Por qué mi bebé se tapa la cara y qué hacer

El bebé puede cubrirse la cara por diferentes motivos. A continuación, te mostramos los más usuales:

1. Como forma de exploración sensorial

Los bebés están en constante exploración de su entorno y pueden cubrirse la cara como parte de su desarrollo sensorial. Al hacerlo, pueden experimentar diferentes sensaciones táctiles y visuales. El mundo es un lugar por conocer y no dudarán en utilizar todos los recursos de los que disponen.

2. Como actividad lúdica y de descubrimiento

Cubrirse la cara puede ser una forma de juego y descubrimiento para los bebés. Les permite experimentar con el concepto de ocultar y revelar, lo que puede resultarles emocionante y divertido. Facilita el entrenamiento de la permanencia del objeto, aspecto muy relevante dentro del desarrollo.

Uno de los primeros juegos que inicia el bebé es el cucú-tras. Si quieres conocer más juegos puedes leer el artículo Juegos para bebés de 2 meses.

3. Como autoconsuelo y protección

Por otro lado, los bebés también pueden taparse la cara como autoconsuelo y protección. Al hacerlo, pueden sentirse seguros y reconfortados.

Hay que tener en cuenta que sus forma de protección todavía son muy rudimentarias, sin embargo, esto puede servirles cuando sienten cierta amenaza por algún estímulo externo, como por ejemplo, al tratar de darles una cucharada de un puré cuando no quieren comer.

4. Como bloqueo de estímulos

Los bebés pueden cubrirse la cara como una manera de bloquear estímulos externos, como la luz brillante, el ruido o el exceso de estimulación. Esto les ayuda a regular su nivel de exposición sensorial y les proporciona un ambiente más tranquilo. Estas respuestas no suelen ser voluntarias, sino que corresponden a una parte más instintiva de protección.

Si tu bebé se tapa la cara de vez en cuando, generalmente no hay de qué preocuparse, siempre y cuando pueda respirar libremente y no muestre signos de angustia o dificultad para respirar. Sin embargo, es importante tomar precauciones y estar atento a su seguridad. Aquí hay algunas recomendaciones:

• Supervisión constante: nunca dejes a tu bebé solo mientras está tapado o cubriéndose la cara. Mantén una supervisión constante para asegurarte de que pueda respirar adecuadamente y que no haya riesgo de asfixia. Es especialmente importante durante el primer año de vida, ya que son más vulnerables a poder sufrir de apneas, taparse la cara junto a la postura que adopta durante el sueño son aspectos esenciales que hay que supervisar.
• Evitar objetos sueltos en la cuna: asegúrate de que la cuna de tu bebé esté libre de almohadas, mantas sueltas u otros objetos que puedan cubrir su cara accidentalmente. Las chichoneras que, son las almohadas que recubren el contorno de la cuna para evitar golpes en la cabeza, pueden ser muy peligrosas, por lo que habrá que cerciorarse de que están bien sujetas y atadas a los barrotes de la cuna.
• Colocar al bebé en una posición segura para dormir: sigue las recomendaciones de seguridad para el sueño infantil, como acostar al bebé boca arriba en una superficie firme y sin objetos sueltos, la cabeza siempre mejor ladeada para que facilite la expulsión de alguna flema y no pueda atragantarse. La mayoría de los pediatras señalan que colocar al bebé boca abajo duplica las posibilidades de muerte súbita.
• Observar signos de angustia o dificultad respiratoria: si notas que tu bebé está angustiado, muestra dificultad para respirar o tiene cambios en el color de la piel, retira suavemente cualquier objeto que esté cubriendo su cara y busca atención médica de inmediato.

Si tienes preocupaciones persistentes acerca de la tendencia de tu bebé a taparse la cara o si crees que podría haber un problema de salud subyacente, es importante que consultes con un pediatra. Ellos podrán evaluar la situación y proporcionarte orientación personalizada en función de las características individuales de tu bebé.

Que tu bebé se tape la cara no tiene por qué implicar una dificultad o riesgo. No obstante, es importante tomar medidas para garantizar su seguridad y bienestar. A continuación, te damos algunos consejos sobre qué hacer si mi bebé se tapa la cara:

• Mantener la calma: mantén la calma y actúa de manera tranquila para no asustar ni estresar al bebé. Recuerda que los bebés suelen absorber los estados emocionales de los padres, por lo tanto, es importante no transmitir ansiedad ante la situación.
• Verificar la respiración: asegúrate de que tu bebé pueda respirar libremente. Si su nariz o boca están cubiertas, retira suavemente cualquier objeto que esté obstruyendo su respiración.
• Cambiar la posición: si tu bebé se ha movido y se ha tapado la cara con una manta o su ropa, simplemente muévelo suavemente para liberar su cara y asegúrate de que tenga suficiente espacio para respirar.
• Crear un ambiente seguro para dormir: asegúrate de que el entorno de sueño de tu bebé esté seguro. Evita el uso de almohadas, mantas sueltas u otros objetos que puedan cubrir su cara accidentalmente. Sigue las recomendaciones de seguridad para el sueño infantil, como colocar al bebé boca arriba en una superficie firme y sin objetos sueltos.

En este artículo encontrarás Las mejores posiciones para dormir a un bebé.

Cuando un bebé se tape la cara para dormir puede tener varios riesgos asociados. Algunos de ellos son los siguientes:

• Asfixia: si el bebé tiene la cara completamente cubierta, existe el riesgo de que se dificulte su respiración y pueda sufrir asfixia. Esto puede ocurrir si se tapa con una manta, almohada u otro objeto que obstruya su nariz o boca.
• Sobrecalentamiento: cuando la cara del bebé está cubierta, se puede generar un ambiente de calor excesivo alrededor de su cabeza, lo que puede provocar sobrecalentamiento. El sobrecalentamiento puede ser peligroso y aumentar el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
• Retención de dióxido de carbono: si la cara del bebé está cubierta, el dióxido de carbono que exhala podría acumularse alrededor de su rostro y dificultar la respiración adecuada.
• Posiciones peligrosas: al cubrirse la cara, el bebé podría moverse a una posición incómoda o peligrosa en la cuna, lo que aumenta el riesgo de asfixia o lesiones.

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