¿Se puede romper la bolsa amniótica haciendo el amor?

La bolsa amniótica o bolsa de aguas es una membrana flexible y resistente donde se encuentra el bebé cubierto por liquido amniótico. Está sellada herméticamente y tiene como objetivo aislar y proteger al bebé dentro del útero. La función de la bolsa amniótica es amortiguar sus movimientos y protegerlo ante golpes externos, movimientos bruscos y ante la invasión de gérmenes, mientras se encuentre dentro de la cavidad uterina.

Ahora bien, en condiciones normales esta bolsa solo se rompe cuando el bebé ya esta listo para salir. Este rompimiento es producto de las contracciones del parto, que ejercen una presión interna para que esta se rompa durante el trabajo de parto. Este proceso es similar a cuando apretamos con nuestras manos una bomba llena de agua. Cuanta más presión, más probabilidades hay de que se rompa. Esto es lo mismo que ocurre cuando se inicia el trabajo de parto y las contracciones uterinas aumentan su intensidad.

Entonces, ¿las contracciones uterinas del orgasmo pueden romperla? La respuesta es no. Durante el orgasmo, el útero no se contrae durante el tiempo necesario, ni con la fuerza suficiente como para lograr romper la bolsa amniótica. Esta es la razón por la que es poco probable que se rompa la bolsa amniótica durante las relaciones sexuales.

De hecho, al contrario a lo que se puede pensar, es recomendable mantener relaciones sexuales regularmente si el embarazo es de bajo riesgo, ya que su práctica puede aportar muchos beneficios tanto para la pareja como para la madre y el bebé.

Normalmente, la bolsa solo se rompe durante el trabajo de parto, cuando la cabeza del bebé presiona las paredes uterinas y cuando las contracciones son lo suficientemente fuertes y duraderas como para que esta se rasgue y libere el liquido amniótico. Sin embargo, en contadas ocasiones puede romperse antes de tiempo debido a circunstancias propias del embarazo.

Esto se conoce como rotura prematura de membranas (PROM) y puede deberse a alguna de las siguientes causas:

• Presión excesiva dentro del saco amniótico: puede ser provocada por embarazos múltiples o cuando hay polihidramnios, es decir, cantidad excesiva de líquido amniótico.
• Infecciones uterinas, del cuello uterino o de vagina.
• Complicaciones durante el embarazo: por ejemplo, desprendimiento de placenta o hipertensión arterial, entre otras.
• Cambio brusco en la presión abdominal, como la que se experimenta durante un accidente.
• Consumo de tabaco y otras drogas.

En el siguiente artículo encontrarás más información sobre Por qué se rompe la bolsa amniótica.

Como hemos mencionado anteriormente, es muy poco probable que se rompa la bolsa amniótica haciendo el amor. Sin embargo, cuando existe una condición preexistente que pueda favorecer su rompimiento puede producirse una fisura de la bolsa durante el acto sexual. Lo mismo ocurre si se mantienen relaciones después de la semana 37 de embarazo, ya que el orgasmo pueden ayudar a desencadenar el trabajo de parto.

Por esta razón, si el especialista detecta algún problema durante el embarazo que pueda debilitar la bolsa amniótica y aumentar el riesgo de un parto prematuro, puede indicar abstinencia sexual.

Cuando se rompe la bolsa de aguas se comienza a liberar el líquido amniótico que recubre al bebé. En este momento, notarás cómo un líquido de color transparente y sin un olor fuerte sale por la vagina. Esta pérdida de líquido puede sentirse a chorros o bien lentamente, aumentando al realizar un esfuerzo físico, como por ejemplo agacharte.

En algunos casos, si la bolsa amniótica se fisura y hay pérdida de líquido, se puede confundir con flujo vaginal (sobre todo si estás manteniendo relaciones sexuales) o con orina. Por ello, es importante valorar la cantidad de pérdida y las características del liquido para aclarar las sospechas.

Asimismo, si se produce una fisura o rompimiento de la bolsa amniótica después del acto sexual comenzarás a sentir la ropa interior mojada o la sensación de que te has orinado. Si esto ocurre después de la semana 37, es probable que estés en las primeras etapas del trabajo de parto.

Si sientes que la bolsa amniótica se ha roto haciendo el amor y aún no cumples la semana 37 de embarazo, debes acudir a tu médico de inmediato para que realice una valoración e identifique si efectivamente la bolsa se ha fisurado.

Cuando hay una rotura prematura de membranas existe riesgo de un parto prematuro, una infección intrauterina o de que el bebé se quede sin suficiente liquido amniótico para su supervivencia. Por ello, en estos casos el médico tratará de prolongar el embarazo en la medida de lo posible (al menos hasta la semana 34 de embarazo), y así completar la madurez fetal.

También se indicará reposo absoluto para reponer el líquido y un tratamiento a base de antibióticos para prevenir posibles infecciones. Es posible que también indique relajantes uterinos para evitar las contracciones.

En caso de diagnosticar una fisura de la bolsa amniótica, el médico recomendará evitar las relaciones sexuales debido a que las contracciones uterinas durante el orgasmo pueden romper aún más la bolsa y aumentar la pérdida de líquido amniótico, lo que puede poner en riesgo el bienestar fetal.

De igual modo, la bolsa amniótica sirve para aislar al bebé del exterior y de los gérmenes que pueden ingresar a través del canal vaginal. Por lo tanto, si se fisura aumentará el riesgo de que las bacterias invadan y se desencadene una infección de la placenta y del líquido amniótico, lo que se conoce como corioamnionitis. La corioamnionitis puede ocasionar consecuencias graves para el embarazo, desde un parto prematuro, hasta la muerte de la madre y del bebé.

En definitiva, es bastante raro que se produzca un rompimiento de la bolsa de aguas al mantener relaciones sexuales. Esto solo pudiese ocurrir si hay una condición ya establecida que debilite el tejido de la bolsa o si está comenzando el trabajo de parto.

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