¿Es normal ir a monitores y quedarse ingresada?

No es habitual ir a monitores y quedarse ingresada durante el embarazo, pero no necesariamente indica que haya un problema, pero puede deberse a diversas razones, como precaución, evaluación de tu salud o del bienestar del feto, o por necesidades médicas específicas.

Hay situaciones en las que una mujer embarazada puede requerir hospitalización o un monitoreo más intensivo, dependiendo del estado de su embarazo y de sus circunstancias individuales. Es importante destacar que cada caso es único, y que la decisión de enviar a una mujer embarazada a monitores y mantenerla ingresada, depende de la evaluación médica individual.

El objetivo principal es garantizar la seguridad y el bienestar tanto de la madre como del bebé que está por nacer. Si te han ingresado, es importante que sigas las recomendaciones de tu equipo de atención médica y les hables sobre cualquier pregunta o inquietud que puedas tener.

El hecho de ir a monitores y quedarse ingresada puede ocurrir en diversas situaciones dependiendo de la salud de la madre y del desarrollo del embarazo. ¿Cuando te ingresan en monitores? Las situaciones más comunes en las que los médicos recomiendan que una mujer embarazada sea ingresada en monitores son las siguientes:

• Complicaciones durante el embarazo: es necesario vigilar cuidadosamente la salud de la madre y del niño, incluyendo diabetes gestacional, hipertensión, retraso del crecimiento fetal, sangrado inexplicable y/o disminución del líquido amniótico.
• Rotura prematura de membranas: si se produce antes de las 37 semanas de embarazo, existe un alto riesgo de infección. La madre debe ser vigilada de cerca para detectar signos de infección y monitorea al feto.
• Contracciones prematuras persistentes: valorar si son contracciones reales o de Braxton Hicks y, en caso afirmativo, tomar medidas para detenerlas, de esta forma disminuir el riesgo de parto prematuro.
• Monitorización cardíaca fetal para detectar anomalías: evaluar el bienestar fetal en busca de signos de estrés o disminución de la frecuencia cardíaca.
• Nivel bajo de líquido amniótico: se requiere una estrecha vigilancia para evaluar el crecimiento y el movimiento fetal. En este artículo, te contamos Cómo detectar una fisura en la bolsa amniótica.
• Problemas placentarios: placenta previa, rotura prematura de la placenta. Se necesita control en estos casos.

Si te han ingresado o si tienes inquietudes acerca de tu embarazo, es fundamental que hables con tu obstetra o ginecólogo para entender las razones específicas de tu ingreso y recibir la atención adecuada.

Si estás siendo monitoreada al final del embarazo y te ingresan, a continuación, te dejamos algunas pautas generales sobre qué hacer en esta situación:

• Prepara tu estancia: si se espera que estés ingresada durante un período prolongado, asegúrate de tener lo necesario para tu comodidad, como ropa y artículos cómodos. Ten paciencia, a veces los ingresos son largos, pero lo más importante es garantizar tu salud y la de tu bebé.
• Lleva cosas para entretenerte: llevar libro para leer, música y tablets para entretenerte mientras estás en la espera. Descansa todo lo posible, ya que el parto puede ser pronto.
• Sigue las indicaciones médicas: cumple con las indicaciones de tu obstetra o ginecólogo y del personal médico y de enfermería. Esto incluye tomar medicamentos según lo recetado y participar en los procedimientos y exámenes que te recomienden, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio.
• Mantén informados a tus seres queridos: avisa a tus familiares o amigos de tu situación para que estén al tanto de lo que está sucediendo. Pueden brindarte apoyo emocional y ayudarte con las gestiones necesarias.
• Consulta cualquier duda que tengas: si tienes preguntas o preocupaciones acerca de tu ingreso o de tu estado de salud, no dudes en preguntar a tu equipo médico. Ellos están ahí para proporcionarte información y apoyo. Por ejemplo, en este artículo, te contamos Qué son las correas en el embarazo, para qué sirven y cuándo se ponen.
• Participa en las decisiones médicas: si se presentan opciones o decisiones relacionadas con tu atención médica, asegúrate de entender las implicaciones y participar en el proceso de toma de decisiones. Informa al personal si hay algún cambio como sangrado, dolor intenso o fluidos corporales.

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