¿Se puede hacer dos ecografías en una semana embarazada?

Una ecografía de rutina es un examen ecográfico, que se realiza en un hospital o clínica de salud durante el embarazo para mostrar la imagen del bebé a través del ecógrafo. En general, las ecografías se consideran seguras para el feto y la embarazada, siempre y cuando sean realizadas por personal médico cualificado y utilizando tecnología adecuada. La cantidad de energía de ultrasonido utilizada en la ecografía es muy baja, y no se ha demostrado que dañe al bebé.

Sin embargo, no existe ninguna investigación específica sobre los posibles efectos a largo plazo que puede generar la exposición repetida a los ultrasonidos, así que es importante limitar la cantidad de ecografías realizadas durante el embarazo.

Tipos de ecografías durante el embarazo y cómo se realizan

Hay dos formas de realizar una ecografía en el embarazo. En primer lugar, una ecografía abdominal, es decir, sobre el útero de la madre. Para ello, el médico aplicará una capa de gel sobre el abdomen para facilitar el recorrido de la sonda. En segundo lugar, puede realizarse una ecografía transvaginal, es decir, a través de la vagina.

Por otro lado, existen diferentes tipos de ecografía fetal:

• Ecografía Doppler: aunque no es una prueba común durante el embarazo, la ecografía Doppler muestra el movimiento de la sangre a través del cordón umbilical hasta el corazón del bebé o entre el bebé y la placenta. Este tipo de ecografía se utiliza a veces para evaluar el flujo sanguíneo en ciertas circunstancias médicas específicas.
• Ecografía 3D: durante esta prueba, se muestra una imagen tridimensional del feto, ofreciendo una visión más detallada de su apariencia física. A diferencia de la ecografía tradicional en 2D, la ecografía 3D proporciona una imagen más realista del bebé en desarrollo, lo que puede ayudar a los padres a conectar emocionalmente con su hijo antes del nacimiento.
• Ecografía 4D: similar a la ecografía 3D, la ecografía 4D muestra imágenes tridimensionales del feto en tiempo real, lo que permite ver el movimiento del bebé dentro del útero. Esto proporciona una experiencia aún más inmersiva para los padres al poder observar cómo se mueve y se comporta su bebé antes de su nacimiento.

Si ya te has hecho una primera ecografía de tu embarazo, tu ginecólogo te programará una cita para dos ecografías adicionales durante el tiempo que dure la gestación, a no ser que se trate de un embarazo de alto riesgo. La segunda ecografía se realizará aproximadamente entre la semana 20 y 24 y la siguiente entre la semana 28 y 34.

Realizarse dos ecografías en la misma semana no se considera peligroso. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud antes de realizar más ecografías, especialmente si no forman parte de tu atención prenatal habitual. Tu médico podrá evaluar su caso individual y determinar si se necesitan más ecografías.

No se conocen riesgos de la ecografía para el feto, aparte de una leve molestia causada por la presión de la sonda en el abdomen o dentro de la vagina de la madre. En este procedimiento no se utiliza radiación.

Aunque la ecografía suele ser segura, existen algunos riesgos potenciales asociados con el uso excesivo:

• Calentamiento del tejido: la energía ultrasónica puede generar calor en el tejido, lo que puede tener un efecto negativo en el desarrollo del bebé.
• Reacciones alérgicas al látex: en la ecografía transvaginal se debe cubrir la sonda ecográfica con una funda de plástico o látex, lo que puede provocar una reacción si la persona es alérgica al látex.
• Efectos a largo plazo: no existen investigaciones específicas, sobre los posibles efectos a largo plazo de la exposición repetida al ultrasonido en el bebé.
• Ansiedad: las ecografías frecuentes pueden hacer que la madre se sienta ansiosa, lo que afecta negativamente a su salud mental.

En ocasiones reducidas, algunas ecografías fetales pueden realizarse en instalaciones no médicas por personas inexpertas. En estos casos, podrían darse falsas garantías sobre la salud del bebé u obviar anomalías. Por esta razón, es importante que la ecografía sea realizada por personal médico capacitado que sepa interpretar con precisión los resultados.

La cantidad recomendada de ecografías durante el embarazo, varía según las pautas de cada país o institución médica.

En general se recomienda realizar una ecografía en los siguientes casos:

• Ecografía para determinar la edad gestacional, entre las 6 y 8 semanas de embarazo para confirmar el embarazo, estimar la fecha de parto y evaluar el desarrollo inicial del bebé.
• Ecografía morfológica: desde la semana 18 a la semana 20 de embarazo, para evaluar en detalle la anatomía fetal e identificar anomalías. Esta prueba a menudo ayuda a determinar el sexo del feto (siempre que el feto "coopere" y se coloque en la posición adecuada).
• Ecografía de detección de crecimiento: entre las semanas 32 y 34 de embarazo, para evaluar el crecimiento fetal y el contenido de líquido amniótico. Esto es parte de una prueba llamada perfil biofísico, que se usa para determinar si el feto está recibiendo suficiente oxígeno. Analizan la respiración y los movimientos del bebé, el volumen del líquido amniótico, el tono y la respuesta de la frecuencia cardíaca.

En algunos casos, se puede realizar una ecografía adicional si sufres complicaciones durante el embarazo, como sangrado vaginal, dolor abdominal o sospecha de crecimiento fetal anormal. También se recomienda en casos de factores de riesgo como diabetes gestacional o hipertensión arterial, o si se necesitan pruebas de tamizaje prenatal que requieran ecografías, como la amniocentesis o la biopsia de vellosidades coriónicas.

No obstante, es importante recordar que la cantidad de ecografías no debe ser el único factor que determine la calidad del control prenatal. Es fundamental tener un seguimiento regular y realizar todas las pruebas prenatales recomendadas.

El tiempo entre ecografías varía según la etapa del embarazo y las recomendaciones médicas. Generalmente, se realizan con mayor frecuencia durante el primer y segundo trimestre, cuando el bebé crece rápidamente. La primera ecografía, realizada entre las semanas 6 y 8, determina la existencia y la duración del embaraz y el estado del feto.

La ecografía de las 20 semanas, una de las más importantes, mide el cuerpo y los órganos del bebé, descartando anomalías con precisión y, si se desea, revelando el sexo. Además, se verifica la posición de la placenta y la cantidad de líquido amniótico. Por lo general, se espera un intervalo de cuatro a seis semanas aproximadamente entre una ecografía y otra durante el embarazo. Esto puede variar dependiendo de las circunstancias específicas y las recomendaciones médicas de tu profesional de la salud.

Conforme avanza el embarazo, la frecuencia de los ultrasonidos suele disminuir, llegando a la ecografía del inicio del tercer trimestre, que se enfoca en el seguimiento del desarrollo fetal. El médico examinará principalmente la cabeza, la columna, los riñones y el estómago, además de verificar la normalidad de la placenta y el líquido amniótico.

Qué pasa si me hago dos ecografías en una semana

En principio, no debes prepcuparte si te han realizado dos ecografías en una semana sin la autorización de tu médico. Sin embargo, es importante notificarle sobre esta segunda ecografía para que pueda documentarlo en tu expediente médico y evaluar si es necesario hacer un seguimiento adicional.

En definitiva, la ecografía es una herramienta valiosa para controlar el crecimiento del bebé durante el embarazo. Aunque generalmente es segura, es importante limitar la cantidad de ecografías realizadas y seguir las recomendaciones de tu médico. Recuerda que la calidad de la atención prenatal depende no solo de la cantidad de ecografías, sino también del seguimiento regular por parte de tu médico y de la realización de todas las pruebas prenatales recomendadas.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Se puede hacer dos ecografías en una semana embarazada?, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Consejos para embarazadas.