Miedos infantiles: qué son, tipos y cómo superarlos
El miedo es una emoción que, por regla general, no resulta agradable y queremos evitar poder experimentar. Cuando experimentamos temor hacia algo o hacia alguien solemos actuar de dos formas: enfrentándonos al miedo o preparándonos para huir.
Los niños enseguida experimentan el miedo, por ejemplo, ante la angustia que le provoca separarse de sus figuras de referencia y estar con personas que les son desconocidas. Aunque los padres siempre van a intentar proteger a su hijo o hija con la finalidad de que no se enfrente a situaciones que entrañen peligro o inseguridad, lo cierto es que el miedo es una emoción necesaria. En este artículo de paraBebés, hablaremos sobre los miedos infantiles: qué son, tipos y cómo superarlos.
Qué son los miedos infantiles
El miedo es una emoción primaria intensa y desagradable producida por un estímulo real o imaginario que provoca malestar y la sensación de estar en peligro. Sin embargo, el miedo no puede considerarse como una emoción negativa, ya que nos alerta de un peligro inminente y prepara al organismo para defenderse o para huir.
Los niños padecen miedos o fobias evolutivas. Esto quiere decir que forma parte de su desarrollo normal y le garantizan la supervivencia. Ponen al menor en situación de amenaza para que sea capaz de enfrentarse a sus temores y pueda resolver de manera autónoma diferentes situaciones.
Los miedos durante la infancia son necesarios. Hay momentos especialmente sensibles para que los niños y las niñas los experimenten. Es probable que desarrollen fobias y temores a multitud de cosas que han formado parte de su vida cotidiana desde el nacimiento, pero ahora lo perciben como una amenaza. Lo más frecuente es que, conforme el niño va creciendo, los miedos disminuyan y presente temor hacia otros estímulos.
Los miedos infantiles por edades
En función de la edad del niño, será más propenso a padecer unos miedos frente a otros. Según el desarrollo madurativo de cada menor y las situaciones a las que tenga que enfrentarse, los miedos irán derivando. Pueden ser miedos a elementos y personas reales, pero también puede que sea a situaciones y personajes imaginarios. A continuación, veremos cuáles son los miedos más comunes en los niños según la edad:
- Desde 6 a 12 meses: comienzan a sentir temor hacia los desconocidos y entornos que no le son familiares. No ver a sus padres le provoca angustia. También desarrolla cierto miedo hacia los ruidos fuertes y a las alturas.
- De 1 a 4 años: presenta temor e inconformidad al abandono de sus padres y permanecer en un contexto que no le es conocido, es decir, a los cambios. Por ejemplo, las primeras semanas de la escuela infantil. Suelen desarrollar cierto temor hacia los animales grandes y a la oscuridad
- De 4 a 6 años: sus esquemas mentales han evolucionado significativamente, sumado a que como característica, a en estas edades dan vida a objetos inanimados. Por lo tanto, les genera miedo y no saben distinguir la realidad de los monstruos, los fantasmas o las brujas. Muchos niños también expresan miedo a estar solos/as. y a las heridas y dolor físico.
- De 6 a 9 años: su círculo de amigos comienza a ser un elemento prioritario en su vida. Uno de los mayores temores que presentan a esta edad es el rechazo del grupo. También tienen miedo de hacer el ridículo en grupos que no les son demasiado conocidos. Además, pueden surgir miedos concretos como el miedo a la guerra o a estar solo/a.
- De 9 a 12 años: su pensamiento es mucho más abstracto. Comprenden algunos conceptos importantes como la muerte. También muestran miedo hacia los accidentes o las enfermedades, porque ya conocen cuál puede ser la consecuencia. Además, también puede desarrollar miedo al fracaso.
Tipos de miedos infantiles
Las causas de los miedos más comunes de los niños pueden ser distintas. A continuación, vemos cuáles son los diferentes tipos de miedos infantiles:
- Miedo a lo desconocido: les provocan gran temor e inseguridad situaciones, ambientes y personas que no les son familiares.
- Miedo a seres imaginarios: uno de los tipos de miedos infantiles son los seres que son producto de la imaginación del menor, como consecuencia de algo que haya visto o leído. Por ejemplo, fantasmas, monstruos, vampiros, zombies, etc.
- Miedo a la oscuridad: es un miedo muy común en los niños, asociado con la presencia de monstruos cuando todo se queda a oscuras.
- Miedo al fracaso: temor a hacer el ridículo, a no saber hacer las cosas, a perder y, también, miedo hacia el rendimiento académico, la realización de determinadas tareas y exámenes, así como a algunas asignaturas. En este artículo, verás cómo superar el miedo al fracaso.
- Miedo al médico: uno de los miedos infantiles más comunes. A veces, el simple hecho de ver a alguien con una bata blanca, ya les produce pavor. Es un miedo que poco a poco se va superando y aminorando.
- Miedo a la enfermedad, al dolor físico y a la muerte: es un miedo infantil que puede desarrollarse de manera natural o como consecuencia de una situación que haya vivenciado de cerca. Este tipo de miedo no solo es hacia su persona, sino hacia las personas que forman parte de su vida y son importantes para él o ella.
Cómo superar los miedos infantiles
¿Qué hacer con los miedos infantiles? Estos pueden surgir de manera espontánea pero, lo más normal es que aparezcan como consecuencia de una experiencia negativa previa. En función de la intensidad del miedo, el tipo del miedo y el motivo que lo ha desencadenado, quizá la mejor alternativa será consultar a un/a psicólogo/a que pueda hacer una valoración y diagnóstico de la situación.
Cuando son miedos propios de la edad, aparecen en un momento dado, pero la tendencia es que desaparezcan. A continuación, veremos cómo superar los medos infantiles:
- Proporcionar un ambiente seguro. Por ejemplo, si tiene miedo a la oscuridad puedes comprarle una luz nocturna infantil, como esta que te recomendamos en forma de conejito.
- Respetar los temores de los niños: ante los miedos infantiles, lo primero es escuchar, acompañar y respetar.
- Validar el miedo: no hay que exigir al menor que sea valiente o que el temor que siente no es nada.
- Permitir que se enfrente a sus miedos: dejar que afronte sus miedos de manera autónoma.
- Evitar la sobreprotección: no es cuestión de exponerle a peligros, pero sí de mostrarle nuestra confianza en que será capaz de superarlos. Esto también le proporciona seguridad en sí mismo/a.
En definitiva, para gestionar los miedos infantiles hay que fomentar la autonomía del niño o la niña, pero en ningún caso se le pondrá en peligro. Necesita seguridad para hacerle frente a sus temores.
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