Qué son los probióticos para bebés y para qué sirven

Qué son los probióticos para bebés y para qué sirven

Los problemas digestivos son una de las patologías más habituales de los bebés, niños y niñas. Dentro de la flora intestinal de cada persona habitan un montón de bacterias y de microorganismos que ayudan a controlar su salud y su sistema inmunológico y, por ello, es importante que estén equilibradas. De no ser así, puede que las bacterias malas proliferen y surjan problemas como el estreñimiento, la diarrea o los gases.

En bebés, es habitual observar este tipo de dolencias junto a los cólicos del lactante y el uso de probióticos puede ayudar a mejorar sus síntomas y a mejorar el bienestar de nuestro hijo o hija. En este artículo de paraBebés vamos a ver qué son los probióticos para bebés y para qué sirven. ¿Cómo funcionan? ¿Cuándo y cómo darlos? Todo sobre los probióticos para bebés a continuación.

Qué son los probióticos para bebés

Los probióticos son un tipo de microorganismos vivos que influyen en el organismo de las personas que lo consumen, aportando grandes beneficios si se consumen en las medidas adecuadas según la Organización Mundial de Gastroenterología. Se encuentran presentes en algunos medicamentos, suplementos alimenticios o alimentos como los yogures, la leche fermentada, el kéfir, la levadura natural...

En otras palabras, los probióticos son bacterias que habitan en nuestro intestino y que son buenas y necesarias para su correcto funcionamiento, tanto para adultos como para bebés. Sus beneficios son los siguientes:

  • Previenen y mejoran enfermedades, tanto intestinales como de otros tipos: cáncer, candidiasis...
  • Favorecen la digestión.
  • Combaten tanto el estreñimiento como la diarrea.
  • Ayudan a la absorción de nutrientes.
  • Impiden que proliferen bacterias malas.
  • Contribuyen a una mejor digestión de la lactosa.
  • Previenen la obesidad, alergias, colesterol o hipertensión.

Cuando nace un bebé, la microbiota que compone su flora intestinal se empieza a formar y, dependiendo del tipo de parto que sea, será de una forma u otra. Así, los bebés que nacen a través de parto vaginal tendrán una flora muy similar a la vaginal, es decir, muy rica en bacterias buenas.

Además, si se opta por dar lactancia materna exclusiva, favorece una implantación muy saludable de la microbiota intestinal, regulando así el sistema inmunitario.

Diferencia entre prebióticos y probióticos

Los prebióticos, por su parte, son fibras que sirven de alimento a las bacterias saludables que acabamos de ver, es decir, es la comida de los probióticos.

Los prebióticos no pueden ser absorbidos por el cuerpo humano, pero tienen una función esencial: hacer posible la multiplicación de bacterias beneficiosas para el organismo. Por ello, suelen encontrarse en el intestino grueso. Sus beneficios son los siguientes:

  • Regulan en nivel de azúcar en sangre.
  • Reducen el colesterol.
  • Aumentan el volumen y la frecuencia de las deposiciones, facilitando así el buen tránsito intestinal.
  • Ayudan a la absorción de vitaminas y minerales como el hierro o el calcio.
  • Fortalecen el sistema inmunológico.
  • Contribuyen a la formación de la microbiota del bebé.

Se encuentran en alimentos como los plátanos, la cebolla, el ajo, los espárragos, algunos tipos de cereales...

Para qué sirven los probióticos pediátricos

Dentro de la rama médica de pediatría, los probióticos se utilizan frecuentemente para tratar problemas gastrointestinales de los bebés, niños y niñas. De momento no hay suficiente evidencia científica que permita pautar los probióticos de forma igualitaria para cada patología, ya que no siempre actúan igual ni se obtienen las mismas respuestas con ellos. No obstante, la experiencia con los probióticos en bebés demuestra lo siguiente:

  • Ayudan a controlar la diarrea aguda, sobre todo la causada por los rotavirus.
  • Mejoran la enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Contribuyen a reducir el dolor causado por el síndrome del intestino irritable.
  • Reduce el dolor abdominal causado por gases o cólicos del lactante.
  • Combaten el estreñimiento.

Todas estas cuestiones hacen que los probióticos sean una opción muy beneficiosa para tratar ciertas patologías en los bebés desde el momento de su nacimiento. Por ello, es muy habitual que sean recetados para tratar los temidos cólicos del lactante, que suceden las primeras semanas de vida.

Alimentos con probióticos para bebés

Según la Organización Mundial de la Salud, los bebés de entre 0 y 6 meses de edad deben alimentarse de forma exclusiva de leche, ya sea materna o de fórmula. Esto significa que no debemos dar ningún tipo de alimento diferente durante ese tiempo: ni zumos, ni frutas, ni yogures, ni purés... Si quieres saber más sobre los alimentos que pueden comer los bebés en función de la edad, te resultará muy útil consultar nuestra Tabla de alimentación para bebés de 0 a 12 meses.

  • La leche materna es una fuente muy importante de probióticos para el bebé y tiene un papel fundamental en la formación de la microbiota del recién nacido, como hemos visto anteriormente.
  • Y, la leche de fórmula, suele llevar probióticos dentro de sus componentes. Por lo tanto, si el o la pediatra consideran necesario aumentar la ingesta de probióticos por parte del bebé, será a través de suplementos alimenticios en forma de gotero.

A partir de los 6 meses de edad, los bebés comienzan la alimentación complementaria pero, como la mayor parte de los probióticos se encuentra en productos lácteos, no se los podremos ofrecer hasta el año de edad, que es cuando los niños y niñas pueden comenzar a tomar este tipo de alimentos.

Lo que sí podemos dar a nuestro bebé a partir de los 6 meses de edad son:

  • Frutas como los plátanos. Aquí puedes ver qué frutas puede comer un bebé de 6 meses.
  • Alimentos ricos en fibra como la avena, el trigo o el centeno, ajos o cebollas. En este artículo explicamos cómo prepara avena para bebés.

Al ser ricos en prebióticos, ayudarán a mejorar la microbiota intestinal.

Por último, cabe destacar que, aunque los probióticos sean muy beneficiosos para el organismo, no se debe abusar de ellos, y más si nos referimos a los bebés. Un uso de probióticos en exceso puede tener consecuencias negativas tanto en el intestino como en el sistema inmune, por lo que siempre deberemos consultar con el o la pediatra antes de administrar cualquier tipo de suplemento a nuestro hijo o hija respetando las cantidades pautadas.

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Bibliografía
  • JM, Panisello Royo (2014). Probióticos y prebióticos en edad pediátrica: de la evidencia a la práctica clínica.
  • La Vanguardia (22 de diciembre de 2017). La lactancia materna enseña a la microbiota intestinal a regular el sistema inmunitario.