Qué es la crianza compartida en educación inicial y cómo trabajarla

Este tipo de crianza se denomina compartida o platónica, probablemente por el filósofo griego Platón, quien dijo que "donde reina el amor sobran las leyes". La crianza compartida consiste en tener y asumir la responsabilidad de ser madre y padre con una persona con la que no existe un vínculo afectivo, o al menos no uno de pareja. La crianza que llevan a cabo dos progenitores que deciden poner fin a su relación y tienen que continuar con la tarea de educar y criar separados también podría considerarse una crianza compartida.

Sin embargo, esta visión de la paternidad y la maternidad en ocasiones puede generar cierto debate entre las personas a favor y las que están en contra. Por un lado, los detractores consideran que los niños y niñas deben crecer bajo la relación afectiva de sus figuras de referencia. Por el contrario, las personas que defienden este tipo de crianza, consideran que lo más importante es que sus hijos e hijas reciban amor.

Si quieres saber otros tipos de crianza, en el siguiente artículo te explicamos Qué es la crianza consciente y cómo aplicarla.

A pesar de que entre progenitores no hay ningún tipo de relación afectiva, ambas partes asumen una responsabilidad común, y es la crianza de sus hijos e hijas. Es un tipo de relación en la cual no existe implicación afectiva hacia el otro progenitor, sin embargo, sí deben haber lazos entre ambos, especialmente de respeto, empatía y valores en común.

Esto quiere decir que entre progenitores deben existir unos lazos previos, conocerse y saber cuál es el tipo de crianza que quieren llevar a cabo con sus hijos e hijas, por lo que es necesario que haya puntos en común para que la educación tenga coherencia y sentido.

En algunos aspectos este tipo de crianza podría recordar al de los matrimonios separados, puesto que ambos progenitores conviven en hogares diferentes y no mantienen una relación afectiva, sin embargo, sí comparten el amor incondicional hacia sus hijos e hijas. La diferencia está en que, al no haber tenido nunca una relación amorosa, no vuelcan hacia los niños y niñas aspectos relacionados con su vida en pareja.

Cuando la persona decide ser madre o padre, pero prefiere no hacerlo solo/a para que sus hijos e hijas dispongan de la figura de ambos progenitores, puede llevarlo a cabo con alguien de su entorno con quien tenga un lazo afectivo previo de amistad o complicidad sin que sea una relación de pareja. Sin embargo, en algunos casos, algunas personas deciden recurrir a páginas web que facilitan este trámite.

Es cierto que todavía la sociedad no ha aceptado del todo este tipo de crianza. Por ello, las personas que deciden llevarlo a cabo, van a encontrar ciertos impedimentos, juicios y rechazo por parte de un entorno que no comprende cómo se puede educar a los hijos e hijas sin mantener un vínculo afectivo entre los progenitores.

Para que la crianza compartida o platónica cumpla el objetivo de criar a hijos e hijas en un entorno sano y feliz, existen varios aspectos fundamentales:

• Asumir que el hijo o hija debe estar en el centro de la crianza: para ello, se deben establecer valores y estilos educativos comunes. Aquí encontrarás Cómo educar en valores a los niños.
• Compromiso: este tipo de crianza se caracteriza por la implicación igualitaria de ambos progenitores, por lo tanto, si se da el paso de tener hijos de forma compartida, se debe asumir la responsabilidad a partes iguales.
• Pasar tiempo juntos: aunque no exista un vínculo afectivo, es importante que los hijos e hijas puedan compartir momentos de unión con sus progenitores, es una forma de que interpreten que, a pesar de no vivir bajo el mismo techo, sí existe una relación compatible a realizar planes juntos.
• Acudir a terapia: no solo las parejas casadas o con una relación amorosa son idóneas para acudir a terapia. Las personas que deciden llevar a cabo una crianza compartida también pueden mejorar su relación si en algún momento se resiente, puesto que entre ambos existe un vínculo que les unirá de por vida (sus hijos e hijas).
• Amor sin condiciones: a pesar de que la crianza compartida o platónica todavía no se entiende por una parte bastante representativa de la población, aquellas personas que deciden vivir su maternidad o paternidad de esta forma tienen que ser respetadas y valoradas, ya que el impulso que les ha movido a tomar esta decisión, es el inmenso amor que sienten hacia sus hijos e hijas.

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