Qué es el castigo positivo y ejemplos 

Qué es el castigo positivo y ejemplos 

Los castigos son unas técnicas de modificación de la conducta que pretenden evitar que una persona vuelva a repetir un mismo comportamiento en el futuro. A lo largo de la historia, los castigos más utilizados han sido los negativos, es decir, aquellos que tienen una consecuencia poco agradable para quien los recibe, ya que se les quita un estímulo o se le reprende por su actitud.

Pero con el paso del tiempo se ha demostrado cómo los castigos no son la mejor forma de educar ni disciplinar a los niños y niñas porque pueden tener consecuencias nefastas en su desarrollo conductual y emocional. Por eso, existen muchas alternativas a esta técnica que tienen grandes beneficios. En este artículo de paraBebés te contamos qué es el castigo positivo con ejemplos, como se diferencia el castigo positivo del negativo y por qué no es una técnica eficaz.

Qué es el castigo positivo 

El castigo positivo es una técnica conductual derivada del condicionamiento operante usada en muchos campos (clínico, educativo, laboral...), para que una determinada conducta disminuya su aparición o que directamente se extinga.

Su finalidad es aplicar una consecuencia desagradable a una determinada conducta, algo así como el fenómeno de causa – efecto. Si un niño o niña tiene un comportamiento no deseado, obtendrá un estímulo molesto para que las probabilidades de que se vuelva a producir se reduzcan.

Las características básicas de los castigos positivos son las siguientes:

  • Tiene que aparecer un estímulo desagradable.
  • Debe aplicarse de forma inmediata.
  • Debe ser coherentes, es decir, que la acción y el castigo sean equiparables.
  • Disminuye la aparición de ciertas conductas.
  • Puede suceder de forma inconsciente (por ejemplo, si toca un cactus, se pincha los dedos y no va a querer tocarlo más).

Para entender mejor este concepto vamos a ver ejemplos claros de castigos positivos que todos conocemos. Sigue leyendo para descubrirlo.

Ejemplos de castigo positivo   

Vamos a dividir los ejemplos de los castigos positivos en tres categorías diferentes para que los ejemplos sean más concisos:

  • Sociales: este tipo de castigos positivos están destinados a lograr una buena convivencia social. Un ejemplo de castigo positivo son las multas de tráfico. Cuando un conductor sobrepasa el límite de velocidad establecido, se le sanciona con una multa económica para que su conducta no vuelva a repetirse.
  • Naturales: este ejemplo lo hemos visto anteriormente y, la mayoría de estos castigos positivos, reacaen sobre las personas de forma inconsciente. Es decir que, al interactuar con ciertos elementos, se sufre una consecuencia muy desagradable. Ejemplo: al sacar una bandeja del horno sin protección, las manos sufren quemaduras.
  • Destinados a la educación: los padres, madres, maestros, etc., suelen usar con mucha asiduidad los castigos positivos para cambiar algunos comportamientos de los niños y niñas. Así, podemos ver como en la escuela muchas veces se manda a los alumnos copiar varias veces una frase relacionada con una mala actitud, cómo los padres y madres gritan a los hijos e hijas o cómo les castigan haciendo tareas domésticas si se portan mal.

Hay muchos otros tipos de modificación conductual que se usan habitualmente, pero con estos ejemplos que hemos explicado podemos comprender exactamente el concepto de castigo positivo.

Diferencia entre castigo positivo y negativo

El castigo negativo también tiene un uso muy extendido, sobre todo en la educación de los niños y niñas. Su funcionamiento es parecido al del castigo positivo, pero tienen una diferencia clara:

  • Los castigos positivos se basan en la aplicación de un estímulo desagradable a una conducta.
  • Los castigos negativos consisten en retirar un estímulo agradable ante la conducta.

Veamos algunos ejemplos de castigo positivo y negativo en niños. Para entenderlo mejor, vamos a ver un caso práctico. Imagínate que tu hijo/a tiene la costumbre de morderse las uñas mientras está jugando y tú quieres que deje de hacerlo, es decir, quieres modificar su conducta. Si nos basamos en los castigos para hacerlo, tenemos dos opciones:

  • Castigo positivo: aplicamos un esmalte de uñas amargo que le resulte desagradable (los venden ya preparados). De esta forma comprenderá que cada vez que se lleve las uñas a la boca, tendrá un sabor horrible y lo dejará de hacer.
  • Castigo negativo: le retiramos el juguete con el que se está divirtiendo porque le hemos dicho que no se muerda las uñas.

Como vemos, ambos tipos de castigos tienen un mismo objetivo: que la frecuencia de una conducta vaya bajando, pero los métodos que se aplican en cada uno pueden tener diferentes repercusiones en el desarrollo infantil. Otro ejemplo claro de castigo negativo es cuando se castiga al niño o a la niña sin postre.

Así, se ha demostrado cómo el castigo negativo causa en los niños baja autoestima y problemas emocionales y conductuales. Entonces, ¿hay que aplicar el castigo positivo?

¿La técnica del castigo positivo funciona en niños/as?

El castigo positivo hace que cualquier organismo asocie la realización de una conducta con un estímulo desagradable y, por eso, es una de las formas más eficaces de controlar la conducta. Pero que sea eficaz no quiere decir que sea beneficiosa.

El castigo cada vez se está usando menos en la educación de los niños y niñas ya que, como hemos explicado a lo largo del artículo, tienen más desventajas que ventajas en el desarrollo infantil.

Esto sucede indistintamente con ambos tipos de castigo ya que, aunque la palabra “positivo” nos pueda parecer algo bueno, no deja de ser una técnica conductual poco respetuosa con los niños/as y que no les proporciona ningún tipo de aprendizaje.

No debemos centrarnos solo en lo que los más pequeños no deben hacer, sino en poder darles alternativas a lo que sí pueden realizar en ese momento, poniendo en práctica la disciplina positiva y respetuosa.

En este artículo ebncontrará sinformación sobre otra técnica de modificación de contuca: el refuerzo positivo aplicado en niños/as.

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Bibliografía
  • Miró, E. (26 de febrero de 2016). Motivando al niño a través del reforzamiento positivo. Recuperado de: http://wpd.ugr.es/~emiro/nino-reforzamiento-positivo/
  • Psicosalud Tenerife (6 de febrero de 2014). Recursos para estudiantes: refuerzo y castigo. Recuperado de: https://psicosaludtenerife.com/2014/02/06/refuerzo-y-castigo/