Qué hacer cuando un bebé está asustado y llora mucho

Es habitual ver cómo un recién nacido se sobresalta de manera muy frecuente, ya esté despierto o dormido. A nosotros, puede darnos la impresión de que no tienen un motivo real para asustarse tanto, pero en realidad hay muchas cosas que les resultan extrañas y les hacen sentir miedo. Entre ellas, podemos encontrar las siguientes:

• Reflejo del Moro: se trata de un movimiento involuntario debido al sistema nervioso todavía inmaduro. Se caracteriza por elevar los brazos y abrir las manos con un pequeño espasmo. Responde a la sensación de caer al vacío y se puede dar estando tanto despierto como dormido.
• Temperatura: los cambios bruscos de temperatura pueden asustar a nuestro bebé. Él está acostumbrado al calor constante del útero materno y, al principio, son más sensibles a estos cambios. Descubre cuál es la temperatura normal de un bebé y cómo medirla.
• Ropa: el roce de la ropa a la que no está habituado o que le produzca incomodidad, también puede provocar sustos a nuestro hijo o hija.
• Ruidos: los sonidos en el vientre estaban amortiguados por el líquido amniótico. En el exterior, el bebé tiene que acostumbrarse a todos los ruidos e ir incorporándolos a su memoria. Aquellos que todavía no reconozcan y le resulten desagradables, le provocarán el llanto.
• Espacio: seguramente te hayas dado cuenta de que el bebé, donde mejor está es en tus brazos. Ahí se siente cómodo y seguro, ya que se encuentra rodeado y con límites, igual que cuando estaba en la barriga. Por ello, si le dejas en la cuna o en el carrito, reclame tus brazos asustado y llorando.
• Luz: con la luz, al igual que con el ruido, pasa lo mismo. Los primeros días de vida les molestarán los cambios bruscos y provocarán sobresaltos.

El sueño pasa por diferentes fases en las que se van intercalando momentos de sueño muy profundo donde se producen los sueños (fase REM) y momentos donde el sueño es bastante ligero (fase no REM), donde puedes despertarte con facilidad.

Los bebés desde que nacen y hasta que pasan unos cuantos meses de vida, van madurando e incorporando poco a poco el sueño similar al de los adultos. Al principio, la mayor parte del tiempo que pasan dormidos, se encuentran en la fase no REM, por lo que su sueño es muy superficial y puede alterarse con cualquier ruido o con cualquier cambio en su entorno. Esto les ayuda a sobrevivir, ya que en el momento en el que sientan los primeros signos de hambre o malestar, se despertarán para pedir ser atendidos.

El Reflejo del Moro explicado anteriormente también se manifiesta en forma de sobresaltos mientras el bebé puede darnos la sensación de que se asusta mucho.

Qué pasa si mi bebé se asusta mucho

Como podemos ver, es totalmente normal que un bebé se asuste en numerosas ocasiones, ya que está comenzando a descubrir y a comprender el mundo que le rodea. Por lo tanto, no pasa absolutamente nada si tiene esta actitud y, además, es un signo de que se está desarrollando correctamente.

A parte de las causas que hemos visto anteriormente, a medida que los bebés van creciendo y descubriendo nuevas cosas, sus temores irán cambiando. Tendrán miedo a los cambios en su entorno, a los extraños, al abandono o separación, a ciertos objetos, a perder el equilibrio, al agua, a la oscuridad, etc.

Algunos miedos serán más intensos que otros y podrán provocar llantos y gritos en el bebé, llegando a aterrorizarles enormemente. Pero, ¿cómo debemos actuar cuando esto sucede? Vamos a verlo a continuación.

Cuando a los bebés les invade el miedo, están muy asustados y no dejan de llorar, debemos actuar con cautela para tranquilizarles y ayudarles a superar la situación. Para ello, podemos seguir los siguientes consejos:

• Cariño: darles amor, abrazos, besos o caricias será muy reconfortante para ellos y les dará la seguridad que necesitan en ese momento.
• Llevarle a un lugar tranquilo: si el origen del miedo son los ruidos o la luz fuerte, cambiarle de localización le calmará.
• Ofrecerle pecho o chupete, ya que la succión les da tranquilidad.
• Mantener la calma: si nos ponemos nerviosos o nos sobresaltamos, se los transmitiremos al bebé y conseguiremos el efecto contrario.

El miedo es una emoción primaria y necesaria para la supervivencia, ya que aparece ante una situación desconocida o de amenaza. Es importante educar las emociones desde el momento del nacimiento, para que los bebés no se sientan profundamente afectados por los estímulos de su entorno con el consiguiente cambio en su conducta.

A continuación encontrarás más información sobre cómo tranquilizar a un bebé nervioso.

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