Síntomas de muerte fetal a las 8 semanas de embarazo

La muerte fetal intrauterina, también conocida como óbito fetal, se produce cuando el feto fallece antes de ser expulsado, independientemente de la duración del embarazo. Se considera prenatal si sucede después de la semana 20 de gestación. Además, se habla de muerte fetal intrauterina tardía cuando se produce después de la semana 28 de embarazo. Si el feto nace sin vida, se le llama mortinato o feto cruz.

Detectar la muerte fetal no es sencillo, por eso es importante que las madres estén atentas a cualquier señal de que algo no va bien durante el embarazo. Los síntomas principales incluyen dolor abdominal o calambres intensos, sensación de presión en la zona pélvica y cambios en el útero, como detención del crecimiento uterino o un útero blando y flácido.

Otros posibles síntomas de muerte fetal intrauterina son:

• Ausencia de síntomas de embarazo.
• Dolor de espalda, más intensos que los cólicos menstruales.
• Contracciones dolorosas cada 5 a 20 minutos aproximadamente.
• Disminución o ausencia de náuseas matutinas.
• El feto no se mueve durante más de 4 horas, a pesar de estimularlo.
• Fatiga menos intensa.
• Reducción del dolor en los senos.
• Cambios en el sangrado vaginal, manchas marrones o rosadas.
• Sangrado vaginal severo.
• Expulsión de coágulos de sangre.
• Cambios en la temperatura basal.
• Pérdida del sentido del olfato.
• Ansiedad o depresión inexplicable.

Recuerda que no todas las mujeres experimentan todos estos síntomas. Algunas pueden tener sólo uno o dos, mientras que otras pueden no tener ninguno. Si usted los presenta es muy importante contactar a un ginecólogo lo antes posible, para poder verificar si el feto está vivo o no. Mediante una ecografía abdominal, el ginecólogo confirmará si el feto tiene latidos o no.

Es posible que algunos cambios que ocurren en el feto durante el embarazo, provoquen su muerte, otros cambios involucran a la madre y a las estructuras maternas:

Causas maternas

En ocasiones, algunos factores maternos pueden contribuir a este trágico desenlace. A continuación, te presentamos algunas de las causas maternas más comunes que pueden llevar a la muerte fetal:

• Infección: enfermedades como la rubéola, el citomegalovirus (CMV) o la toxoplasmosis pueden ser mortales para el feto.
• Preeclampsia: un tipo de presión arterial alta que se desarrolla durante el embarazo, o eclampsia.
• Embarazo prolongado, es decir, cuando dura más de 42 semanas.
• Trastornos de la coagulación de la sangre.
• Diabetes mal controlada.
• Ruptura uterina.
• Enfermedad de tiroides.
• Obesidad severa.
• Consumo de sustancias.
• Enfermedades crónicas: condiciones como diabetes, presión arterial alta o enfermedades autoinmunes pueden aumentar el riesgo de muerte fetal.
• Problemas hormonales: niveles hormonales insuficientes pueden afectar el desarrollo fetal.
• Malformaciones uterinas: estas pueden obstaculizar el desarrollo fetal.

Causas fetales

A continuación, te presentamos algunas de las causas fetales más comunes:

• Anomalías cromosómicas: los cambios en el número o la estructura de los cromosomas pueden provocar la muerte fetal. Esto puede incluir trastornos como el síndrome de Down, en el que hay una copia adicional del cromosoma 21, o la monosomía X, en la que falta un cromosoma X en las mujeres.
• Restricción del crecimiento intrauterino: se refiere a cuando el feto no crece como se esperaba y es de menor tamaño. Puede ser causada por problemas en la placenta, anomalías genéticas o infecciones maternas, entre otros factores. Esta condición puede llevar a complicaciones tanto para la madre como para el feto.
• Infección: las infecciones durante el embarazo, como la toxoplasmosis, la rubéola o la citomegalovirus, pueden afectar al feto y provocar su muerte. Es importante llevar un control médico adecuado durante el embarazo para detectar y tratar cualquier infección oportunamente.
• Cambio en la cantidad de líquido amniótico: tanto el oligohidramnios (poca cantidad de líquido amniótico) como el polihidramnios (exceso de líquido amniótico) pueden ser indicativos de problemas en el embarazo. Estos cambios pueden deberse a problemas con la función de la placenta, anomalías fetales o problemas maternos como la diabetes.
• Defectos de nacimiento: los defectos de nacimiento en el feto pueden hacer que sea imposible que sobreviva. Estos defectos pueden ser congénitos y presentarse desde el nacimiento o desarrollarse durante el embarazo debido a factores ambientales o genéticos.
• Anemia: la anemia en el feto puede deberse a una variedad de causas, incluyendo deficiencias nutricionales, infecciones o problemas de salud maternos. Una anemia grave puede comprometer la salud del feto y llevar a su muerte si no se trata adecuadamente.
• Muerte súbita intrauterina: en algunos casos, la muerte fetal ocurre sin una causa aparente conocida. Aunque es raro, puede ser devastador para los padres y a menudo se realiza una investigación exhaustiva para tratar de determinar la causa, aunque en ocasiones no se llega a encontrar una explicación clara.

Causas de la placenta

La placenta juega un papel crucial durante el embarazo, ya que es la encargada de proporcionar oxígeno y nutrientes al feto. Sin embargo, existen varias condiciones y situaciones que pueden afectar su función. A continuación, te presento algunas de las causas más comunes de problemas con la placenta:

• Desprendimiento de placenta: este es un problema grave en el que la placenta se separa prematuramente del útero antes del parto. Esto puede provocar sangrado vaginal, dolor abdominal intenso y poner en riesgo la vida del feto. El desprendimiento puede ser parcial o total y requiere atención médica inmediata para evaluar el bienestar del feto y la madre.
• Insuficiencia placentaria: en esta condición, la placenta no funciona adecuadamente, lo que significa que no puede proporcionar al feto los nutrientes y el oxígeno necesarios para su desarrollo óptimo. Esto puede llevar a un crecimiento fetal retardado, bajo peso al nacer y otras complicaciones. La insuficiencia placentaria puede estar relacionada con factores como hipertensión, diabetes gestacional o enfermedades autoinmunes.
• Lesiones o envejecimiento placentario severo: las lesiones en la placenta pueden deberse a traumatismos o afecciones médicas que comprometen su integridad. Por otro lado, el envejecimiento placentario se refiere al deterioro natural que ocurre con el paso del tiempo durante el embarazo. Ambos pueden reducir la capacidad de la placenta para funcionar adecuadamente, afectando el suministro de nutrientes y oxígeno al feto.

La muerte fetal puede ser el resultado de problemas con la mujer, la placenta o el feto, por eso no siempre se puede prevenir. No obstante, hay algunos pasos que puedes seguir para minimizar los riesgos:

• Recibe atención prenatal regular: es importante que te hagas pruebas prenatales periódicas para identificar y controlar cualquier problema que pueda afectar tu embarazo.
• Cuenta los movimientos diarios de tu bebé a partir de la semana 26: es normal sentir al menos 10 patadas al día. Si notas que el feto está menos activo, esto será una señal de alerta.
• Lleva un estilo de vida saludable: una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y evitar el alcohol, el tabaco y las drogas pueden ayudarte a reducir el riesgo de muerte fetal.
• Mantén un control de enfermedades crónicas: si tienes una enfermedad crónica, es importante que la controles durante el embarazo.

Si ya has pasado por este tipo de experiencia, debes controlar más de cerca tu embarazo, acudir regularmente al ginecólogo, hacerte más ecografías y descansar. En el siguiente artículo te explicamos Cuándo preocuparse por los movimientos fetales en el embarazo.

La muerte fetal a las 8 semanas de embarazo es una experiencia dolorosa. Es importante que te permitas sentir el dolor y la tristeza de esta pérdida. No existe una manera correcta o incorrecta de lidiar con la tristeza, pero hay algunas cosas que pueden ayudarte:

• Habla con tu pareja o familia: compartir tus sentimientos con personas que te aman y te apoyan puede ayudarte a sobrellevar tu tristeza.
• Únete a un grupo de apoyo: hay grupos de apoyo para mujeres que han sufrido una muerte fetal. Estos grupos pueden ser un lugar para intercambiar experiencias, recibir apoyo y aprender a afrontar la tristeza.
• Busca ayuda profesional: si tienes dificultades para afrontar tu duelo, un psicólogo o terapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones y desarrollar estrategias para afrontar la pérdida.

La muerte fetal a las 8 semanas de embarazo es un hecho trágico de difícil solución. Con el tiempo y el apoyo adecuados, podrás superar esta difícil experiencia.

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