Qué hacer cuando un niño no quiere comer sólido

Qué hacer cuando un niño no quiere comer sólido

La alimentación complementaria es una cuestión que a menudo suele preocupar bastante a los padres. Según la OMS, a partir de los seis meses de edad y cumpliendo ciertos requisitos, los bebés dejan de alimentarse exclusivamente de leche y están preparados para incorporar poco a poco diferentes tipos de alimentos a su dieta.

Esto se puede llevar a cabo de dos formas principalmente: ofrecer comida en trozos desde un inicio (Baby Led Weaning) o preparar las famosas papillas y purés tradicionales. Cualquiera de los dos métodos tiene un mismo objetivo, que los niños coman el mismo menú que el resto de la familia. En el caso de optar por los triturados, nos podemos encontrar con un problema posterior: que el niño rechace la comida entera.

En este artículo de paraBebés encontrarás las claves para saber qué hacer cuando un niño no quiere comer sólido.

Cómo introducir alimentos sólidos al bebé de 1 año

Según la guía de la alimentación complementaria elaborada por la Asociación Española de Pediatría en el 2019, entre los 8 y los 9 meses de edad se deberían ofrecer a los bebés otras texturas que no fueran papillas. Esto puede evitar tanto el rechazo de ciertos alimentos como frutas y verduras, así como futuros problemas en la dentición. De este modo, a partir del año, la alimentación infantil debe ser semejante a la de los adultos, es decir, deben comer sólido en la medida de lo posible.

La presentación de los alimentos va a repercutir significativamente en la actitud del niño hacia ellos. Inicialmente, podemos ir cambiando poco a poco la textura de los purés, pasándolos menos por la batidora o incluso presentárselos simplemente chafados con el tenedor. El cambio debe ser progresivo hasta llegar a una textura blanda, que ellos puedan aplastarlos con las encías evitando así cualquier riesgo de atragantamiento. Este hecho va a suponer un esfuerzo para ellos, ya que van a pasar simplemente de abrir la boca y tragar a tener que masticar un alimento para poder ingerirlo.

La forma de los alimentos dependerá de su desarrollo psicomotriz. Alrededor del año, los niños generalmente suelen hacer pinza a la perfección, lo que les permite coger trozos o alimentos pequeños como los garbanzos, por ejemplo. Asimismo, debemos ofrecer alimentos variados como verduras, frutas, legumbres, cereales, carne, pescado… Esto hará que los niños quieran probar diferentes cosas y también comenzarán a mostrar preferencia por algunos.

Consejos para que los niños muestren interés en los alimentos sólidos

En este punto, muchos bebés comienzan con el rechazo hacia la comida sólida. ¿Qué podemos hacer entonces?

1. Tener paciencia

Debemos tener mucha paciencia. No podemos crearnos altas expectativas en cuanto a la comida desde el minuto uno de empezar. La alimentación es un proceso de aprendizaje donde debemos educar al paladar. Según Juan Llorca, chef y nutricionista infantil, debemos probar un alimento entre 15 y 20 veces para saber si realmente nos gusta o no. Lo mismo pasa con las texturas.

2. Respetar su cantidad

Debemos respetar los signos de saciedad de los niños. Solo tenemos que pensar en nosotros, no siempre nos apetece la misma cantidad de comida ni tenemos hambre a la misma hora. Además, si estamos acostumbrados a que se coman una papilla con medio plátano, media pera, media manzana y el zumo de una naranja, no podemos esperar que coman lo mismo sin triturar. Pueden tener suficiente con un gajo de la fruta elegida, aunque a nosotros nos dé la sensación de que es poco.

3. Ofrecer variedad

Tenemos la gran suerte de contar con una amplia gama de verduras, legumbres, hortalizas, frutas, cereales… que podemos combinar de diferentes formas para hacer más atractivos los platos. Si no les gusta una preparación, otro día se la podemos ofrecer cocinada y elaborada con diferentes alimentos.

4. Hacerles partícipes

Si hay algo que les gusta a los más pequeños, es ir ganando autonomía poco a poco. Si les dejamos participar activamente en su alimentación, van a mostrar un mayor interés por aquello que les ofrecemos. Sentados correctamente en una trona adecuada a su edad, pueden coger los trozos con sus propias manos y llevárselos a la boca o comenzar a usar cubiertos adaptados a su tamaño. La hora de la comida se convertirá en todo un desafío y se divertirán a la vez que aprenden a comer. Encontrarás más información en el siguiente artículo sobre el método Baby Led Weaning.

5. Predicar con el ejemplo

Gran parte de las cosas que aprenden los bebés son fruto de la imitación. La comida es un acto social y, si incluimos a los niños en esta rutina familiar, comenzarán a actuar igual que nosotros. Comiendo junto a ellos y ofreciéndoles los mismos alimentos, podemos verbalizar lo rico que está el menú, masticar exagerando un poco el gesto para que trate de hacerlo igual, usar los cubiertos adecuados… de esta forma conseguiremos captar su atención e incitarle a hacer lo mismo que ve.

Qué no hacer con un niño que no quiere comer sólido

Además de poner en práctica todo lo anterior, debemos tener en cuenta otros aspectos no menos importantes. La hora de la comida se debe centrar en eso, en la comida. Tenemos que evitar distracciones como los móviles, la televisión y todas aquellas cosas que quiten importancia al plato que tienen delante (no hacerles reír ni asustarles, por ejemplo).

De esta forma serán conscientes de lo que están comiendo y evitaremos posibles atragantamientos. Recordemos que tienen que pasar de tragar un puré de forma automática a comer sólido poniendo a trabajar los músculos de la boca.

Igualmente, hay que evitar enfadarse con ellos en la mesa si no quieren algún alimento y nunca usar la comida como premio o castigo.

De esta forma conseguiremos que poco a poco vayan comiendo más y, lo que es más importante, disfrutando de cada bocado.

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Bibliografía
  • Coulthard, H., Emmett, P., Harris, G. (2017). ¿Existen períodos sensibles para la aceptación de alimentos en la infancia?, 5(1):75-85. DOI 10.1007 / s13668-017-0203-0
  • Gomez M. (2018). Recomendaciones de la Asociación española de pediatría sobre la alimentación complementaria. Recuperado de https://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/documentos/recomendaciones-aeped-sobre-alimentacion-complementaria
  • Llorca, J. (2018). Sin dientes y a bocados. España. Vergara.
  • Organización Mundial de la Salud. Alimentación complementaria. Recuperado de: https://www.who.int/nutrition/topics/complementary_feeding/es/