Qué siente el bebé en el vientre cuando la madre se baña

El feto se encuentra rodeado de líquido amniótico, de las paredes del útero y del tejido muscular, grasa y piel de la madre. Esto hace que esté perfectamente protegido de las adversidades del exterior como golpes, ruidos, luz, etc. Pero no quiere decir que se encuentre totalmente aislado. Le llegan un montón de sensaciones a través de diferentes medios. Las sensaciones del bebé en el vientre materno son:

• Las emociones de la madre: el estrés, la felicidad, la tristeza, la angustia, etc. Todos estos sentimientos son captados por el bebé en la barriga a través de las hormonas que secreta la madre y que le llegan por la placenta.
• Su voz: es uno de los sonidos, junto con los latidos del corazón, que primero reconocerán cuando nazcan.
• Los sabores de los alimentos que come: el bebé en la barriga traga pequeñas cantidades de líquido amniótico que adopta los sabores de la comida que ingiere la madre. Así, a partir del segundo trimestre de gestación, empieza a habituarse a los diferentes alimentos.
• Su tacto cuando se acaricia la barriga: cuando la madre comienza a sentir las pataditas de su bebé, este puede sentir también las caricias de la madre, o de otras personas, por fuera de la barriga.
• El movimiento: los bebés en la barriga disfrutan del movimiento de la madre dentro del vientre materno. Les relaja y hace que se queden dormidos. Por eso, es habitual que una vez que nacen disfruten de ser mecidos en brazos.
• El reposo: cuando la mujer embarazada se sienta a descansar, es el momento en el que el bebé en la barriga se pone más activo, juega y presenta más movimiento.
• Luces y sonidos: a pesar de estar amortiguados por el líquido amniótico, los bebés pueden escuchar ruidos del exterior algo distorsionados. Además, pueden diferenciar las luces fuertes, ya que traspasan a través de la piel de la madre.

Como vemos, el feto participa activamente en el vientre materno y experimenta diferentes sensaciones que irán determinando su desarrollo y personalidad. Las actividades que mantengan a la mujer relajada y feliz, serán las más beneficiosas durante todo el embarazo. Una de ellas son los baños relajantes, pero ¿son seguros durante la gestación? A continuación, te lo contamos.

En este artículo, te contamos cómo se sienten los primeros movimientos del bebé.

Los baños o duchas relajantes tienen beneficios en todas las personas, incluidas las mujeres embarazadas. Ayudan a calmar las molestias propias de la gestación como los calambres, la tensión muscular, los dolores de espalda o de caderas y relajan su mente. Aun así, se deben guardar ciertas precauciones para que los baños sean seguros:

• Evitar spas o jacuzzis debido a que cuentan con una temperatura superior a la que debe exponerse la embarazada. Las altas temperaturas podrían causarle bajadas de tensión, desmayos o afectar al feto negativamente, sobre todo durante el primer trimestre de gestación.
• No debes tomar baños o meterte en una piscina si has roto aguas. En estos casos, estás expuesta a coger alguna infección. En este artículo, respondemos a la siguiente cuestión: estoy embarazada y me sale un líquido como agua, ¿es normal?
• No usar espumas o aceites especiales, ya que pueden alterar el pH vaginal que se encuentra más sensible durante el embarazo. Podrían proliferar hongos.

Por lo tanto, si quieres tomar un baño embarazada puedes hacerlo perfectamente y, además, te sentará de maravilla, y al bebé también.

¿Qué siente el bebé en el vientre cuando la madre se baña? Como hemos visto a lo largo del artículo, los bebés son sensibles a los cambios del exterior. Cuando su madre se baña, es un momento muy placentero para ellos.

Lo primero que percibe el bebé dentro de la barriga es un cambio de temperatura, ya que el agua suele estar unas décimas por encima de la temperatura corporal de la mujer. Esto le hará disfrutar mucho, ya que la madre comienza a relajarse y a transmitirle esa sensación al bebé. Por otro lado, la embarazada acaricia su barriga y al bebé le encanta. Seguramente, responda con algunos movimientos o patadas.

Por último, son capaces de escuchar el sonido del agua de la ducha, muy semejante a lo que escuchan dentro del útero. Los sonidos a los que están más habituados son los latidos del corazón y el torrente sanguíneo de la madre por las venas. Por eso, cuando nacen se relajan con el conocido “ruido blanco”.

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