Qué es la disciplina positiva, técnicas y cómo aplicarla

La Unicef define la disciplina positiva para niños como una estrategia educativa que se basa en el enfoque positivo que los padres y educadores deben tener con los niños para enseñarles distintas habilidades, como la responsabilidad, el respeto y la disciplina².

En otras palabras, se centra en fomentar un comportamiento respetuoso, atento y positivo en los niños, enseñándoles a comprender las consecuencias de sus acciones de una manera amable pero firme. Este método busca desarrollar relaciones basadas en el respeto mutuo entre adultos y niños, y está fundamentado en la comunicación efectiva, la comprensión y la empatía.

A diferencia de los enfoques tradicionales de disciplina que pueden depender del castigo y la autoridad para influir en el comportamiento del niño, la disciplina positiva promueve habilidades sociales y de vida importantes, como la responsabilidad personal, la solución de problemas, la cooperación, la capacidad de recuperación y la autoestima. De hecho, su principal objetivo es enseñar a los niños que toda acción tiene una consecuencia.

Características de la disciplina positiva para niños

Las principales características de la disciplina positiva son las siguientes:

• Como se basa en el respeto mutuo, los niños deben sentirse importantes como los adultos.
• Fomenta la seguridad y el amor en los niños, sin dejar de lado el respeto y las responsabilidades.
• Ayuda a que los niños aprendan de sus errores y a los padres a identificar el foco del comportamiento.
• Es una estrategia de ejecución a largo plazo.
• Promueve el respeto entre padres e hijos, reconociendo el valor y la dignidad de cada uno.
• Fomenta una comunicación abierta y honesta, permitiendo expresar sentimientos y necesidades de manera constructiva.
• Busca enseñar habilidades de vida y resolver problemas de manera que tengan un impacto positivo duradero. Aquí encontrarás algunos Juegos para trabajar las habilidades sociales en niños.

Como puedes ver, la disciplina positiva para niños es un enfoque educativo que se centra en enseñar a los niños a comportarse bien de manera respetuosa y motivadora, en lugar de usar el castigo y que ayuda a desarrollar empatía, autocontrol y habilidades para resolver conflictos.

La disciplina positiva para niños y niñas se basa en cinco pilares fundamentales que ayudan a los padres y cuidadores a guiar el comportamiento de los más pequeños de forma efectiva y respetuosa. De igual modo, estos pilares proporcionan una estructura sólida para fomentar el crecimiento emocional y social de los niños mientras se construye una relación de confianza y respeto mutuo. Te los mostramos a continuación:

1. Conexión: este pilar se centra en la importancia de construir y mantener una conexión emocional sólida con el niño. Una relación basada en el respeto mutuo, la empatía y la comprensión sienta las bases para una comunicación abierta y una colaboración efectiva en la resolución de problemas.
2. Respeto mutuo: la disciplina positiva se basa en el respeto mutuo entre adultos y niños. Esto implica tratar a los niños con dignidad, escuchar sus opiniones y sentimientos y reconocer su autonomía y capacidad para tomar decisiones dentro de los límites apropiados.
3. Firmeza y amabilidad: implica establecer límites claros y aplicar consecuencias de manera consistente, pero siempre con amabilidad y respeto. Es decir, los adultos deben ser firmes al mantener los límites, pero también compasivos y comprensivos al guiar a los niños a través de sus emociones y comportamientos.
4. Enfoque en soluciones: la disciplina positiva se centra en encontrar soluciones constructivas y educativas para abordar el comportamiento desafiante. En lugar de simplemente castigar o reprender, los adultos trabajan junto con los niños para identificar la causa subyacente del comportamiento y encontrar maneras positivas de abordarlo y resolverlo.
5. Enseñanza de habilidades sociales y emocionales: la disciplina positiva no se trata solo de corregir el comportamiento, sino también de enseñar a los niños habilidades sociales y emocionales importantes. Esto incluye la gestión de emociones, la resolución de conflictos, la empatía, la comunicación efectiva y otras habilidades que les ayudarán a tener éxito en la vida.

Estos cinco pilares proporcionan un marco sólido para la implementación efectiva de la disciplina positiva, que promueve un ambiente de respeto, comprensión y crecimiento para los niños y niñas.

Aplicar la disciplina positiva requiere de constancia, amor y, sobre todo, mucha paciencia. Lo primero que debes saber es que no se trata de una caja de trucos mágicos, sino que es una estrategia psicopedagógica y conductual en donde el autoritarismo no es la solución, ya que debes servir de guía y estimulo ante el niño para enseñarle a tomar las mejores decisiones, desde el respeto y el amor mutuo.

Dicho esto, a continuación te dejamos algunos pasos y estrategias para integrar este enfoque en la educación de tus hijos:

• Establece una conexión antes de corregir: antes de abordar un comportamiento inadecuado de tu hijo o hija, asegúrate de que se sienta visto/a y escuchado/a. Esto crea un ambiente de confianza y respeto mutuo que será más conveniente para abordar la situación.
• Usa la empatía y la comprensión: intenta entender el motivo detrás del comportamiento del niño y válida sus sentimientos. Esto no significa que apruebes el comportamiento, sino que reconoces sus emociones y empatizas con él.
• Establece límites claros y coherentes: los niños necesitan saber qué se espera de ellos. Explica las reglas y las consecuencias de manera clara, asegurándote de que sean coherentes y aplicadas de manera justa.
• Fomenta la autonomía y la responsabilidad: anima a tus hijos e hijas a tomar decisiones apropiadas para su edad y a asumir responsabilidades, puesto que eso le ayuda a desarrollar la autoestima y la independencia.
• Ofrece opciones y consecuencias lógicas: darles opciones dentro de límites establecidos, ayuda a los niños a sentirse empoderados y a aprender a tomar decisiones. Eso sí, las consecuencias deben estar directamente relacionadas con el comportamiento y ser entendidas de antemano.
• Utiliza siempre el refuerzo positivo: en lugar de centrarte solo en lo que el niño hace mal, reconoce y celebra sus logros y comportamientos positivos, y verás que esto ayuda a la repetición de dichos comportamientos.

Además, orienta a los niños para que aprendan a resolver disputas de manera pacífica y efectiva, enseñándoles a escuchar, comunicarse y negociar. Y por supuesto, es necesario que sirvas como modelo para la conducta, puesto que los niños aprenden mucho de los que ven en su entorno familiar y escolar. También puede interesarte el artículo Disciplina positiva para niños que pegan: cuentos y actividades.

Lucie Cluver, quien es profesora del área de Trabajo Social Infantil y Familiar de la Universidad de Oxford, enfatiza en que los castigos, maltratos y regaños, lejos de ser factores que ayuden a educar a los niños, se convierten en técnicas de violencia que no sirven para corregir a largo plazo.

Seguidamente, te enseñamos 8 técnicas de disciplina positiva que puedes emplear para niños y niñas:

• Tiempo fuera positivo: a diferencia del tiempo fuera tradicional, este enfoque permite que el niño elija un lugar tranquilo donde pueda calmarse, reflexionar sobre su comportamiento y recuperar el control de sus emociones.
• Elogiar lo positivo: en lugar de centrarte en lo negativo que hace el niño o niña, enfócate en sus cosas positivas, ya que los niños responden muy bien a los elogios. Por eso, cuando esté haciendo actividades tranquilas, como jugar con sus hermanos o leer un libro, tómate un minuto y felicítale por lo bien que lo está haciendo.
• Establece expectativas claras: acostúmbrate a decirle a tu hijo qué es lo que quiere exactamente que haga, ya que es más fácil y efectivo que explicarle lo que no te gusta. Por ejemplo, puedes decirle: por favor recoge tus juguetes y déjalos en su caja, en lugar de decirle que no quieres desórdenes en su habitación. Eso sí, siempre establece expectativas realistas.
• Reuniones familiares: planifica reuniones familiares regulares para discutir temas, establecer reglas del hogar y solucionar problemas juntos. Esto promueve el respeto mutuo y la colaboración entre la familia.
• Distraer creativamente: en lugar de enfocar las energías en las conductas negativas, en el momento que suceda, puedes salir a caminar con él o jugar para cambiarle el enfoque. Es esencial aprender a identificar cuando su ánimo está cambiando o cuando presientes que puede perder el control para que intervengas de inmediato.
• Pon tu enfoque en las soluciones: en lugar de castigar, trabajar con el niño para encontrar soluciones a los problemas. De esa manera, le enseñas pensamiento crítico y habilidades para resolver problemas.
• Utiliza las consecuencias tranquilas: parte de la enseñanza de la disciplina positiva se basa en educar a los hijos en que todo tiene una consecuencia. Para esto, cuando quieras que se detenga en algún comportamiento, explícale las consecuencias de no hacerlo y cumple con ellas.
• Pausas para pensar: antes de reaccionar a un comportamiento inadecuado, tanto el adulto como el niño toman un momento para calmarse y pensar. Así podrás prevenir respuestas impulsivas y promover una resolución de problemas más efectiva.

Las frases positivas son esenciales para ayudar a afianzar la autoestima en los niños y niñas. Por esta razón, a continuación te dejamos una selección con algunas de las mejores frases de disciplina positiva para niños que te serán de mucha utilidad:

• «Entiendo que estés molesto, hablemos de cómo te sientes».
• «Veo que esto es difícil para ti, ¿cómo puedo ayudarte?»
• «Me gusta cómo has intentado resolver esto, ¿qué otras ideas tienes?»
• «Estoy muy orgulloso/a de ti por haberlo intentado, incluso si no ha salido como esperabas».
• «Todos cometemos errores, lo importante es lo que aprendemos de ellos».
• «Me encanta cuando trabajamos juntos para buscar soluciones».
• «Sé que puedes hacerlo, tengo plena confianza en ti».
• «Esa fue una elección difícil, me alegro de que hayas pensado en las consecuencias».
• «Recuerda respirar hondo cuando te sientas frustrado/a».
• «¿Qué crees que podrías hacer diferente la próxima vez?»
• «¿Has visto que tus juguetes están tirados por el suelo? ¿Qué tal si los guardamos todos en su sitio?»

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