Cómo diferenciar gases de movimientos fetales

Los movimientos fetales indican que el bebé está creciendo sano y que su desarrollo neuromuscular es adecuado. Generalmente, se empiezan a notar alrededor de la semana 28, debido a que el espacio dentro del útero es lo suficientemente grande para moverlo. A medida que la barriga crece notarás que los movimientos fetales son más intensos pero menos frecuentes, porque el espacio que tendrá el bebé cada vez será más reducido.

Recuerda que los movimientos fetales son indicadores que todo marcha como debería, pero siempre varían en cuanto a frecuencia, fuerza y ​​repetitividad a lo largo de la gestación. En cambio, los gases en el embarazo tienden a ser esporádico, breve y frecuentemente acompañados de flatulencias, hinchazón y cólicos abdominales.

En definitiva, para diferenciar gases de movimientos fetales debes tener en cuenta que los movimientos del bebé suelen ser más fuertes e intensos, especialmente en el tercer trimestre, mientras que los gases son de intensidad leve y moderada.

Para saber si son movimientos fetales o gases, debes saber que las flatulencias de producen en la parte inferior del abdomen. Cuando se experimentan es común sentirlo contraído y presionado. En cambio, los movimientos fetales varían en intensidad, duración y frecuencia a medida que el feto se mueve, crece y cambia de posición.

A diferencia de los movimientos fetales, los gases se notan en una área específica y pueden irradiarse a otras zonas. En cambio, los movimientos fetales se pueden sentir en todas partes. Así pues, si notas movimientos en una área localizada del estómago seguramente sean gases.

Al principio del embarazo, los movimientos fetales pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos. En cambio, la duración de los gases dependerá de la causa que los ocasione. Pueden durar solo unos segundos o ir creciendo en intensidad y tiempo, así como presentar molestias intermitentes. Además, es más probable que los gases sean causados por cualquier movimiento que dure más de 15 minutos en una área localizada del abdomen.

La posición de la madre, la actividad, si ha comido algo dulce recientemente o si no ha comido en varias horas, pueden afectar la frecuencia y la regularidad de los movimientos fetales. Los mismos suelen ser más notables a medida que avanza el embarazo.

En cambio, los gases se sienten a determinadas horas del días en función de diferentes factores, como la ingestión de comidas pesadas que no se digieren fácil, ingerir alimentos con un alto contenido de grasa o lactosa, entre otros.

Los gases en el embarazo con frecuencia hacen ruido, que en ocasiones es audible y claro, mientras que los movimientos fetales son silenciosos y no emiten ningún sonido. Otra forma de diferenciar gases de movimientos fetales es que los primeros se suelen sentir durante todo el día, y los segundos suelen ocurrir con más frecuencia por la mañana y por la noche, en función de la actividad del bebé.

Los movimientos fetales se repiten con frecuencia en patrones similares, cuando el bebé está más activo a lo largo del día, como justo después de comer, momento en el que se pueden contar hasta diez movimientos. Son causados mayormente por el cambio de posición del feto dentro del útero. Descubre Cuándo preocuparse por los movimientos fetales en el embarazo en este artículo.

En cuanto a los gases, suelen ser esporádicos y con patrones diferentes, porque son causados por una acumulación de aire en el tracto gastrointestinal, y dependerá de qué cantidad de gas haya o de la dificultad de la digestión. Los gases no tienen ningún efecto sobre el feto.

Ante la duda de cómo diferenciar gases de movimientos fetales, debes saber que los movimientos del futuro bebé dentro del útero rara vez vienen acompañados de otras molestias. Por el contrario, los gases con frecuencia se asocian con otros síntomas, como flatulencias, hinchazón y calambres.

Es importante recordar que los movimientos fetales son un signo de salud fetal, ya que indican que el bebé está activo, sano y se está desarrollando correctamente. Por su parte, los gases no afectan al feto y no provocan ninguna reacción en el mismo.

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