¿Si el feto muere la barriga sigue creciendo?

No, la barriga ya no seguirá creciendo si el feto muere. Por lo tanto, en el caso de confirmar esta difícil situación, lo más adecuado es acudir a urgencias lo antes posible para ser atendida adecuadamente. Una vez allí, le administrarán medicación para ayudarla a expulsar el feto lo antes posible, ya que, de lo contrario, existe el riesgo de desarrollar una infección que ponga en riesgo su salud.

De igual modo, es probable que el útero mantenga el mismo tamaño durante un tiempo, incluso después de confirmada la muerte fetal. Esto se debe a que el cuerpo continúa produciendo hormonas del embarazo, como la progesterona, lo que hace que el útero se agrande o se mantenga del mismo tamaño. Sin embargo, al pasar un período corto de tiempo, el crecimiento se detendrá y el abdomen comenzará a encogerse.

Cuando la muerte fetal se produce por causas naturales, después de las 20 semanas, se le llama parto de un feto muerto. Esto puede suceder en cualquier momento del embarazo, antes o incluso durante el parto, y algunas razones incluyen:

• Problemas con la placenta, el órgano más importante ya que le brinda oxígeno y nutrientes al feto durante el tiempo que dura el embarazo.
• Problemas genéticos en el feto.
• Infección fetal o de la madre.
• Otros problemas físicos o anomalías en el feto.

El tiempo que puede estar un feto muerto en el vientre es variable, porque depende de varios factores. En primer lugar, el tiempo que transcurre desde el momento de la muerte y cuándo se da cuenta o la madre lo sabe. En algunos casos, el cuerpo lo eliminará naturalmente en unas pocas semanas.

Sin embargo, en otros casos, el feto puede permanecer en el útero estando muerto, hasta que la madre comienza a presentar síntomas o se da cuenta que ya no siente al bebé como antes. Y en ese período pueden pasar algunos días o semanas.

Cuando el feto muere en el útero, la placenta se separa del útero y esta reacción puede causar sangrado, dolor abdominal y cólicos, además de síntomas emocionales como tristeza, culpa y ansiedad. En algunos casos, la muerte fetal puede poner en peligro la salud de la embarazada, sobre todo cuando el feto no es expulsado naturalmente del útero y pasa un tiempo dentro del mismo.

También existe riesgo de infección, sangrado y coagulación intravascular diseminada, una condición médica grave en la cual las proteínas que se encargan de coagular la sangre se vuelven demasiado activas, generando consecuencias de salud desfavorables en la madre. Cuando el feto muere antes de nacer, los procedimientos que se llevan a cabo o lo que el médico necesita hacer son inducir el parto o realizar una cesárea para extraerlo lo antes posible de su cuerpo y prevenir las complicaciones antes mencionadas.

En otros casos, es posible que se suministren medicamentos para ayudarla a dilatar y lograr que entre en trabajo de parto de forma natural. Esto suele ocurrir dentro de las dos semanas posteriores a la muerte del feto, pero realmente la forma de manejar la muerte fetal depende de la etapa del embarazo en la que se encuentre y las causas.

Qué procedimientos se realizan en caso de muerte fetal

A continuación, te detallamos algunos procedimientos que se realizan en caso de muerte fetal:

• Administración de medicamentos que ayuden a expulsar al feto: si el feto no ha sido expulsado de forma natural se recurre a las prostaglandinas, un medicamento parecido a la hormona que estimula las contracciones uterinas, y que ayudará a dilatar el cuello uterino. Luego, dependiendo de la etapa del embarazo puede administrarse oxitocina, un fármaco que induce el parto.
• Dilatación y curetaje: una vez que se ha dilatado el cuello uterino y el feto es expulsado, se procede a raspar el útero, para extraer cualquier resto de tejido fetal que haya quedado.
• Legrado intrauterino: este procedimiento es similar al mencionado anteriormente, pero con la diferencia que se utiliza una cureta afilada para extraer el tejido fetal. Se usa un espéculo para abrir la pared vaginal y dilatar el cuello uterino, después de introduce en el útero un tubo flexible que va conectado a una jeringa de mano o un aspirador eléctrico, para extraer el feto, la placenta y el tejido restante. Por su puesto, que esta opción depende del tamaño del feto y de las semanas de embarazo.
• Parto inducido: si una embarazada se acerca a la fecha prevista de parto, se puede inducir el parto para expulsar naturalmente al feto. Si el embarazo tiene menos de 24 semanas o el feto es relativamente pequeño, se puede realizar dilatación y curetaje, para extraer el feto muerto. En el siguiente artículo encontrarás más información sobre Parto inducido: qué es, cuánto dura y cómo afrontarlo
• Apoyo emocional y asesoramiento: la atención a las personas gestantes que han tenido un bebé muerto es la misma que se le brinda habitualmente a las madres después del parto, sin embargo, en estos casos es necesario mayor apoyo emocional.

Existen varias formas de saber si el feto está vivo dentro del vientre. Te dejamos algunas maneras a continuación:

• Movimientos fetales: uno de los signos más reconfortantes y directos del bienestar del feto son sus movimientos. Generalmente, las embarazadas empiezan a sentir los movimientos del feto entre las semanas 18 y 25 del embarazo. Estos movimientos se vuelven más frecuentes y fuertes a medida que avanza el embarazo.
• Ecografía: es la forma más común de verificar si el feto tiene frecuencia cardíaca y movimiento. Una ecografía es una herramienta médica fundamental durante el embarazo. A través de ella, se pueden observar imágenes del feto y su corazón latiendo. Durante el examen, el médico también puede evaluar el flujo sanguíneo a través de la placenta y el cordón umbilical para asegurarse de que todo esté funcionando correctamente.
• Auscultación fetal: se utiliza un dispositivo llamado doppler para escuchar los latidos del corazón del feto. Los médicos pueden utilizar este dispositivo durante las visitas prenatales para verificar la frecuencia cardíaca fetal y su regularidad.
• Análisis de sangre: se puede realizar un análisis de sangre para medir los niveles de la hormona hCG, que es producida por la placenta. Estos exámenes pueden proporcionar información sobre el bienestar del feto y cualquier posible complicación.

En definitiva, se puede decir que la muerte fetal en el útero es un acontecimiento grave y doloroso. Si está embarazada y experimenta algún síntoma preocupante, comuníquese con su médico de inmediato. Si quieres saber más al respecto también puedes consultar el artículo Síntomas de muerte fetal a las 8 semanas de embarazo

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