Mi bebé no quiere nacer: por qué y qué hacer para adelantar el parto

La fecha probable de parto es solo una estimación que se calcula con la finalidad de dar a los padres un tiempo aproximado del nacimiento de su bebé. No obstante, para que pueda ser confiable y tenerse en cuenta, la menstruación debe ser regular y no estar expuesta a los anticonceptivos orales o medicamentos, los cuales podrían alterar o modificar la duración del ciclo. Además, es necesario que la mujer no presente síntomas ni sangrado, durante los primeros tres meses de embarazo.

Por ello, si tu bebé aún no ha nacido intenta no alarmarte. Ten en en cuenta que las fechas que te indican cuándo se producirá el parto son aproximadas y siempre pueden variar, por lo que un retraso de unos días es normal. Alrededor del 95% de los bebés nacen entre las 37 y 42 semanas de embarazo, y es normal que el parto se retrase unos días o incluso una semana.

Sin embargo, si el embarazo se prolonga más allá de las 42 semanas, se considera un embarazo postérmino. Si tienes dudas, la ecografía es una herramienta útil en los primeros tres meses de embarazo, que permite verificar de una forma precisa la edad gestacional, mientras que las ecografías posteriores son menos fiables para este fin. También puede interesarte consultar el artículo Cómo saber si estoy de parto.

Pocas veces los bebés nacen en las fechas previstas, algunas madres deben esperar hasta dos semanas después para que inicie el trabajo de parto, sobre todo si son primerizas. Si ha pasado una semana y las contracciones no inician, es probable que existan diversas causas que estén retrasando el parto. A continuación, te las mencionamos:

• Factores maternos: si las madres presentan alguna condición previa, como la edad materna avanzada, primer embarazo, diabetes gestacional, obesidad, antecedentes obstétricos como partos prolongados, problemas placentarios, posición fetal anormal, estos factores podría afectar la fecha de parto.
• Factores fetales: macrosomía fetal, malformaciones congénitas, inmadurez fetal.
• Factores relacionados con el embarazo: si se ha presentado alguna condición de salud, como infecciones uterinas, oligohidramnios (nivel bajo de líquido amniótico), placenta previa, entre otras.

La placenta funciona bien hasta la semana 41 de embarazo, después de ese tiempo comienza a envejecer y sus funciones son limitadas, especialmente la oxigenación del bebé. Por esta razón, las complicaciones aumentan a partir de esta semana de gestación, y también el riesgo que el bebé tenga restricción del crecimiento intrauterino, por falta de oxígeno y nutrientes.

El nacimiento tardío puede aumentar el riesgo de complicaciones, tanto para la madre como para el bebé. Por un lado, la madre puede presentar mayor riesgo de cesárea, hemorragia posparto, desprendimiento de placenta, infección y coágulos de sangre.

Por otro lado, a continuación te mencionamos los riesgos para el bebé de nacer con retraso:

• Riesgo de macrosomía, sufrimiento fetal, hipoxia y muerte fetal.
• Mayor incidencia de asfixia al nacer y muerte neonatal.
• Riesgo de otras complicaciones respiratorias, metabólicas y cardíacas en el bebé.
• Aparición de signos físicos de madurez del bebé, pérdida de tejido y masa muscular, descamación de la piel, presencia del cuerpo que nació saturado de meconio amarillo

Por estas razones, los expertos no esperan más de una semana para inducir el parto cuando ya se ha cumplido el tiempo, porque a mayor espera, el riesgo de sufrimiento fetal por falta de oxígeno aumenta. También puede interesarte ¿Si el bebé es grande se adelanta el parto?

Si tu embarazo ya pasó de las 41 semanas y tu médico lo considera necesario, podrá recomendarte métodos para inducir el parto, como los siguientes:

• Rotura artificial de membranas (BRA): el médico rompe manualmente el saco amniótico, para liberar líquido amniótico y estimular las contracciones.
• Oxitocina: Se administra una hormona sintética, que imita la oxitocina natural para provocar las contracciones uterinas.
• Desprendimiento de membranas: El médico separa manualmente las membranas que rodean al bebé del útero para estimular la producción de prostaglandinas, que también ayudan a iniciar el parto.
• Gel vaginal de prostaglandinas: se aplica un gel que contiene prostaglandinas en la vagina, para estimular el cuello uterino y estimular las contracciones.

Es importante señalar que la inducción del parto, sólo debe realizarse bajo estricta supervisión médica, y cuando se hayan evaluado cuidadosamente los riesgos y beneficios. Si quieres saber más información sobre este tema puedes consultar Cómo adelantar el parto natural.

Si tienes más de 41 semanas de embarazo o experimentas alguno de los siguientes síntomas debes consultar a su médico de inmediato:

• Disminución de los movimientos fetales.
• Sangrado vaginal.
• Pérdida de líquido amniótico.
• Dolor abdominal intenso o contracciones irregulares.
• Fiebre o escalofríos.

En definitiva, si tu bebé no quiere nacer y tu embarazo se está prolongando más de lo esperado, es importante mantener la calma y seguir las indicaciones de tu médico. En algunos casos, la inducción del parto puede ser una opción segura para inducir el parto y prevenir complicaciones. Sin embargo, esto siempre debe hacerse bajo estricta supervisión médica y sólo si se han sopesado cuidadosamente los riesgos y beneficios.

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