Tensión alta en el embarazo: causas, síntomas y cómo bajarla

En condiciones normales, antes de cumplir la semana 20 de embarazo, la presión arterial diastólica disminuye en promedio 10 mmHg, para luego aumentar durante el tercer trimestre. Los valores de tensión arterial deben ser vigilados en el embarazo rigurosamente, puesto que varían de una mujer a otra, según sus antecedentes de enfermedades previas o condición física.

Según el National Blood Pressure Education Working Group 2000, deben establecerse los siguientes parámetros para clasificar la tensión alta en el embarazo, ya que cada condición es distinta:

• Hipertensión crónica: las cifras de presión arterial serán de 140/90 mmHg o más. Por lo general, se presenta luego de la semana 20 y presenta otros hallazgos importantes como proteínas en la orina, mayor a 0,3 g en 24 horas.
• Hipertensión gestacional: las cifras de presión arterial serán de 140/90 mmHg o más, pero en este caso no tendrá proteinuria, es decir, proteínas en la orina. Esta condición se presenta en la fase tardía del embarazo, y se resuelve en el postparto, alrededor de la semana 12.
• Preeclampsia: cuando la presión arterial es de 140/ 90 mmHg o más, pero presenta adicionalmente proteinuria de 300 mg en 24 horas. Se presenta después de las 20 semanas de gestación.
• Eclampsia: esta condición involucra todos los síntomas de la preeclampsia, pero adicionalmente, aparecen convulsiones. Se considera la etapa más grave de la hipertensión en el embarazo.

Hasta el momento se desconocen las causas que pueden ocasionar la tensión alta en el embarazo, sobre todo, porque frecuentemente se presenta de forma repentina durante la gestación, o las mujeres ya tenían hipertensión establecida. Por tal motivo, se han clasificado algunos factores de riesgo, que pueden influir en estos eventos. A continuación, veremos las causas de una subida de tensión en el embarazo:

• Hipertensión arterial en embarazos previos: cuando la gestante ha tenido subidas de tensión con otros embarazos.
• Diabetes mellitus: niveles de glucosa elevados en la sangre antes o durante el embarazo.
• Enfermedad renal: falla de los riñones establecida.
• Edad mayor de 40 años: mientras mayor es la embarazada, mayor son los riesgos y las complicaciones.
• Tiempo transcurrido desde el último embarazo mayor a 10 años.
• Antecedentes familiares de hipertensión.
• Obesidad.
• Dislipemia previa.

En este artículo, encontrarás más información sobre la tensión alta en el embarazo: riesgos y tratamiento.

Si hablamos de hipertensión en el embarazo, los signos son variados y dependen de la severidad o la condición de la gestante. Los síntomas de una subida de tensión en el embarazo suelen ser los siguientes:

• Presión arterial elevada: por encima de 140/90 mmHg, antes de las 20 semanas de gestación.
• Proteína en la orina: la llamada proteinuria.
• Dolor de cabeza de aparición repentina: no se alivia fácilmente.
• Visión borrosa.
• Edema de manos y pies: hinchazón en el cuerpo.
• Problemas para respirar.
• Disminución en la diuresis.
• Aumento de peso.
• Convulsiones
• Vómitos.
• Confusión.
• Debilidad.
• Desmayos.

La hipertensión en el embarazo trae consecuencias y conlleva varios riesgos, tanto en la madre como en el bebé. Veamos cuáles son las consecuencias de la tensión alta en el embarazo para el bebé y la madre.

Consecuencias de la tensión alta en el embarazo en bebés

¿Cómo afecta la tensión alta en el embarazo en el bebé? Te lo contamos a continuación:

• Retardo del crecimiento: los fetos tienen dificultades para crecer, dentro del útero de su madre.
• Lesión en órganos como el cerebro, corazón, pulmones, riñones y el hígado: esto se debe, posiblemente, a problemas relacionados con la irrigación sanguínea a la placenta y, por consiguiente, a los órganos principales del feto.
• Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos.
• Infecciones: algunas que pueden terminar en sepsis, es decir, una infección generalizada más complicada.

Consecuencias de la tensión alta en el embarazo en las madres

¿Qué pasa si tienes tensión alta en el embarazo? En el caso de las madres, pueden derivar en las siguientes consecuencias:

• Desprendimiento de placenta.
• Parto prematuro.
• Abortos.

Los métodos para bajar la tensión alta dependen del estado general de la madre, del bebé, del tiempo de gestación y de la gravedad de la enfermedad. Teniendo en cuenta determinados factores, veamos cómo bajar la tensión alta en el embarazo:

• Adelantar el parto: para valorarlo, hay que tener en cuenta el tiempo de la gestación. Si te encuentras entre la semana 36 y la semana 37 de embarazo, lo ideal es adelantar el parto y resolver las posibles complicaciones.
• Seguimiento médico: si tienes menos de 36 semanas de embarazo, es necesario vigilar tu estado de salud en general y las cifras de tensión minuciosamente. El profesional sanitario monitoreará el crecimiento de tu bebé y los latidos cardíacos.
• Tratamiento farmacológico: en casos graves, o cuando las cifras de tensión son superiores a los 160/110 mmHg, el tratamiento es farmacológico obligado y se considera una emergencia hipertensiva.

Algunos medicamentos que se usan para tratar la tensión arterial no son seguros en el embarazo, sin embargo tu médico/a recetará el que sea más adecuado, de acuerdo a tu condición y estado de salud.

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