Salud en el embarazo

Rosquillas de anís en el embarazo, ¿son seguras?

 
Yurisbeth Zanotty
Por Yurisbeth Zanotty, Enfermera UCIN. 10 julio 2025
Rosquillas de anís en el embarazo, ¿son seguras?

El embarazo es una etapa de antojos, de aromas que evocan recuerdos y de un deseo profundo por disfrutar de pequeños placeres. En muchas culturas, especialmente en España y gran parte de Latinoamérica, las rosquillas de anís son un postre tradicional, un dulce que nos conecta con la cocina de las abuelas y las celebraciones familiares.

La preocupación por la alimentación durante la gestación es fundamental, y es inteligente cuestionar cada ingrediente. El anís, con su sabor y aroma característicos, es una especia que a veces genera dudas. Por ello, es completamente natural que una futura mamá se pregunte: ¿puedo disfrutar de unas rosquillas de anís en el embarazo? ¿Son seguras para mí y para mi bebé? ¡Sí! Pero con algunas consideraciones.

En el siguiente artículo de paraBebés, te explicaremos los detalles y cuál es la mejor manera de consumirlas de forma segura y sin preocupaciones.

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Índice
  1. ¿Se pueden comer rosquillas de anís en el embarazo?
  2. ¿Cómo comer rosquillas de anís en el embarazo?
  3. ¿Cuántas rosquillas de anís se pueden comer durante el embarazo?
  4. ¿Qué efectos secundarios puede tener el anís en el embarazo?
  5. ¿Qué contraindicaciones hay de las rosquillas de anís en el embarazo?

¿Se pueden comer rosquillas de anís en el embarazo?

En una respuesta corta y tranquilizadora la palabra es: sí, en general, se pueden comer rosquillas de anís durante el embarazo de forma ocasional y con moderación, siempre que no exista una condición médica que lo desaconseje (como la diabetes gestacional) y que formen parte de una dieta saludable y equilibrada.

La cantidad de anís que se utiliza para aromatizar la masa de unas rosquillas, es muy pequeña. Su propósito es dar sabor y aroma. En estas dosis tan bajas, el anís no se considera que tenga efectos farmacológicos significativos y por lo tanto, es seguro durante el embarazo.

Las precauciones que a veces se leen sobre el anís en el embarazo se refieren a su uso en dosis altas y concentradas, como en:

  • Aceites esenciales de anís: son extremadamente concentrados y no deben ingerirse.
  • Tés o infusiones de anís muy cargadas y frecuentes: el anís contiene un compuesto llamado anetol, que tiene propiedades estrogénicas (imita a la hormona estrógeno). En dosis altas, teóricamente podría interferir con el equilibrio hormonal del embarazo. Aquí te dejamos las "Infusiones prohibidas en el embarazo".
  • Suplementos o extractos de anís.
  • Licores a base de anís (que además contienen alcohol, el cual está totalmente contraindicado).

En síntesis debes saber que el anís en tu rosquilla es un saborizante, no un tratamiento herbal. Su cantidad es segura.

¿Cómo comer rosquillas de anís en el embarazo?

Disfrutar de un antojo de forma inteligente es posible. Es importante que verifiques que no contenga anís estrellado, ya que este tipo puede ser tóxico en grandes cantidades.

Si decides comer rosquillas de anís, aquí te dejamos algunas recomendaciones para hacerlo de la manera más saludable y segura posible:

  • Con moderación y de forma esporádica: este es el consejo más importante. Trata las rosquillas de anís como lo que son: un dulce o un postre para una ocasión especial, no como un snack para el día a día. Te contamos cuáles son los "Postres prohibidos en el embarazo" en este otro post de paraBebés.
  • Cocina casera o de calidad artesanal: hacerlas en casa te da el control total sobre los ingredientes, además que puedes hacer versiones más saludables, con baja cantidad de azúcar, sustituyendo una parte de la harina refinada por harina integral, horneándolas en lugar de freírlas, entre tras estrategias saludables. Si las compras, opta por panaderías o pastelerías artesanales de confianza donde sepas que usan ingredientes de buena calidad.
  • Acompáñalas de alimentos saludables: como una infusión segura o una fruta, para mantener el equilibrio nutricional.
Rosquillas de anís en el embarazo, ¿son seguras? - ¿Cómo comer rosquillas de anís en el embarazo?

¿Cuántas rosquillas de anís se pueden comer durante el embarazo?

No existe una cantidad exacta de rosquillas de anís en el embarazo que se pueda prescribir. La cantidad adecuada se define por los principios de moderación, equilibrio y el contexto de tu dieta y salud general.

Para una mujer embarazada sana, sin problemas de peso ni de azúcar en sangre, disfrutar de una o dos rosquillas de tamaño normal de forma ocasional (por ejemplo, una vez a la semana o cada dos semanas, en el contexto de una ocasión especial) se considera una cantidad perfectamente razonable.

El problema no es comerse una rosquilla. El problema surge cuando "una" se convierte en media docena, o cuando el consumo ocasional se transforma en un hábito diario. Esto puede desplazar el consumo de alimentos más nutritivos y contribuir a un aumento de peso excesivo.

Por otro lado, está completamente contraindicado si tienes diabetes gestacional. El alto contenido de azúcar y harina refinada de una rosquilla, puede causar un pico de glucosa muy difícil de controlar. En este caso, incluso una sola rosquilla podría estar desaconsejada. Es importante que consultes a tu médico o nutricionista, antes de consumir cualquier tipo de dulce, incluyendo las rosquillas de anís.

¿Qué pasa si tengo diabetes gestacional y mi bebé se mueve mucho? ¡Te lo contamos aquí!

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¿Qué efectos secundarios puede tener el anís en el embarazo?

Los posibles efectos secundarios de comer rosquillas de anís en el embarazo rara vez provienen del anís en sí (en dosis culinarias), sino de la composición general del dulce. Te describimos alguno de ellos a continuación:

  • Picos de glucosa en sangre: el alto contenido de azúcar y carbohidratos refinados se absorbe rápidamente, provocando un aumento brusco del azúcar en sangre.
  • Aumento de peso excesivo: las rosquillas, especialmente si son fritas y glaseadas, son muy densas en calorías.
  • Molestias digestivas: la acidez y el ardor de estómago son muy comunes en el embarazo debido a los cambios hormonales y la presión del útero. Los alimentos fritos, grasos y muy azucarados como las rosquillas pueden empeorar estos síntomas.
  • Reacciones alérgicas: es posible tener una alergia al anís o a plantas de su familia (como el hinojo o el eneldo), aunque es poco común. Los síntomas podrían incluir urticaria, hinchazón o molestias gastrointestinales.

¿Qué contraindicaciones hay de las rosquillas de anís en el embarazo?

Existen situaciones específicas en las que el consumo de rosquillas de anís (y de la mayoría de los dulces similares) estaría contraindicado o fuertemente desaconsejado.

  • Diabetes gestacional o diabetes mellitus preexistente: esta es la principal y más importante contraindicación.
  • Aumento de peso excesivo: si tu médico te ha indicado que necesitas controlar tu aumento de peso debido a que está siendo demasiado rápido, los alimentos de alta densidad calórica y bajo valor nutricional como las rosquillas deberían ser los primeros en limitarse o eliminarse.
  • Niveles elevados de triglicéridos (hipertrigliceridemia): las dietas altas en azúcares refinados y grasas pueden empeorar esta condición, por lo que las rosquillas estarían desaconsejadas.
  • Alergia conocida al anís: si tienes una alergia diagnosticada al anís o a plantas como el hinojo, el eneldo, el apio o el cilantro, debes evitar las rosquillas de anís y cualquier producto que lo contenga.

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Bibliografía
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