A qué temperatura debe estar el agua para el baño del bebé

En el momento de bañar a un bebé pueden surgir un montón de dudas como: ¿qué tipo de jabón usar?, ¿cuánto debe durar el baño?, ¿es bueno bañarles todos los días?, ¿a qué temperatura debe estar el agua? Y lo cierto es que no hay una ley universal para esto y, a cada padre, madre y bebé le irán bien unas cosas diferentes.

La temperatura ideal del baño del bebé será aquella que no le resulte ni muy fría ni muy caliente por lo que, lo primero que debemos tener en cuenta, será la temperatura basal de su cuerpo, que oscila entre los 35 y los 37 grados en condiciones normales. Por ello, si vamos a medir la temperatura con un termómetro, debemos dejarla en ese margen. En caso de que nuestro bebé tenga fiebre, podemos darle un baño con uno o dos grados por debajo para que el agua esté más templada con el objetivo de bajarla.

Cuando hace mucho calor en la calle o en casa te apetece sumergirte debajo de la ducha fría para refrescarte el cuerpo y, en invierno, lo más placentero es darte una buena ducha o baño caliente. ¿Es igual para los bebés? Como hemos mencionado en el punto anterior, la temperatura para el baño de un niño o niña pequeño debe estar comprendida entre los 35 y los 37 grados para evitar lesiones, independientemente de si es verano o invierno. Sobre todo, hay que tener especial precaución en bebés recién nacidos, ya que no pueden regular bien su temperatura corporal.

En el mercado existen un montón de termómetros diferentes para medir la temperatura del agua y ajustarla exactamente a las necesidades de tu bebé. Pero no es algo necesario ya que la temperatura se puede medir de diferentes formas.

¿Cómo medir la temperatura del agua? Estas tres maneras son válidas:

• Termómetro de agua: se puede adquirir en cualquier farmacia o supermercado y suelen tener alguna forma de animal que servirá para que los bebés jueguen. Los hay tradicionales o digitales y su elección dependerá de las preferencias de los padres y madres. Para tomar la temperatura del agua de forma correcta con él, debemos poner el termómetro dentro de la bañera antes de llenarla e ir removiendo el agua para que la temperatura esté uniforme.
• Bañera con termómetro incorporado: hay otro tipo de bañeras que vienen directamente con un medidor de temperatura incorporado que irá marcando los grados que alcanza el agua.
• Codo: es el método más tradicional de todos y el que se ha hecho a lo largo de los años. Consiste en introducir el codo en el agua para comprobar si está fría o caliente, exactamente igual que hace cualquier adulto para meterse en la ducha.

Uses el método que uses, lo único que tienes que comprobar es que la temperatura sea agradable para tu bebé.

Ahora que tenemos claro cuál debe ser la temperatura para bañar a nuestro bebé, no debemos descuidar otros aspectos fundamentales para que, tanto los padres y madres como los bebés, disfruten de este maravilloso momento:

• Todo organizado: es necesario tener a mano todo aquello que vayas a necesitar para el baño: champú, jabón, esponja, toalla, pañales, crema, ropa limpia…
• Vigilancia: es esencial no dejar a tu bebé solo bajo ninguna circunstancia, ni aunque pienses que van a ser solo 10 segundos de tiempo. Solo se necesitan 2 centímetros de agua para que se produzca un ahogamiento. Por ello, es imprescindible tener todo organizado como mencionábamos en el punto anterior o realizar el baño del bebé junto a otra persona adulta siempre que sea posible.
• Ambiente: igual que la temperatura del agua, el espacio donde le bañes tiene que estar a una temperatura agradable, lejos de corrientes y donde no haga ni mucho frío ni mucho calor para evitar cambios bruscos de temperatura.
• Rutina: las rutinas aportan seguridad a los más pequeños, ya que les permiten saber qué va a pasar en cada momento y anticiparse a los hechos. Por lo que es recomendable bañarles siempre a la misma hora y repitiendo las mismas acciones. Aquí explicamos cuál es el mejor momento del día para bañar al bebé.

Es normal que los niños y niñas pasen por diferentes rachas en las que adoren el momento del baño o que lo odien y no quieran ni pisar la bañera. Por ello, debemos tener paciencia y crear en ellos hábitos de higiene personal positivos, respetando sus intereses y necesidades en cada momento.

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