Cómo saber si el bebé está encajado
A partir de la semana 33 o 34 de embarazo y hasta el momento del parto, el bebé comienza a encajarse, es decir, a colocarse lentamente en la pelvis de la madre, preparándose para su expulsión o salida del canal vaginal.
En condiciones normales, la cabeza es el primer órgano en colocarse en la pelvis para, posteriormente, dar paso al resto del cuerpo. Sin embargo, también puede ocurrir que lo primero que se coloque no sea la cabeza del bebé, sino que sean las nalgas las que se encajen en la cavidad de la pelvis de su madre.
Existen síntomas que indican que este proceso se ha producido y que nos avisa de que el momento del parto está cerca. En el siguiente artículo de paraBebés, te explicaremos cómo saber si el bebé está encajado.
- Descenso de la barriga
- Sensación de alivio en el diafragma
- Mayor presión en la vejiga y la zona perineal
- Aumento de flujo vaginal
- Aumento en la necesidad de ir al baño
- Dolor en la zona pélvica
- Molestias y dificultades para caminar
- Punzadas o calambres en la zona inguinal
- Sensación de pérdida de equilibrio
Descenso de la barriga
¿Cómo saber si el bebé está encajado? Es posible notar que el bebé se ha encajado cuando el feto se coloca en la parte inferior de su abdomen, provocando que el estómago de la embarazada esté demasiado bajo. Este hecho indica que el feto se ha formado completamente y pesa unas pocas libras de más, motivo por el cual necesita adoptar una nueva posición dentro del útero que le permita estar más cómodo.
En el encajamiento, la cabeza del bebé se ubica en la zona más baja de la pelvis, quedando atrapada dentro de los huesos púbicos. Esta posición permite que el bebé descienda hacia el canal vaginal en el momento del parto.
En general, esta es una señal de que se aproxima el nacimiento del bebé, sin embargo, esto puede variar de una mujer a otra, ya que el proceso puede acelerarse a medida que el bebé desciende. De este modo, en algunos casos pueden pasar semanas desde el encajamiento antes de que empiece el trabajo de parto.
Sensación de alivio en el diafragma
La disminución de la presión en el diafragma es un síntoma muy importante. En etapas avanzadas, las mujeres sienten asfixia e incluso ardor o agruras estomacales como consecuencia de la presión del útero y el feto sobre la parte baja del cuerpo, que impide el descenso adecuado de los alimentos.
Al producirse el encajamiento, respirar se hace más fácil, ya que, a pesar de que el feto todavía está en el útero y la presión no desaparece completamente, al cambiar de punto la presión en el diafragma se aligera.
Mayor presión en la vejiga y la zona perineal
A pesar de que el encajamiento del bebé implique que habrá una menor presión sobre el diafragma, dicha presión no desaparece, sino que se desplaza hacia otra zona. En este caso, se dirige hacia el área de la vejiga y el perineo, lo que puede causar espasmos o presión en esta área y un aumento de la necesidad de orinar constantemente.
Por otra parte, la disminución de la presión puede afectar a la hora de caminar. Esto se debe a que el centro de gravedad del cuerpo se desplaza aún más hacia delante por el peso, afectando a la embarazada cuando se mueve y causando una sensación parecida a la de sostener un balón entre las piernas.
Aumento de flujo vaginal
Cuando el bebé ya está encajado, se produce el adelgazamiento y dilatación del cuello uterino, que permite iniciar el trabajo de parto porque la cabeza ejercerá más presión sobre la parte baja del abdomen.
Por otra parte, es importante destacar la función del tapón mucoso, que sirve para tapar la abertura del cuello uterino y evitar la salida de líquidos, así como procurar que microrganismos patógenos que puedan causar una infección al líquido amniótico o al bebé ingresen en la vagina.
Asimismo, cuando se esté acercando el trabajo de parto, notarás que esta estructura se pierde y que de tu vagina empieza una secreción mucho más abundante y espesa que de costumbre.
Aumento en la necesidad de ir al baño
El descenso de la cabeza del bebé provoca que se ejerza más presión sobre la vagina. Como resultado de esto, las ganas de la embarazada de orinar constantemente aumentarán en gran medida.
Por lo tanto, el aumento en la necesidad de ir al baño es una señal inequívoca de que estás llegando al final del embarazo.
Dolor en la zona pélvica
Tener dolor pélvico es uno de los síntomas más relevantes de que el bebé se ha encajado. Esto ocurre como consecuencia de la presión que ejerce la cabeza del bebé sobre los ligamentos de la pelvis. Por otra parte, el dolor pélvico en el embarazo se puede acentuar al realizar determinados movimientos y desaparecer espontáneamente.
Molestias y dificultades para caminar
Otra forma de averiguar si el bebé está bien encajado es sentir molestias o dificultades para caminar. Cuando el bebé desciende y se ubica en la parte más baja de la pelvis, la embarazada, como hemos comentado anteriormente, nota una sensación parecida a la de tener un balón entre las piernas, lo que puede causar dificultades en el momento de caminar.
Punzadas o calambres en la zona inguinal
Otro síntoma que hay que tener en cuenta para saber si el bebé está encajado es sentir pinchazos o calambres en la zona inguinal. Estos calambres o punzadas constantes son causados por la presión en la parte baja de la ingle, que puede repercutir en la adecuada irrigación sanguínea.
Sensación de pérdida de equilibrio
La presión en la parte baja causada por el el peso del bebé provoca que el centro de gravedad de la embarazada se desplace hacia el frente, por lo que la sensación de perder el equilibrio o mantenerse de pie sin sostenerse es un síntoma muy común en esta etapa del embarazo.
Si te interesa saber más detalles sobre este tema puedes consultar Si el bebé ya está encajado, ¿cuánto falta para el parto?.
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- Cabero L. (2007). Patología del parto (III): Presentaciones anormales. El parto de nalgas. Conducta obstétrica. En: Cabero-Roura L, Saldivar-Rodríguez D, Cabrill-Rodríguez E. Obstetricia y medicina Maternofetal. Madrid: Editorial Médica Panamericana; p. 994.
- Schwarcz R, Duverges C, Diaz G, Fescina H. Obstetricia. El parto en las distintas presentaciones. 5 ed. Buenos Aires: El Ateneo; 450.