Con cuántos centímetros te ponen la epidural

La epidural es un tipo de anestesia administrada para reducir el dolor del parto y aliviar las contracciones, pero llegar a una completa sedación que imposibilite pujar. Por el contrario, mediante esta técnica es posible mantenerse consciente y participar activamente en el proceso. Consiste en colocar un catéter entre dos vértebras lumbares (espalda baja), asegurado con cinta adhesiva durante el parto, con el propósito de administrar la cantidad necesaria de anestesia.

En cuanto a la pregunta sobre cuándo se coloca la epidural, la respuesta varía y se actualiza constantemente. No obstante, se recomienda la inserción epidural cuando se han alcanzado al menos 4 centímetros de dilatación durante el parto, es decir, en la fase activa. Se administra cuando el parto ha comenzado y hay contracciones continuas y regulares, con el objetivo de no interferir con el curso natural del proceso.

Otras opiniones sugieren que la anestesia epidural puede administrarse en cualquier momento del parto, siempre y cuando el cuello uterino no esté excesivamente dilatado. Sin embargo, generalmente se aconseja la epidural cuando el cuello uterino se ha dilatado de 4 a 6 centímetros, indicando que el parto está establecido y las contracciones son fuertes y frecuentes.

No hay una respuesta clara a esta pregunta, ya que la administración de la epidural es posible hasta el final del parto si el cuello uterino no está completamente dilatado, es decir, a los 10 centímetros, y también teniendo en cuenta que el bebé no esté demasiado encajado en el canal de parto. Una mujer embarazada puede solicitar la colocación de la epidural libremente, pero el obstetra y el anestesiólogo determinarán el momento más adecuado.

Generalmente, no se recomienda la epidural durante el trabajo de parto cuando la mujer debe pujar para dar a luz al bebé o una vez que la dilatación alcanza los 8 centímetros. Esto se debe a que la anestesia puede disminuir la sensación de pujar, prolongar el parto y aumentar los riesgos. Además, considerando que con ocho centímetros de dilatación el parto puede ocurrir en cualquier momento, y la epidural requiere un tiempo de preparación de 10 a 20 minutos para hacer efecto.

Otro aspecto a considerar es que cuanto mayor sea la dilatación, más frecuentes e intensas serán las contracciones, lo que complicará el proceso y generando riesgos durante las epidurales. Durante este procedimiento, la mujer debe permanecer inmóvil mientras se coloca la aguja, y si hay dolor e incomodidad, la inserción se vuelve más difícil e imposible de lograr por el especialista. En el siguiente artículo te explicamos Cuándo te ponen la epidural en un parto inducido.

En primer lugar, administrar una epidural antes del inicio del parto, es decir, antes de que el cuello uterino se dilate entre 4 y 6 centímetros, puede disminuir la intensidad y la frecuencia de las contracciones. Esto dificulta el descenso y el encajamiento del bebé en el canal del parto, ralentizando el proceso. Esta situación puede aumentar la necesidad de utilizar oxitocina sintética para inducir el parto e incluso puede requerir la realización de una cesárea si el parto no avanza.

Este analgésico solo se utiliza cuando la dilatación es de aproximadamente 4 a 5 centímetros, ya que usarlo antes de este momento conlleva el riesgo de que su efecto desaparezca a medida que se acerca el momento del parto. Si se administra una epidural después de que el parto esté muy avanzado, es decir, después de que el cuello uterino se haya dilatado más de 8 centímetros o después de que el bebé esté encajado en el canal del parto, el espacio epidural puede ser reducido o inaccesible como consecuencia de la presión ejercida por el bebé.

Además, las contracciones pueden ocasionar que sea difícil para la embarazada permanecer quieta y cooperar con el anestesiólogo. La administración tardía de una epidural puede aumentar el riesgo de falla o insuficiencia, así como la posibilidad de experimentar efectos secundarios o complicaciones.

Consecuencias de administrar la epidural antes de lo indicado

Durante mucho tiempo, se ha argumentado que aplicar una epidural demasiado pronto, es decir, cuando la dilatación es solo de unos pocos centímetros, aumenta el riesgo de cesárea y tiene efectos negativos en el proceso de nacimiento. Sin embargo, en la actualidad, algunos expertos rechazan esta afirmación, ya que la técnica se ha modernizado y existen estudios más recientes y rigurosos que realizan una evaluación adecuada de los riesgos y beneficios.

No obstante, es un área que requiere más investigación y resultados sustentables. La decisión de administrar la epidural debe tomarse con mucha responsabilidad, evaluando las posibles complicaciones involucradas. Por ello, se recomienda administrar la anestesia epidural en el momento adecuado, cuando comienza el parto y el dolor es intenso, pero antes de que el parto avance y el bebé se haya encajado. De esta forma, se logrará el máximo beneficio con el mínimo riesgo.

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