancia.

Las embarazadas experimentan cambios hormonales característicos que pueden hacerlas sentir más susceptibles y menos tolerantes que en condiciones normales. Existen casos en los que las parejas no saben manejar esos cambios de humor y eligen alejarse mientras todo se calma.

Esta actitud puede ser interpretada como falta de interés o rechazo hacia el bebé o una misma, lo que genera ansiedad, tristeza y molestia, y provoca discusiones o peleas. En estos casos, es importante saber que esta condición no dura para siempre y que, al finalizar la gestación, se suele normalizar.

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