Por qué mi bebé grita mucho y qué hacer

Por qué mi bebé grita mucho y qué hacer

Los seres humanos nos comunicamos entre nosotros gracias al lenguaje, ya sea verbal, escrito o por medio de gestos. La palabra se establece más tarde que el lenguaje no verbal y requiere un aprendizaje previo por parte de los infantes. Algunos conseguirán aprenderlo antes y otros más tarde, dependiendo del ritmo de cada uno, su carácter y de los factores genéticos y ambientales que le rodean.

En el caso de los bebés, la mayoría de ellos antes de aprender a hablar, dan gritos y alzan su tono de voz a menudo. En este artículo de paraBebés veremos si es normal que un bebé grite mucho, por qué lo hace y qué hay que hacer cuando el niño pequeño chilla mucho.

¿Es normal que mi bebé grite mucho?

Tu bebé en algún momento se pondrá a gritar, da igual si os encontráis en casa, en el parque o de compras, y no necesariamente lo hará solo cuando esté enfadado.

Es totalmente normal que los bebés griten y chillen, ya que los bebés son tan pequeños que aún no han aprendido a decir con palabras lo que necesitan o simplemente comunicarse con los demás, sobre todo con sus padres. Con los gestos que realizan, los balbuceos y los gritos se comunican a su manera con su entorno.

En el momento que necesitan expresar emociones algo más intensas, como la frustración de no conseguir algo que quiere, la rabia, o la alegría, los chillidos se vuelven más fuertes para hacerse notar y conseguir captar nuestra atención. Por lo que los chillidos agudos y fuertes pueden darse en estas circunstancias.

Por qué mi bebé grita mucho

Para poder entender mejor la evolución del lenguaje en los bebés, vamos a ver lo que ocurre en cada etapa de su desarrollo:

  • Recién nacido: la manera más efectiva que tiene de expresarse es a través del llanto, siendo esta su primera comunicación con el mundo. De esta forma nos hacen saber que tienen alguna necesidad sin cubrir (hambre, sueño, pañal sucio, protección…).
  • Entre 1 y 3 meses: ya suspiran, producen algunas vocalizaciones y gritos como reacción a necesidades básicas o sentimientos de placer.
  • Entre 4 y 6 meses: pronuncian algunas consonantes y balbuceos. Observa la boca de quien le habla para más tarde imitar. Ríen, gritan, extienden los brazos para que los cojan y tienen rabietas.
  • A partir de los 6 meses hasta 1 año: consiguen pronunciar varias sílabas y transmitir muchas cosas a su manera, a pesar que apenas hablan. Les encanta el sonido de su propia voz y exploran lo que pueden hacer con ella y hasta dónde llega su potencia. Aún no saben modular el tono, así que es habitual escucharlos gritar. Si el bebé chilla para captar rápidamente la atención de quien quiere, o para conseguir algo que desea en ese momento y lo consigue, asociará que este método de gritos le funciona, por lo que aprenderá a usarlo en muchas ocasiones como recurso.

Qué hacer cuando mi bebé chilla mucho

Como hemos comentado, es normal que los bebés en ocasiones griten para expresarse. Pero si estos gritos son habituales y se asocian siempre a enfados y rabietas, te contamos unos cuantos trucos para que poco a poco cambie la situación:

  1. Mucha paciencia. No caigas en el error de chillar igual o más que él, ya que los pequeños actúan por imitación de los adultos. Evita el autoritarismo y el nerviosismo, intenta calmarte para que la situación no te supere y así será más fácil no gritar.
  2. Espera un poco. Si está en medio de una rabieta o enfadado y sabes que no le ocurre nada más que eso, antes de intentar calmarlo déjale un tiempo de desahogo, para que no asocie que en cuanto se ponga testarudo vas a ir.
  3. Distingue la causa del grito. Reconoce los sentimientos de tu bebé, para saber cómo actuar primero debes saber si es que necesita o le pasa algo de verdad o solamente lo hace para conseguir algo que quiere o para llamar tu atención.
  4. Habla bajito. En los momentos que se ponga a gritar, respóndele hablando con un tono más bajo para que lo imite y para que baje también su tono, ya que si no, no puede escucharte.
  5. Cubre sus necesidades. Antes de salir de casa, asegúrate que haya comido, descansado y que tenga el pañal limpio para que después no se pueda quejar por alguno de estos motivos.
  6. Enseña. Demuéstrale que para conseguir las cosas no hace falta ponerse a gritar y enséñale a que escuche a los demás. A medida que el infante vaya siendo más mayor, poco a poco empezará a emplear palabras para expresar lo que quiere en vez de utilizar chillidos, y esa etapa llegará antes si lo estimulas comunicándote mucho con él, explicándole qué le pasa y por qué no puede gritar así. Lo puedes realizar mediante juegos entre los dos. Conoce Cómo trabajar las emociones en los niños y las niñas.
  7. Ignora las miradas. Si vas paseando por un lugar público y un bebé que llora, se queja y chilla es la diana de muchas miradas de los desconocidos. Ignóralos, y si tienes que dejar a tu bebé que se desahogue en medio de una rabieta, que miren todo lo que quieran. Tú eres el que decide cómo manejar la situación con tu bebé y tú eres el que lo estás educando, no los demás. Mantente firme para conseguir tu propósito.

Aquí encontrarás algunos consejos para relajar a un bebé.

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Bibliografía

Asociación Española de Pediatría. 2013. Guía práctica para padres desde el nacimiento hasta los 3 años.

Asociación Española de Pediatría. 2012. Rabietas en el niño pequeño.