¿Puedo comer nata en el embarazo?
La nata es un derivado lácteo que se usa frecuentemente en la cocina para mejorar el sabor y la textura de diversos platos y postres. Por esta razón, es habitual que forme parte de los antojos de muchas embarazadas. Sin embargo, su consumo durante el embarazo puede generar dudas, debido a que es un alimento con mucha carga calórica y que, además, podría estar relacionado con ciertas infecciones alimentarias que ponen en riesgo el bienestar del embarazo.
¿Puedo comer nata en el embarazo? En este artículo de paraBebés te explicamos si es seguro que una gestante consuma nata, cuándo evitarla, sus posibles riesgos y cómo prepararla para que sea segura durante la gestación.
¿Es seguro comer nata en el embarazo?
Por lo general, es seguro comer nata en el embarazo, siempre y cuando se consuma con moderación y se tomen en cuenta algunas recomendaciones en cuanto a su preparación. Además, consumirla de forma esporádica puede ser beneficioso en esta etapa, pues aporta una serie de nutrientes como calcio, vitaminas A, D, E y K, y otros ácidos grasos que contribuyen al desarrollo cerebral, visual y óseo del feto.
La nata es un producto que se obtiene al separar la grasa de la leche de origen animal, como la de vaca. Esta es una capa espesa y cremosa que se forma en la superficie de la leche al dejarla reposar o al someterla a un proceso de centrifugado. De acuerdo con su consistencia, existen dos tipos de nata: la nata líquida, que se utiliza para cocinar salsas o batir, y la nata montada, que es más espesa y que acostumbra a usarse en postres.
En todo caso, si deseas comer nata montada o nata líquida, debes tener la precaución de que sean pasteurizadas. Las natas pasteurizadas han pasado por un proceso donde se eliminan microorganismos dañinos, como el caso de la Listeria, que podrían ser perjudiciales para la madre y el bebé. Solo así se considera segura para disfrutarla durante el embarazo.
Beneficios y riesgos de comer nata en el embarazo
Por un lado, los beneficios de consumir nata durante el embarazo incluyen:
- Aporte de nutrientes: la nata es rica en calcio, un mineral esencial para el desarrollo de los huesos y dientes del bebé. Además, contiene vitaminas A, D, E y K, que son importantes para el crecimiento y desarrollo general del feto.
- Fuente de energía: la nata es alta en calorías y grasas, lo que puede ser beneficioso para mujeres embarazadas que necesitan aumentar su ingesta calórica.
- Mejora del sabor de los alimentos: puede enriquecer el sabor y la textura de los platos, lo que puede ser especialmente importante si tienes antojos durante el embarazo.
- Versatilidad en la cocina: se puede utilizar en una variedad de recetas, desde salsas hasta postres, permitiendo disfrutar de una dieta variada.
Por otro lado, los principales riesgos de comer nata en el embarazo son:
- Contaminación bacteriana: la nata no pasteurizada puede contener bacterias dañinas, como Listeria y Salmonella, que pueden causar infecciones graves en la madre y el bebé.
- Alto contenido de grasas: la nata es rica en grasas saturadas, lo que puede contribuir al aumento de peso y elevar el riesgo de problemas de salud como la diabetes gestacional y la hipertensión.
- Problemas digestivos: algunas mujeres pueden experimentar intolerancia a la lactosa o problemas digestivos debido al contenido de grasa de la nata, lo que puede causar malestar, acidez o indigestión.
- Calorías vacías: aunque aporta energía, el alto contenido calórico y bajo en nutrientes de algunas preparaciones con nata puede llevar a un aumento de peso poco saludable si se consume en exceso.
Cuándo no se recomienda comer nata en el embarazo
Como mencionamos anteriormente, la nata pasteurizada es segura; sin embargo, existen algunas situaciones en las que no se recomienda consumirla durante el embarazo. Entre estas:
- Cuando la nata no está pasteurizada: consumir natas que no han sido sometidas a un proceso de pasteurización aumenta el riesgo de una posible contaminación con bacterias como Listeria y Salmonella, que pueden causar infecciones graves para la gestante. Estas bacterias pueden atravesar la placenta e infectar al bebé, provocando complicaciones como partos prematuros y abortos espontáneos.
- En casos de sobrepeso u obesidad en el embarazo: la nata líquida y la montada son ricas en grasas saturadas, aproximadamente 360 kcal por cada 100 gramos. A esto se le suma que la nata montada puede contener grandes cantidades de azúcar.
- Si padeces intolerancia a la lactosa o problemas digestivos: el exceso de grasa y lactosa que tiene la nata puede intensificar algunos síntomas digestivos frecuentes en el embarazo, como la acidez, la hinchazón y las indigestiones.
- Cuando se desconoce la procedencia de la nata: evita consumir natas donde no figure si han pasado por el proceso de pasteurización, especialmente aquellas que se adquieren en mercados locales.
Qué pasa si como nata en el embarazo
Consumir nata pasteurizada con moderación durante el embarazo es seguro; sin embargo, de no tomarse las precauciones adecuadas, es posible que se desencadenen algunas complicaciones como:
- Infecciones alimentarias: el consumo de nata cruda y sin pasteurizar puede aumentar el riesgo de padecer listeriosis en el embarazo. Esta infección es bastante peligrosa para la madre y el bebé, ya que puede provocar abortos espontáneos en el primer trimestre y partos prematuros, muerte fetal o bebés con bajo peso en el segundo y tercer trimestre.
- Sobrepeso y obesidad: comer nata en exceso puede contribuir al aumento de peso e incrementar el riesgo de otros problemas de salud asociados, como diabetes gestacional e hipertensión arterial.
- Problemas gastrointestinales: consumir nata en grandes cantidades puede causar malestares estomacales e indigestiones debido al exceso de grasas.
Cómo comer nata en el embarazo de forma segura
Por fortuna, durante el embarazo se puede seguir disfrutando de ricos platos y postres hechos con nata. No obstante, para prevenir los riesgos antes mencionados, es necesario tomar en cuenta algunas recomendaciones, entre ellas:
- Verifica la etiqueta del producto: confirma que la nata adquirida sea pasteurizada, preferiblemente escoge aquella que haya pasado por un tratamiento UHT. La mayoría de las marcas comerciales lo son, sin embargo, es importante asegurarse cuando la adquieres en tiendas artesanales o mercados locales.
- Consume nata con moderación: evita consumirla diariamente y/o en exceso y controla las porciones, sobre todo si estás usando nata en recetas que contengan otros ingredientes grasos. Adicionalmente, si incluyes nata en tus comidas, asegúrate de que el resto de tu dieta sea rica en nutrientes esenciales como proteínas, fibra, vitaminas y minerales. En este artículo encontrarás Alimentos con fibra que puedes comer en el embarazo.
- Almacena la nata de manera adecuada: guarda la nata bien cerrada en el refrigerador para evitar el crecimiento de bacterias dañinas. Una vez abierta, no la almacenes por más de 3 días y no consumas nata que se haya dejado a temperatura ambiente por mucho tiempo o que tenga mal olor.
- Evita consumir nata en restaurantes: evita especialmente los postres con nata montada cuando comas en restaurantes o bares, ya que se desconoce cómo es la manipulación de los alimentos en estos lugares.
En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con un especialista sobre los alimentos que consumes durante el embarazo, sobre todo si padeces alguna condición médica preexistente, como intolerancia a la lactosa o diabetes gestacional.
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- Achon, M., Úbeda, N., Garcia, A., Partearroyo, T., Varela, G. (2019). Effects of Milk and Dairy Product Consumption on Pregnancy and Lactation Outcomes: A Systematic Review. Advances in Nutrition; 10 (2): S74-S87. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2161831322002010
- Mundo Lácteo (2021) ¿Pueden tomar nata las mujeres embarazadas?. https://mundolacteo.es/nata/nata-embarazo
- National Heath Services (s.f) Alimentos que se deben evitar durante el embarazo. Consultado el día 07 de octubre de 2024. https://www.nhs.uk/pregnancy/keeping-well/foods-to-avoid/