Cómo detectar una fisura en la bolsa amniótica

La bolsa amniótica (también llamada bolsa de las aguas o membrana amniótica) es la membrana interna de la placenta, es una fina capa transparente que envuelve al bebé y está llena de líquido amniótico. Una de sus características es que está totalmente sellada, protegiendo su interior de agentes externos, por lo tanto, su función es contener al bebé confortable en niveles de líquido amniótico adecuados, fomentando su crecimiento y la madurez de sus órganos y musculatura, así mismo, protegiéndolo de traumatismos e infecciones.

A partir de las 37 semanas de embarazo, esta bolsa puede romperse de forma natural, liberando el líquido y dando paso al parto, o bien, romperse durante el mismo. En caso de que ocurra antes de esta semana, puede ser riesgoso para el bebé, desencadenando un parto prematuro o un aborto.

Aun así, hay casos donde solo se hace una pequeña fisura de la bolsa, y las pérdidas de líquido son mínimas, pudiendo, bajo un seguimiento estricto de tu médico y evitando infecciones, llevar el embarazo a feliz término.

Existen varias condiciones que pueden provocar que se rompa la bolsa amniótica antes de tiempo, entre estas tenemos:

1. Las infecciones uterinas: son la primera causa de que se presenten problemas en la bolsa, hace que esta se debilite y se rompa.
2. Los traumatismos.
3. Pruebas donde se realice punción de la bolsa como la Amniocentesis.
4. Antecedentes de rotura prematura de membranas.
5. Aumento de la presión intrauterina, como en los embarazos múltiples.
6. Malos hábitos alimenticios y tabaquismo. Aquí puedes ver recetas saludables para embarazadas.

Se dice que hay fisura de la bolsa amniótica cuando se presenta ¨un pequeño huequito¨ o pérdida de la continuidad de la membrana que recubre al bebé y, como consecuencia de esto, la salida de líquido amniótico al exterior.

En este sentido, cuando hablamos de fisura, la pérdida de líquido es poca, presentándose solo en esfuerzo o cuando se realizan movimientos bruscos y dependiendo de la cantidad, la detección se puede hacer difícil a simple vista.

Entonces, ¿cómo detectar fisura en la bolsa amniótica? Para detectarla, debes observar si hay una mayor cantidad de pérdida de líquidos de lo habitual o si tienes la sensación de sentir “mojada” la ropa interior gran parte del día, de ser así:

• Observa las características de este líquido como el color y el olor. Es recomendable el uso de toallas sanitarias que faciliten la apreciación. Este se diferencia de los fluidos vaginales y la orina, porque es transparente y no tiene olor, muy parecido al agua. En este artículo explicamos el color del líquido amniótico.
• Evalúa los momentos en los que hay más líquido en la ropa interior, pon atención al momento de hacer movimientos fuertes o caminar por largo rato.

¿Cómo saber si estoy perdiendo liquido amniótico poco a poco? La mejor forma detectarlo es colocando una nueva toalla sanitaria y luego toser un par de veces, al hacer este esto aumenta la presión, saliendo mayor cantidad de líquido en caso que este rota.

Si sospechas que tienes pérdida o sientes dudas al respecto, existe en el mercado test caseros muy fáciles de usar, en forma de salvaslips, con una tira reactiva especial para medir el PH, que, al colocarlo en tu ropa interior, indicará si es líquido amniótico, orina o fluidos vaginales. Esto se visualiza a través del color que adquiera la tira al contacto, el líquido amniótico tiene un PH elevado y le dará el color característico azul o verde como resultado.

Si detectas una fisura o rompimiento, debes acudir a tu médico/a tratante, este valorará a través de la exploración ginecológica las condiciones del cuello uterino y la cantidad de líquido que estás perdiendo, también observará si él bebé tiene suficiente líquido para su óptimo desarrollo. Debes prestar atención a otros síntomas como cambios de color en este líquido, sangre, o falta de movimientos del bebé, de ser así, debes ir en la brevedad posible al hospital.

Al detectar fisuras en la bolsa amniótica, el médico indicará los pasos a seguir. Uno de ellos es el sellado de esta rotura, a través de diferentes técnicas, como por ejemplo el Amniopatch, que es la colocación de plaquetas y crioprecipitados en el área de la lesión y así formar un parche que contenga la pérdida de este líquido. Aun así, el éxito de estas técnicas depende de condiciones propias de la madre y del estado de evolución del embarazo.

El reposo y la toma de antibióticos de forma preventiva son generalmente los cuidados a seguir. La fisura de la bolsa puede conllevar a otras complicaciones como infecciones, desarrollo lento del bebé o desencadenar un parto prematuro, por lo que debes estar siempre en contacto con tu médico/a ante cualquier inquietud.

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