Salud en el embarazo

Qué tipos de embarazo existen y sus síntomas

 
Yurisbeth Zanotty
Por Yurisbeth Zanotty, Enfermera UCIN. 29 abril 2025
Qué tipos de embarazo existen y sus síntomas

Los tipos de embarazo que existen son el intrauterino, ectópico, múltiple, molar, bioquímico, anembrionario, de alto riesgo y prolongado o postérmino. El periodo de gestación puede desarrollarse de diversas formas, cada una con sus propias características y con síntomas particulares.

En este artículo de paraBebés exploraremos qué tipos de embarazo existen y sus síntomas. Te explicamos las características de cada uno de ellos, tanto los más comunes como aquellos asociados a una situación particular o a una complicación.

Índice
  1. Embarazo intrauterino
  2. Embarazo ectópico
  3. Embarazo múltiple
  4. Embarazo molar
  5. Embarazo bioquímico
  6. Embarazo anembrionario
  7. Embarazo de alto riesgo
  8. Embarazo prolongado o postérmino

Embarazo intrauterino

El embarazo intrauterino es el tipo de gestación más común. Ocurre cuando el óvulo fecundado viaja por la trompa de Falopio y se implanta dentro de la cavidad principal del útero. Aquí es donde el embrión tiene el espacio y el soporte adecuados para crecer durante los nueve meses.

Los síntomas de un embarazo intrauterino normal pueden variar enormemente de una mujer a otra, e incluso entre embarazos en la misma mujer, pero los más comunes incluyen:

  • Ausencia de menstruación: suele ser el primer signo que alerta sobre un posible embarazo.
  • Náuseas y vómitos: comúnmente conocidas como "náuseas matutinas", aunque pueden ocurrir en cualquier momento del día. Suelen empezar alrededor de la semana 6 y disminuyen hacia el final del primer trimestre, aunque pueden perdurar más tiempo.
  • Fatiga o cansancio extremo: muy común en el primer trimestre debido a los cambios hormonales y al esfuerzo del cuerpo para desarrollar el embarazo.
  • Sensibilidad e hinchazón de los pechos: los pechos aumentan su tamaño y es común que duelen y estén sensibles al tacto. Las areolas pueden oscurecerse.
  • Aumento de la frecuencia urinaria: la presión del útero en crecimiento sobre la vejiga y los cambios hormonales hacen que necesites orinar más a menudo.
  • Antojos o aversiones alimentarias: cambios en el apetito y preferencias por ciertos alimentos, o rechazo a otros que antes gustaban.
  • Cambios de humor: las fluctuaciones hormonales pueden provocar irritabilidad, llanto fácil o sensibilidad emocional.
  • Manchado leve o cólicos suaves: algunas mujeres experimentan un ligero sangrado rosado o marrón, cólicos leves alrededor del momento en que el embrión se implanta en el útero, aproximadamente 6-12 días después de la concepción.
  • Síntomas posteriores: a medida que avanza el embarazo, aparecen otros síntomas como el crecimiento visible del abdomen, los movimientos fetales, acidez estomacal, estreñimiento, dolores de espalda y las contracciones de Braxton Hicks.

Embarazo ectópico

Un embarazo ectópico es una complicación grave en la que el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, mayormente en las trompas de Falopio. No es viable y puede poner en riesgo la vida si no se trata rápidamente, ya que el crecimiento del embrión puede provocar la ruptura de la estructura donde de ha implantado, provocando una hemorragia interna. En este artículo te contamos Hasta qué semana puede avanzar un embarazo ectópico.

Inicialmente presenta síntomas comunes de embarazo, pero entre las semanas 4 y 12 aparecen signos de alarma como dolor abdominal intenso, sangrado vaginal anormal, dolor en el hombro, mareos o desmayos y presión rectal. Este diagnóstico se confirma mediante análisis de sangre (hCG anormal) y ecografía transvaginal, que muestra un útero vacío o un pseudo-saco, a veces con una masa visible fuera del útero.

El tratamiento para un embarazo ectópico puede ser médico o quirúrgico, para extirpar el embarazo ectópico, a menudo junto con la trompa afectada. Ante cualquier sospecha, es fundamental buscar atención médica inmediata ante cualquier sospecha.

Embarazo múltiple

De entre los tipos de embarazo, el embarazo múltiple hace referencia a aquel en el que se desarrollan dos o más fetos simultáneamente. Los más comunes son:

  • Dicigóticos (mellizos o gemelos fraternos): resultado de la fecundación de dos óvulos diferentes por dos espermatozoides distintos. Son genéticamente diferentes, como hermanos normales, y pueden ser de sexos diferentes. Cada uno tiene su propia placenta y saco amniótico.
  • Monocigóticos (gemelos idénticos): resultado de la división de un solo óvulo fecundado. Son genéticamente idénticos y siempre del mismo sexo. Dependiendo de cuándo ocurra la división, pueden compartir la placenta y/o el saco amniótico, lo que conlleva riesgos específicos.
  • Trillizos y cuatrillizos: son menos comunes y pueden ser una combinación de monocigóticos y dicigóticos. Los embarazos múltiples se consideran de mayor riesgo que los embarazos únicos. En este artículo te explicamos Cómo es el embarazo de cuatrillizos, riesgos y cuidados.

Los síntomas de un embarazo múltiple suelen ser náuseas y fatiga severas, rápido aumento de peso, útero más grande de lo esperado, niveles elevados de hCG y percepción temprana de movimientos fetales. El diagnóstico se confirma por ultrasonido y los síntomas son más intensos que en un embarazo único.

Los riesgos aumentan e incluyen parto prematuro, bajo peso al nacer, preeclampsia, diabetes gestacional, anemia, complicaciones placentarias y síndrome de transfusión feto-fetal en gemelos monocigóticos, por lo que se requiere un control prenatal más estricto.

Qué tipos de embarazo existen y sus síntomas - Embarazo múltiple

Embarazo molar

El embarazo molar, o enfermedad trofoblástica gestacional, es un tipo de gestación relativamente rara que se caracteriza por el crecimiento anómalo del tejido trofoblástico, el que normalmente se convierte en placenta. No es un embarazo viable y existen dos tipos principales:

  • Mola hidatiforme completa: un óvulo sin material genético es fecundado por uno o dos espermatozoides. Todo el material genético proviene del padre. No se desarrolla tejido fetal, solo tejido trofoblástico anormal que crece formando quistes parecidos a racimos de uvas.
  • Mola hidatiforme parcial: un óvulo normal es fecundado por dos espermatozoides. Hay una mezcla de tejido trofoblástico anormal y, a menudo, algo de tejido fetal con anomalías cromosómicas graves, que no puede sobrevivir.

Los síntomas de un embarazo molar suelen ser más intensos que en un embarazo normal, e incluyen sangrado vaginal con vesículas, náuseas y vómitos severos, aumento anormal del tamaño uterino, niveles muy altos de hCG, ausencia de latido fetal, preeclampsia temprana y, ocasionalmente, síntomas de hipertiroidismo.

El diagnóstico se basa en los síntomas, niveles de hCG elevados y una ecografía característica. En cuanto al tratamiento, este consiste en evacuar el tejido molar mediante legrado por succión. Posteriormente, se realiza un seguimiento estricto de los niveles de hCG durante mínimo 6 meses para asegurar que no quede tejido anormal ni se desarrolle una enfermedad persistente o cáncer. Durante este periodo, se recomienda evitar quedarse embarazada de nuevo hasta recibir autorización médica.

Si quieres saber más, no te pierdas este artículo sobre el Embarazo molar: qué es, causas, síntomas y tratamiento.

Embarazo bioquímico

Otro de los tipos de embarazo que ocurre en el que se pierde al feto poco después de la implantación. Se caracteriza porque hay suficiente hormona hCG para dar un resultado positivo en una prueba de embarazo, pero el embarazo no progresa lo suficiente como para ser detectado en una ecografía. La pérdida suele ocurrir alrededor de la fecha esperada de la menstruación o poco después.

Los síntomas más habituales de un embarazo bioquímico son un sangrado vaginal similar a la menstruación con más cólicos de lo habitual y que los niveles de hCG aumentan al principio pero luego disminuyen rápidamente. La causa más frecuente de un embarazo bioquímico son anomalías cromosómicas en el embrión.

Es más, este tipo de embarazo no suele indicar problemas de fertilidad a largo plazo y la mayoría de las mujeres continúan teniendo embarazos saludables. Sin embargo, puede ser emocionalmente difícil experimentar una prueba positiva seguida de una pérdida. Descubre si Después de un aborto bioquímico es fácil quedarse embarazada en este artículo.

Embarazo anembrionario

Unos de los tipos de embarazo que es un aborto espontáneo temprano, en el que un óvulo fecundado se implanta en el útero y se desarrolla el saco gestacional, pero el embrión no se desarrolla o deja de desarrollarse en una etapa muy temprana, y es reabsorbido. Aunque el saco gestacional y la placenta pueden seguir creciendo por un tiempo y produciendo hormonas, no hay un bebé en desarrollo dentro del saco.

En un embarazo anembrionado, pueden presentarse síntomas normales de embarazo debido a la producción de hCG, pero también pueden surgir signos de aborto espontáneo como sangrado o cólicos. Se suele diagnosticar en la primera ecografía (7-9 semanas), donde se observa un saco gestacional vacío, sin embrión ni saco vitelino.

La causa más frecuente son anomalías cromosómicas. La gestión de este tipo de gestación incluye esperar un aborto espontáneo, inducirlo con medicamentos o realizar un procedimiento para evacuar el útero.

Qué tipos de embarazo existen y sus síntomas - Embarazo anembrionario

Embarazo de alto riesgo

No es un tipo de embarazo en sí mismo en cuanto a la implantación o número de fetos, sino una clasificación que indica que existen factores que aumentan la probabilidad de experimentar complicaciones para la madre, el feto o ambos.

Estos factores pueden estar presentes antes del embarazo o desarrollarse durante el mismo. En este sentido, un embarazo puede ser clasificado de alto riesgo por las siguientes razones:

  • Edad materna: menor de 17 años o mayor de 35 años.
  • Condiciones médicas preexistentes: diabetes, hipertensión arterial crónica, enfermedades cardíacas, renales, autoinmunes (como lupus), trastornos de la coagulación, epilepsia, obesidad severa e infecciones crónicas (VIH).
  • Problemas en embarazos anteriores: partos prematuros previos, preeclampsia previa, abortos espontáneos recurrentes y muerte fetal previa.
  • Condiciones que surgen durante el embarazo: embarazo múltiple, diabetes gestacional, preeclampsia o eclampsia, placenta previa, desprendimiento prematuro de placenta, restricción del crecimiento intrauterino (RCIU) o infecciones adquiridas durante el embarazo, como citomegalovirus o toxoplasmosis.

Los síntomas de un embarazo de alto riesgo dependen completamente de la condición o factor que lo clasifica como tal. Las principales características son, en realidad, la presencia de esos factores de riesgo y la necesidad de un seguimiento médico más intensivo y especializado. Esto puede incluir visitas prenatales más frecuentes, ecografías más detalladas, monitorización fetal, consultas con especialistas o ajustes en la medicación más específicos.

Embarazo prolongado o postérmino

De entre los tipos de embarazo, el embarazo prolongado hace referencia al que se extiende más allá de las 42 semanas de gestación. La fecha probable de parto se estima a las 40 semanas, pero es solo una estimación, y solo un pequeño porcentaje de embarazos continúa más allá de las 42 semanas.

No hay síntomas específicos que definan un embarazo postérmino, más allá de la duración prolongada. La principal preocupación no son los síntomas maternos, sino los riesgos potenciales para el bebé, que son lo siguientes.

  • Insuficiencia placentaria: la placenta puede empezar a envejecer y volverse menos eficiente en el suministro de oxígeno y nutrientes al bebé.
  • Disminución del líquido amniótico (oligohidramnios): puede aumentar el riesgo de compresión del cordón umbilical.
  • Síndrome de aspiración de meconio: el bebé puede liberar meconio, su primera deposición, en el líquido amniótico por estrés y luego inhalarlo, lo que causa problemas respiratorios graves al nacer.
  • Macrosomía: el bebé puede seguir creciendo y alcanzar un tamaño muy grande, lo que puede dificultar el parto vaginal. Aumenta el riesgo de lesiones durante el parto o la necesidad de una cesárea. ¿Si el bebé es muy grande te hacen cesárea? En este artículo te lo contamos.
  • Mayor riesgo de muerte fetal o neonatal.

Ante los riesgos de prolongar el embarazo más allá de la semana 41, se recomienda una vigilancia fetal estricta y, generalmente, la inducción del parto entre las semanas 41 y 42 si no se inicia de forma natural.

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Bibliografía
  • Cunningham F, Macdonald P, Gant N, Leveno K, Gilstrap L. Trabajo de parto, capítulo 22. En Williams Obstetricia (25ª edición español). Editorial McGraw-Hill; 2019; pp. 421–439
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