Mi bebé solo se duerme con su padre: por qué y qué puedo hacer

Por lo general, las investigaciones sobre el papel de los padres en el desarrollo del sueño infantil son limitadas. Sin embargo, encontramos algunos hallazgos sobre este tema que demuestran la participación del padre en el cuidado infantil. Algunos bebés naturalmente se duermen más fácilmente cuando están con sus padres. A continuación, te mencionamos las principales razones:

• Apego: los niños tienen fuertes vínculos con ambos padres, pero pueden sentirse más cómodos con uno de ellos a la hora de dormir.
• Rutina: si un padre acuesta a su hijo/a con regularidad, el bebé puede asociarlo con la hora de acostarse y sentirse más seguro y cómodo con él.
• Sentido del olfato: los niños tienen el olfato muy desarrollado y pueden reconocer el olor de su padre, lo que les da una sensación de seguridad.
• Sonido: la voz del padre puede calmar al bebé y ayudarle a relajarse.

Terapeutas, artículos científicos y bibliografía sobre el tema suelen sugerir que un sueño profundo e ininterrumpido es la mejor forma para que un niño pueda crecer y desarrollarse adecuadamente. En este sentido, es muy frecuente que los bebés necesiten un cuidador para sentirse seguros, especialmente en el primer año de vida, que es cuando son más vulnerables debido a su sistema nervioso inmaduro. Si quieres saber más sobre este tema también puede interesarte Mi hijo me rechaza: por qué y qué hacer.

Ambos progenitores desempeñan un papel importante en las intervenciones para dormir de sus hijos, pero, en algunos casos, son los padres quienes consiguen tener más éxito en esta práctica. Según pediatras y diversos estudios científicos, las posibles razones por las que los bebés duermen solo con su padre son:

• Diferencias en los estilos de crianza: los padres y madres pueden tener diferentes estilos de crianza y el bebé puede responder mejor a uno de ellos en particular.
• Nivel de actividad: si el padre es una persona más activa que la madre, el bebé podría familiarizarse más con sus movimientos y sentirse más cómodo al dormir junto a él.
• Sensibilidad al tacto: algunos niños son más sensibles al tacto que otros y pueden preferir el contacto físico de su padre. Asimismo, en ocasiones a los padres les resulta más sencillo implementar técnicas de alivio positivo a su hijo durante la noche, como abrazarle o darle de comer.
• Mayor facilidad para aprender nuevas rutinas nocturnas: algunos niños y niñas pueden aprender fácilmente nuevas rutinas nocturnas con la ayuda del padre, especialmente si no está ausente durante la hora de dormir. Cuando el padre establece nuevos hábitos, los niños pueden adaptarse más rápidamente a ellos. Esto es más efectivo cuando el padre asume la autoridad en el momento de acostar al bebé, lo que contribuye a mejorar las rutinas de sueño.
• Apoyo parental durante la recuperación postparto: al regresar a casa después del alta médica. En esta etapa, es probable que la madre necesite tiempo para recuperarse. Durante este período, es común que los padres asuman un papel activo en el cuidado de los hijos, incluido el desarrollo de hábitos de sueño saludables. Esta participación parental es probable que perdure a lo largo del tiempo, beneficiando tanto a los padres como a los hijos.

En cualquier caso, compartir los cuidados ayudará a la madre a dormir mejor y a despertarse menos durante la noche. Esta colaboración ayudará a reducir el estrés y los desacuerdos en la pareja al crear una atmósfera reconfortante que tendrá un efecto positivo en el sueño tanto de la madre como del bebé. También puede interesarte el artículo Mi bebé se despierta mucho por la noche, ¿es normal?

Es inevitable sentirnos mal cuando nuestro pequeño no quiere dormir con nosotras. De hecho, esta es una situación que asusta a muchas madres, principalmente por dos motivos: piensan que están haciendo todo mal o temen que el rechazo perdure en el tiempo. Este miedo también se ve alimentado por la sensación de que algo está mal con nosotras y que por ello nuestro bebé se alejará cada vez más.

No obstante, debes saber que esto es solo una etapa que dura poco tiempo. Sin embargo, si te preocupa demasiado aquí te dejamos algunas recomendaciones y consejos para ayudarte a afrontar la situación:

• Habla con tu pareja: es importante que hables con tu pareja sobre la situación y busquen una solución juntos.
• Mantén la calma: si estás ansiosa podrías alejar aun más al bebé, mientras que si te mantienes tranquila y segura, serás como un imán. No te preocupes, recuerda que es sólo una fase y que los niños aman a sus padres por igual que a ti.
• Crea una rutina para la hora de acostarse: intenta que sea una rutina regular para la hora de acostar a tu hijo, y asegúrate de que ambos la sigan.
• Participa en la hora de dormir de tu hijo/a: intenta participar, incluso si no eres tú quien lo acuesta. Puedes bañarlo, leerle un cuento o cantarle una canción.
• Cuando tu hijo quiere estar a solas con su padre, déjalo disfrutar de esos momentos. Pronto lo tendrás de vuelta y querrá estar contigo.
• Crea un ambiente cómodo: asegúrate que la habitación esté cálida, silenciosa y a una temperatura cómoda.
• Sé paciente: es importante que seas paciente y comprensiva. Cambiar sus hábitos de sueño puede llevar algún tiempo.

Recuerda que las parejas que comparten el cuidado de sus hijos/as pueden experimentar más apoyo y menos estrés, lo que puede tener un efecto calmante y positivo en el sueño de ambos. La participación el padre influye en mejorar la calidad de sueño de los niños y también de las madres.

A continuación, te dejamos algunas estrategias para ayudar a su bebé a dormir solo:

1. Método Estivell

Este método consiste en dejar que el bebé llore durante un tiempo determinado antes de acercarte para calmarlo. El reto es educarlo para que duerma a través de modelos conductuales. Aunque algunos estudios respaldan la eficacia de este método, aún no se dispone de suficiente evidencia científica que respalde otros enfoques similares.¹

Sin embargo, este método ha generado una gran controversia en la comunidad científica y padres interesados en la crianza y el desarrollo infantil porque algunos consideran que dejar llorar al bebé durante un tiempo determinado para enseñarle a dormir es insensible e incluso podría ser traumático para el bebé, ya que no tiene en cuenta sus necesidades emocionales ni la diversidad en las necesidades de sueño.

También se pone en duda su eficacia y la falta de consideración hacia el apego y la seguridad emocional del niño o niña. En este artículo te explicamos En qué consiste la crianza con apego.

2. Método Ferber

Este método es similar al método Estivell, pero el periodo de descanso entre visitas para calmar al bebé es más corto. Después de acostarlo y dejarlo en su habitación, si comienza a llorar tendrás que esperar un tiempo prudencial antes de entrar a la habitación, aunque siempre comprobando que esté bien. El tiempo de espera irá aumentando gradualmente, desde dos minutos hasta un máximo de 30 minutos.

Durante las visitas, es recomendable que no abraces, cojas o hables al bebé entrar a la habitación. Esta rutina se repite hasta que el niño se duerma solo.² Sin embargo, este método también ha generado controversia. A pesar de que algunos lo consideran efectivo para establecer hábitos de sueño, otros abogan por enfoques más sensibles a las necesidades emocionales del bebé, argumentando que puede ser estresante para bebé y afectar su bienestar emocional y el apego con sus cuidadores.

3. Método Tracy Hogg

También conocido como Baby Whisperer, este método se basa en la idea de enseñar a los bebés a dormir mediante la observación de sus señales y la creación de rutinas consistentes.

Tracy Hogg enfatizaba la importancia de establecer horarios y rituales de sueño para ayudar a los bebés a desarrollar hábitos saludables de sueño, lo que incluye identificar las señales de sueño del bebé y responder a ellas antes de que esté demasiado cansado o irritable.De esta forma, se fomenta un ambiente tranquilo y relajado para el momento de dormir.

4. Retrasar la hora de acostarse

Esta estrategia implica retrasar su hora de acostarse cada noche de forma gradual para promover el sueño. Al posponer el momento de acostarse en incrementos de 10 a 15 minutos, se busca que el niño o niña se sienta más cansado/a cuando llegue la hora de dormir, lo que puede facilitar que se duerma más rápido y tenga un sueño más reparador.

No obstante, realizar este ajuste gradualmente para permitir que el cuerpo del niño se adapte al nuevo horario de sueño y para evitar interrupciones en su ciclo de sueño. Además, es recomendable mantener una rutina consistente antes de acostarse, que incluya actividades relajantes como bañarse, leer un cuento o escuchar música suave, para ayudar al niño a prepararse para dormir.

Es importante hablar con su pediatra antes de elegir un método para hacer dormir a su bebé. Estos métodos bien aplicados han ayudado a muchos padres, para que sus bebés aprendan a dormir solos, hay muchas cosas que puede hacer para ayudar a su bebé a conciliar el sueño por sí solo.

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