Neuroeducación: qué es, principios e importancia

Podemos definir la neuroeducación o neurodidáctica como una disciplina en la que se integran las ciencias educativas y la neurociencia con la finalidad de mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. El fundamento principal de la neuroeducación es la plasticidad cerebral o la capacidad que tiene el cerebro para reaccionar y adaptarse a ciertos estímulos. No se trata de un campo científico aislado, sino de la cooperación entre distintas ciencias aplicadas para dar respuesta a la necesidad que surge para mejorar la enseñanza en los niños.

¿Cuál es el objetivo de la neuroeducación? Básicamente, el objetivo de la neuroeducación es potenciar la enseñanza. Para ello, estudia el comportamiento del cerebro ante los estímulos y los distintos tipos de emociones. Su finalidad es explorar las huellas dejadas en el cerebro por el proceso educativo, así como su relación con la motivación y las emociones. En otras palabras, para que la educación sea efectiva es importante conocer cómo funciona la red neuronal para poder generar un aprendizaje profundo y duradero.

Ya desde la década de los 60’s, a partir de los trabajos ejecutados por el científico Paul MacLean, se sabe cómo funcionan las distintas partes del cerebro. En sus estudios él estableció la clasificación o la teoría del cerebro triuno, la cual explica la función de las distintas partes del cerebro. Es así, como se descubre que el neocortex se encarga de las funciones cognitivas superiores, y que solo se va desarrollando a partir de los 20 años. Es por eso, que el aprendizaje debe ser progresivo de acuerdo al desarrollo neuronal de cada persona.

¿Sabes cuáles son los principios de la neuroeducación? Esta disciplina busca transformar los modelos educativos, al dejar claro que los seres humanos somos más emocionales que racionales, y que cada persona tiene un ritmo propio para aprender. Basándose en eso existen algunos principios que rigen a la neuroeducación:

• Cada persona es única e irrepetible: la neuroeducación busca enseñarle a padres, madres y docentes que cada ser humano funciona de una forma particular. Lo que quizás motive a un niño/a para aprender, pueda que no tenga el mismo efecto en otro. Por eso, se deben adecuar las estrategias de aprendizaje de manera individualizada.
• El cerebro se desarrolla desde antes de nacer: ya desde el vientre materno se empiezan a desarrollar las redes neuronales en cada individuo. Es por ello, que el estilo de vida de la madre en la gestación va a jugar un papel determinante que puede influir en el desarrollo del mapa cerebral.
• Al nacer se multiplican las redes neuronales: una vez que el niño/a nace, continúan multiplicándose las redes neuronales. Por ende, la estimulación temprana es de vital importancia para el fortalecimiento del desarrollo cognoscitivo. Además, como el cerebro es el órgano más complejo del cuerpo, la plasticidad neuronal es la que permite el “reacomodo” de los nuevos aprendizajes”.
• El cerebro responde a los estímulos sociales: el cerebro se desarrolla a una gran velocidad. Es por esta razón, que se va modelando a medida que interactuamos con las demás personas. Además, es el único órgano que aprende por patrones. Es decir, los detecta, los adquiere y los utiliza cada vez que se ve en la necesidad.
• Las emociones son vitales para adquirir pautas de conducta y aprendizaje: las emociones y la interacción social influyen en la organización y respuesta de todo lo que aprendemos. De ahí, la importancia de generar climas emocionalmente motivadores dentro de las aulas de clase.
• El aprendizaje siempre está en desarrollo: otro de los principios de le neuroeducación es que el cerebro es un órgano que se adapta y se desarrolla de acuerdo a las experiencias de las personas. De hecho, se puede comparar con un libro en blanco. Ya que, de acuerdo a cada vivencia o estimulo recibido, va desarrollando su propio mapa neuronal. Esto explica por qué el entorno sociocultural, geográfico y emocional juega un papel determinante para la adquisición de nuevos aprendizajes. Además, es un proceso que dura para toda la vida.
• Todo aprendizaje disminuye por la amenaza y aumenta por el desafío: al cerebro le gusta que lo desafíen. De hecho, la neuroeducación estable dentro de sus principios que un entorno desafiante estimula el aprendizaje. Por otro lado, cuando la persona se siente amenazada se frena el desarrollo neuronal. Tomando en cuenta este principio, es importante que los centros escolares mantengas ambientes relajados, con desafíos motivadores y libres de situaciones amenazadoras que intimiden a los/as estudiantes.

La educación es un proceso que tiene como objetivo ayudar al estudiante a su desarrollo cognoscitivo, con la finalidad de orientar su bienestar y autonomía. Pero para que la educación sea exitosa debe estar acompañada de pasión, motivación y creatividad. La aplicación de la neuroeducación en el aula es una forma práctica y eficiente de conseguir que el proceso educativo sea exitoso, y cuanto antes se aplique será mucho mejor.

¿Cómo llevar la neuroeducación al aula? Lo primero que debe hacer el docente es atender a la diversidad para trabajar con todas las singularidades que hay entre sus estudiantes. Pero además de eso, puede aplicar las siguientes estrategias:

• Integrar la creatividad a todas las actividades diarias para que los/as estudiantes generen múltiples ideas y alternativas.
• Permitirle a los niños/as aplicar sus propios métodos para resolver los problemas, y estimularlos a no rendirse.
• Enfocarse en el proceso educativo más que en los resultados. Esto ayuda a redireccionar las estrategias cuando sea necesario.
• Orientar a sus estudiantes a que apliquen lo aprendido en situaciones de la vida cotidiana.

No podemos olvidar que el profesorado debe ser un modelo a seguir en cuanto a la autonomía, buen ánimo y motivación. De la misma forma, debe aplicar las adaptaciones curriculares necesarias para el beneficio de sus estudiantes. También, deben conocer el desarrollo madurativo de los niños para identificar si responden o no de acuerdo a su etapa evolutiva, lo que les permitirá tomar acciones tempranas para prevenir posibles dificultades en su proceso educativo.

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