Tipos de infecciones en el embarazo

Tipos de infecciones en el embarazo

Existen diferentes patologías infecciosas que pueden afectar el bienestar del embarazo, especialmente, porque en esta etapa, el sistema inmunitario disminuye su ataque contra agentes extraños con el fin de evitar un rechazo inmunológico de la madre hacia bebé.

En este artículo de paraBebés, hablaremos de los tipos de infecciones en el embarazo más habituales. Concretamente, describiremos las 10 infecciones más comunes que se pueden experimentar durante esta etapa, hablaremos sobre cuáles son sus características y cómo pueden afectar a la salud del bebé y de la madre durante la gestación.

Infecciones urinarias

Una de las infecciones más habituales del embarazo son las infecciones del tracto urinario. Ocurren debido a los cambios que tienen lugar en la vejiga y los uréteres, a la acción hormonal, y posteriormente, al peso del útero sobre la misma.

Se estima que del 5 al 10% de las embarazadas sufre infecciones urinarias durante el embarazo. De hecho, es una de las principales causas de hospitalizaciones y complicaciones en esta etapa. El agente causal que produce esta infección es la bacteria Escherichia coli.

Las infecciones urinarias en el embarazo pueden presentarse en diferentes grados, causando desde una bacteriuria (bacterias en orina) asintomática, hasta cistitis o infección en la vejiga, o una pielonefritis, una infección del riñón.

Peligros de las infecciones urinarias en el embarazo

¿Qué pasa si tengo una infección y estoy embarazada? En el caso de las infecciones urinarias, es importante tratarlas a tiempo para que las bacterias no migren y lleguen al bebé, sino pueden causar las siguientes consecuencias:

  • Sepsis.
  • Amenazas de parto prematuro.
  • Parto prematuro.
  • Bebés con bajo peso al nacer.
  • Muerte fetal en casos graves.

Infección por hongos

Otra de las infecciones en el embarazo más comunes es la candidiasis, causada por el hongo Candida Albicans. Este hongo se encuentra habitualmente en el organismo, pero en el embarazo puede volverse dañino y desencadenar la vaginitis.

Las consecuencias de la infección por hongos en el embarazo son las siguientes:

  • Disminuyen las defensas.
  • Cambia el pH vaginal.
  • Aumenta el consumo de azúcar.
  • Cambios en el flujo vaginal, se vuelve blanco y grumoso.
  • Picores.
  • Ardor vaginal.

Si te preguntas cómo tratar este tipo de infección en el embarazo, se frecuenta el uso de antibióticos para tratarla, así como óvulos vaginales antifúngicos.

Vaginosis bacteriana

Otro tipo de infección frecuente en el embarazo es la vaginosis bacteriana. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) calcula que 1 millón de embarazadas se contagian la vaginosis bacteriana cada año. Los cambios propios del embarazo predisponen a que las bacterias invadan la vagina y se produzca esta infección. Su causa más habitual es la bacteria Gardnerella vaginalis.

De no tratarse a tiempo, la vaginosis bacteriana puede ser muy grave. Si estas bacterias migran, pueden afectar las membranas que recubren al bebé (corioamnionitis), provocando la rotura prematura de membranas, partos pretérminos y bebés con bajo peso al nacer.

Si notas síntomas como cambios en el color y olor del flujo vaginal, dolor, ardor y picor en la vagina, es necesaria la revisión médica. Esta infección suele tratarse con antibióticos, sin embargo, su diagnóstico precoz es clave para prevenir complicaciones.

Infección por Streptococcus del grupo B

Si hablamos de tipos de infecciones en el embarazo, la infección bacteriana por Streptococo del grupo B puede ser asintomática, pero bastante dañina. Generalmente, este microorganismo es inofensivo para la madre, sin embargo, durante el parto se corre el riesgo de transmitir esta bacteria al bebé. Esto podría causarle las siguientes complicaciones durante los primeros 3 meses de vida:

  • Neumonía.
  • Meningitis.
  • Sepsis.
  • Problemas neurológicos futuros.
  • Muerte.

Para prevenir la transmisión de esta infección bacteriana al bebé, es necesario realizar un análisis de secreciones vaginales y del recto durante la semana 37 de embarazo. En caso de ser positiva, se indica la toma de antibióticos durante el trabajo de parto.

Infecciones de transmisión sexual

De las infecciones que pueden desencadenarse en el embarazo y causar daños encontramos las infecciones de transmisión sexual como la tricomoniasis, la clamidia, sífilis, herpes, VIH y hepatitis B y C.

Este tipo de infecciones se transmiten por contacto sexual y después de la madre al bebé. Concretamente, pueden provocar las siguientes complicaciones:

  • Aborto.
  • Malformaciones congénitas.
  • Rotura prematura de membranas.
  • Parto prematuros.
  • Muerte fetal.

El VIH y las hepatitis son enfermedades crónicas, es decir, se mantienen en el tiempo, por lo que, a largo plazo, causan complicaciones de salud en la infancia.

Toxoplasmosis

Una de las infecciones más temidas en el embarazo es la toxoplasmosis, provocada por el parásito Toxoplasma Gondii, que se transmite mediante el consumo de alimentos contaminados, ya sea carne cruda del animal, agua contaminada por el parásito o con heces de gato que lo contengan. Esta infección es peligrosa porque se transmite de forma transplacentaria de la madre al bebé.

Como vemos, es una de las infecciones más peligrosas, pues si atraviesa la placenta y afecta al bebé puede causar complicaciones graves como las siguientes:

  • Malformaciones congénitas.
  • Muerte fetal.
  • Aborto.
  • Problemas de hígado, pulmón y corazón en caso de que el bebé se infecte en el tercer trimestre.

El toxo-test es una prueba se le realiza a todas las embarazadas para detectar la presencia de este parásito. En caso de que salga positiva, se procede con un tratamiento para proteger al bebé y evitar que sufra daños neurológicos.

Citomegalovirus

Entre los tipos de infecciones en el embarazo que causan daños importantes en el bebé se encuentra el citomegalovirus, causante de la mononucleosis infecciosa. Este herpesvirus puede estar latente en la madre y activarse en el embarazo o se puede adquirir en esta etapa.

Esta infección se transmite de manera vertical, es decir, de la madre al feto, causando el citomegalovirus congénito. Esta patología se considera bastante grave, pues al nacer el bebé puede presentar bajo peso, ictericia, daño hepático, bazo agrandado y neumonía, entre otras afecciones. Durante la infancia, este virus puede producir problemas en el neurodesarrollo.

Varicela

La varicela es una infección viral causada por el herpesvirus Varicela Zoster. Esta enfermedad exántemica es altamente contagiosa y, aunque su incidencia en el embarazo es bastante baja (0,4-0,7 por cada 1000 embarazos), puede causar graves complicaciones tanto para la gestante como para el bebé.

La madre puede desarrollar neumonitis varicelosa y los bebés malformaciones congénitas neurológicas y músculo esqueléticas, además de abortos y partos prematuros. Si el contagio ocurre en los días previos al parto, el bebé puede nacer con varicela neonatal, una infección que tiene consecuencias mortales.

Quinta enfermedad

Uno de los tipos de infecciones que afectan al embarazo y es poco conocida es la causada por el parvovirus humano tipo B19. Aunque generalmente no causa problemas en esta etapa, puede infectar entre un 17 y un 33 % de los fetos. De estos, solo el 10% presentarán complicaciones, provocando abortos espontáneos, especialmente cuando el virus infecta antes de la semana 20 de embarazo. Además, también puede provocar anemia grave en el bebé.

Gripe

Si hablamos de los tipos de infecciones en el embarazo, no debemos dejar a un lado la más común de todas, el virus de la gripe. Las mujeres gestantes son más vulnerables a padecer varios episodios de gripe debido al compromiso de su sistema inmunológico.

Aunque la gripe es una infección viral relativamente suave, su cuadro clínico puede agravarse en el embarazo, trayendo complicaciones como neumonías, sinusitis o infección de oídos. La complicación más frecuente en la madre es la neumonía, la cual afecta de 2 a 3 mujeres por cada 1.000 embarazadas. A su vez, esto aumenta el riesgo de afectación al feto, pudiendo desencadenar abortos, partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.

Ante la presencia de cualquier infección en el embarazo, es importante realizar un diagnóstico precoz para prevenir complicaciones. La mayoría son tratadas con fármacos antibióticos, disminuyendo así el riesgo de contagio al bebé. Si tienes cualquier duda, ante los primeros síntomas de enfermedad, acude a un profesional sanitario y cumple al pie de la letra sus indicaciones.

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