Qué son los nódulos de Bohn en bebés y cómo tratarlos

Los nódulos de Bohn son quistes o nódulos benignos que aparecen en la cavidad bucal. Se generan a partir de la lámina dental y están compuestos de queratina. Su nombre se debe a Heinrich Bohn, quien los definió en 1886 como "unos quistes de las glándulas mucosas".

Cuando están presentes, se observan como pequeñas lesiones nodulares de consistencia firme, de color blanco perla o blanco amarillento y de pequeño tamaño, pues miden alrededor de 1 a 3 mm. Al observarlos, se asemejan a granos de arroz situados por debajo de la mucosa dental.

Concretamente, los nódulos de Bohn se localizan sobre el reborde alveolar (periferia del paladar) o sobre las superficies de la boca o la lengua de los bebés. En ocasiones, también pueden aparecen entre el paladar duro y el paladar blando.

Estas lesiones quísticas suelen observarse en bebés de 0 a 36 meses, aunque habitualmente están presentes en un 65-85% de los recién nacidos. Este tipo de nódulos puede preocupar a los padres son de naturaleza inofensiva.

Los nódulos de Bohn, al igual que las perlas de Epstein, pueden considerarse remanentes de estructuras embrionarias epiteliales, es decir, la aparición de estos nódulos se debe a que el epitelio queda atrapado en esta área durante la formación del paladar.

Esta es la razón por la que los nódulos de Bohn, así como otras lesiones bucales de los neonatos, son de naturaleza transitoria, pues pasado un tiempo, el mismo cuerpo comienza a involucionarlos y terminan desapareciendo completamente.

Habitualmente, los nódulos de Bohn no necesitan ningún tratamiento, pues desaparecen por si solos con el tiempo. Cuando aparecen en el recién nacido, es normal que comience su involución durante los primeros meses de vida, o puede que se rompan antes de los 3 meses, cuando entran en contacto con la cavidad bucal, al amamantarlo o al ofrecerle el biberón.

En algunos casos, puede ocurrir todo lo contrario y que, a partir de los 3 meses, empiecen a aumentar su tamaño y se vuelvan más voluminosos y visibles. En estos casos, pueden ser confundidos con abscesos, sin embargo, siguen siendo inofensivos.

Los especialistas recomiendan realizar un masaje muy suave sobre el área donde estén los nódulos y mantenerlos en observación. Si perduran después de los 3 meses, habrá que esperar hasta que salgan los dientes de leche y ver cómo se comportan. En muy pocos casos, si perduran en el tiempo, puede ser necesaria una intervención para tratarlos.

Al igual que los nódulos de Bohn, en la boca de los lactantes pueden aparecer las llamadas perlas de Epstein. Al observarlas, son muy similares en apariencia a estos nódulos. Para diferenciarlas, ten en cuenta las siguientes características:

• Localización: las perlas de Epstein se localizan solo en la parte central del paladar. Por su parte, los nódulos de Bohn suelen aparecer en las encías, o dentro de ellas. Generalmente, la zona en la que aparecen estos quistes es la primera pista que guía a los especialistas para diferenciar ambas condiciones.
• Aspecto: las perlas de Epstein tienden a ser bastante blancas y tienden a ser más grandes que los nódulos de Bohn. Los nódulos de Bohn son más pequeños y pueden ser blancos, amarillentos o grises.
• Origen: las perlas de Epstein son restos que quedan en la línea de fusión después de que se forme el paladar y tienen una naturaleza diferente a los nódulos de Bohn, los cuáles son de naturaleza epitelial.
• Frecuencia de aparición: las perlas de Epstein son mas comunes que los nódulos de Bohn.

Por suerte, los nódulos de Bohn son lesiones que no necesitan tratamiento, no son dolorosos ni causan otros malestares bucales en el bebé. Ante todo, es importante observar su evolución y, si persisten más allá de los 3 meses, lo mejor es consultarlo con el pediatra.

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