Qué probabilidad hay de ponerse de parto en la semana 37

Al cumplir 37 semanas de embarazo, la mayoría de bebés ya tiene la cabeza encajada en el canal de parto, entre los huesos de la pelvis, y tienen una estatura de 50 centímetros de largo y 3 kg aproximadamente, lo que significa que están listos para nacer. Aun así, la realidad es que necesitan las últimas semanas de embarazo para subir de peso y estar más fuertes para cuando tenga lugar el trabajo de parto, además de para llegar al mundo exterior en óptimas condiciones.

Pasadas las 37 semanas de gestación, el bebé sigue recibiendo células inmunitarias de la madre, el cerebro continúa creciendo y, aunque en esas pocas semanas no aumenta mucho de peso (15 gramos de grasa por día), es precisamente esta grasa la que lo ayudará a regular mejor su temperatura y mantener niveles los de azúcar en sangre adecuados.

Aunque los bebés están preparados para nacer a partir de las 37 semanas de embarazo, normalmente suelen nacer más tarde. Aproximadamente, el 90% de los bebés nace entre la semana 38 y la 42, por lo que solo un 10% suelen nacer en la semana 37.

En la semana 37 el bebé ya está completamente desarrollado, por lo que en las últimas semanas estará interesado en aumentar de peso. Algunos logran ganar alrededor de 300 gramos por semana, la cual es una cifra bastante alta y favorable.

Así pues, aunque en la semana 37 el bebé está listo para nacer y colocado en la posición cefálica óptima, existe la posibilidad de que si nace en este periodo presente más complicaciones que los bebés nacidos a las 39 semanas de embarazo. A continuación, te mencionamos las posibles consecuencias y riesgos del parto de 37 semanas:

• Dificultad para respirar.
• Problemas cardíacos y convulsiones.
• Mayor riesgo de tener una mala condición cardiorrespiratoria durante la adolescencia y la edad adulta.
• Provoca cambios permanentes en los tejidos y órganos, lo que afecta la salud cardíaca y respiratoria, concretamente se ve afectado el suministro de oxígeno a los músculos durante la realización de actividades físicas. Nacer en la semana 37 también altera la correcta salud metabólica y cardiovascular de una persona a lo largo de su vida.

Generalmente, todas estas patologías requieren acudir a la la unidad de cuidados intensivos neonatales para estabilizar los procesos y dar de alta al bebé.

Cómo prevenir el parto a las 37 semanas de embarazo

Si quieres evitar ponerte de parto a las 37 semanas de embarazo, te recomendamos seguir estos consejos:

• Dejar de fumar: el tabaco incrementa el riesgo de nacimientos antes de tiempo.
• Evitar la extrema delgadez: si existe bajo peso en la madre, es adecuado corregirlo. Si se diagnostica algún déficit nutricional, es adecuado tomar suplementos para corregirlo.
• Mantener niveles correctos de hierro.
• Prevenir la anemia.
• Llevar una dieta baja en grasas y rica en ácidos grasos omega 3.
• Consumir frutas y verduras de forma regular. Descubre cuáles son las mejores verduras para embarazadas.
• Prevenir infecciones urinarias y si ya están presentes, tratarlas con antibióticos bajo supervisión médica.

Si no hay una razón médica para adelantar el parto, lo ideal es esperar al menos hasta la semana 39 de embarazo. Actualmente, las madres pueden elegir el tiempo exacto y programar el nacimiento, pero hay que tener cuidado de no hacerlo demasiado pronto. Lo cierto es que el bebé necesita desarrollarse muy bien y esto sucede en las últimas cuatro semanas del embarazo.

A las 39 o 40 semanas de embarazo el cerebro del bebé está mejor formado en comparación a la semana 35 o 37. Los pulmones y el hígado también están más desarrollados a las 39 semana, además de que la capa de grasa subcutánea que mantiene la temperatura corporal después del nacimiento es más abundante.

El parto en la semana 37 puede producir los siguientes problemas de salud física y mental para la madre:

• Más propensión a sufrir depresión posparto.
• Experimentar trabajos de parto fuertes e intensos con mayores probabilidades de necesitar una cesárea.
• Las mujeres que elijen cesárea tienen más probabilidades de contraer infecciones. Además, la recuperación se prolonga más en el tiempo que un parto vaginal normal.

En definitiva, la probabilidad de parto en la semana 37 es baja y produce complicaciones y riesgos para la salud del bebé que pueden afectarle de por vida. Por ello, debe evitarse la cesárea electiva o el trabajo forzado, a menos que los profesionales médicos indiquen que no hay que esperar.

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