Relaxina en el embarazo: qué es y cuál es su importancia

La relaxina es una hormona producida por el cuerpo lúteo en los ovarios y también es secretada por la placenta durante las etapas finales del embarazo para madurar el cuello uterino y prepararlo para el parto. Se sabe que interfiere con la síntesis de colágeno, haciendo que los ligamentos del cuerpo sean más elásticos, lo que protege las articulaciones y proporciona estabilidad. Su concentración crece conforme el embarazo avanza para facilitar el parto, y alcanza su punto máximo justo antes del nacimiento.

La relaxina ayuda a regular las contracciones uterinas hacia el final del embarazo. Aunque su papel parece no estar claro durante toda la gestación, se cree que puede relajar el tejido muscular del útero y, por lo tanto, evitar las contracciones prematuras que podrían llevar a un parto antes de tiempo. No obstante, hacia el final del embarazo, los niveles de la hormona relaxina disminuyen, lo que permite que el útero comience a contraerse e iniciar el parto, y los niveles se normalizan al nacer el bebé.

Efectos de la relaxina en el embarazo

En líneas generales, la relaxina actúa o ejerce sus efectos principalmente en los siguientes órganos o sistemas del cuerpo:

• Útero: disminuye las contracciones uterinas durante la mayor parte del embarazo, evitando el parto prematuro. Sin embargo, al finalizar el embarazo, permite la dilatación cervical y las contracciones uterinas, facilitando el parto.
• Cuello uterino: la relaxina ablanda y acorta el cuello uterino, preparándolo para la dilatación.
• Articulaciones: aumenta la laxitud de las articulaciones, especialmente en la pelvis, para facilitar el paso del bebé durante el parto.
• Sistema cardiovascular: la relaxina puede influir en la presión arterial y el flujo sanguíneo, aunque estos efectos aún están siendo investigados.

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La relaxina realiza multitud de funciones durante el embarazo, todas ellas encaminadas a facilitar el parto y el nacimiento del bebé. A continuación, te las mencionamos:

• Prepara el útero: inhibe las contracciones uterinas durante la mayor parte del embarazo, previniendo el parto prematuro. Sin embargo, a corto plazo, favorece la dilatación cervical y las contracciones uterinas, facilitando el proceso del parto.
• Maduración del cuello uterino: suaviza y acorta el cuello uterino, preparándolo para la dilatación.
• Aumento de la laxitud articular: la relaxina relaja los ligamentos pélvicos, lo que ayuda a que las articulaciones se abran más, creando las condiciones adecuadas para que el bebé pase por el canal del parto.
• Remodelación del tejido conectivo: estimula la producción de enzimas que hidrolizan el colágeno, lo que aumenta la elasticidad de los tejidos y facilita la relajación de los órganos durante el embarazo.

Los niveles de relaxina alcanzan su punto máximo de concentración al inicio del segundo trimestre del embarazo y luego nuevamente en el parto. Esto se traduce en lo siguiente:

• Mayor flexibilidad muscular, a medida que se acerca el parto.
• Contracciones uterinas espontáneas más leves.
• Mejora en la flexibilidad de la sínfisis púbica para facilitar el parto.

Aunque la relaxina es esencial para un embarazo saludable, el exceso o la disminución de la concentración de esta hormona puede causar problemas. Algunos de los efectos negativos asociados incluyen:

• Dolor en las articulaciones: la sobreextensión o relajación de las articulaciones puede causar dolor, especialmente en la pelvis y la zona lumbar.
• Inestabilidad: las articulaciones flojas pueden causar sensación de inestabilidad y dificultad para caminar.
• Contracción uterina prematura: en algunos casos, los niveles elevados de la hormona relaxina pueden provocar contracciones uterinas prematuras.
• Hemorragia posparto: se ha sugerido que los niveles bajos de relaxina después del nacimiento pueden aumentar el riesgo de hemorragia.

Si estás presentando dolor en las articulaciones u otros síntomas relacionados con los efectos de la relaxina, es importante consultar al médico. Algunas medidas que pueden ayudar a reducir estos síntomas incluyen:

• Practica ejercicio: el ejercicio de bajo impacto, como la natación o el yoga, puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la postura.
• Realiza fisioterapia: un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios específicos para aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
• Aplica compresas frías y calientes: aplicar compresas frías o calientes puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
• Utiliza soporte: usar un cinturón o soporte lumbar puede ayudar a aliviar el dolor de espalda.
• Descansa: asegúrate de descansar lo suficiente y evita actividades que puedan empeorar tus síntomas. Intenta dormir con una almohada entre las piernas para mantener la pelvis recta y las articulaciones de la cadera relajadas y sin tensión.
• Evita los movimientos bruscos para prevenir lesiones en los ligamentos y controla tu postura corporal. Asimismo, evita levantar objetos pesados y, si lo haces, que sea muy lentamente y con las rodillas dobladas.

Por otro lado, si tienes dolor o sensibilidad en el pubis, puede ser útil un vendaje púbico o un corsé que pase sobre el hueso púbico y levante el peso del útero para que no presione dicho hueso.

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