Por qué es peligroso darle sal y azúcar a tu bebé

Por qué es peligroso darle sal y azúcar a tu bebé

A partir de los 6 meses de edad comienza la ablactación del bebé, la etapa donde se le agregan nuevos alimentos a su dieta progresivamente complementarios a la leche materna. En este momento es donde comienzan a surgir dudas relacionadas con los alimentos que hay que escoger y las formas de ofrecerlos para que el bebé los acepte.

En este sentido, una de las inquietudes que tienen muchas madres es si agregar o no sal y azúcar a sus comidas, pues es costumbre añadir aditivos a los alimentos cuando los cocinas. Aun así, los especialistas aconsejan no añadir estos ingredientes a las comidas de los bebés. En este artículo de paraBebés, te explicaremos por qué es peligroso darle sal y azúcar a tu bebé, cuáles son los riesgos de que el bebé los consuma y a partir de qué edad pueden añadirse a sus comidas.

Por qué no añadir azúcar en la dieta de un bebé

El azúcar es un carbohidrato ampliamente utilizado para aportar dulzor a las comidas, sin embargo, no es aconsejable añadirlo a los alimentos de los bebés. La Asociación Española de Pediatría recomienda no agregarle azucares añadidos a la dieta de los lactantes, es decir, aquellos azúcares que no son propios de los alimentos.

El azúcar es una fuente de calorías vacías, con un aporte nutricional nulo, es decir, no contiene ni vitaminas, ni proteínas, ni minerales, además de que es adictivo para los más pequeños se se ofrece frecuentemente y en exceso. Ahora bien, se debe destacar que el consumo de los azúcares naturales de los alimentos, como el de las frutas, aporta beneficios al bebé, pues mejora su desarrollo cognitivo y da mucha energía.

¿Por qué los bebés no pueden comer azúcar? En exceso, la ingesta de azúcar puede favorecer la aparición de afecciones de salud en el bebé como hiperactividad, diabetes, obesidad y caries dental. En este artículo encontrarás más información sobre la obesidad en bebés: qué es, causas, síntomas y tratamiento.

Por qué no añadir sal en la dieta de un bebé

Aunque el sodio es un mineral esencial para el organismo, agregar sal a las comidas de los bebés menores de 12 meses puede resultar dañino para su salud. ¿Por qué los bebés no deben comer sal? Los órganos del bebé, especialmente sus riñones, son aún muy inmaduros para procesar grandes cantidades de sodio, lo que puede provocar un desequilibrio hidroelectrolítico en el pequeño o la pequeña.

¿Qué pasa si se le da sal a un bebé? Si consume sal o alimentos procesados ricos en sodio, aumenta el riesgo de que pueda desarrollar hipertensión en el futuro. Por eso, se recomienda no agregar sal en exceso a los alimentos al cocinarlos y escoger alimentos para el bebé que tengan la etiqueta "reducido en sodio" como cereales y colados.

Ciertamente, la leche materna y los alimentos naturales tienen las cantidades de sodio necesarias para el bebé hasta que cumpla el primer año. A partir de ahí, la dieta del bebé suele ser la misma que la de los padres. Por lo tanto, lo ideal es preparar las comidas con muy poca sal, debido a que la mayoría de los alimentos procesados, como quesos, pan, aperitivos, y comidas preparadas, contienen más de la cantidad de sodio adecuada para su edad.

De igual manera, agregar más sal en la comida de los bebés modifica el sabor de los alimentos, acostumbrando su paladar a lo salado y creando un hábito poco saludable para su futuro.

Qué pasa si se le añade sal o azúcar a la dieta de un bebé

Poner azúcar o sal en las comidas de los bebés puede incrementar el riesgo de que el infante desarrolle diferentes alteraciones de salud a corto, mediano y largo plazo. A continuación, te mostramos las consecuencias de añadir sal o azúcar en las comidas de los bebés:

  • Problemas renales: los riñones de los bebés son muy pequeños e inmaduros para procesar grandes cantidades de solutos, como el sodio. Por ello, conviene ofrecer alimentos naturales, sin agregarles sal y otros conservantes. Ciertamente, la función renal del recién nacido es de alrededor del 25% si la comparamos con la del adulto, ya para los 6 meses de edad su funcionalidad aumenta en un 75%. A pesar de esto, es importante continuar protegiéndolo de altas cargas de solutos.
  • Caries dental: ¿qué pasa si se le da azúcar a un bebé? Provoca problemas bucales porque el azúcar puede atacar directamente las capas del esmalte dental, que, junto a la acción de ciertas bacterias, favorecen la formación de las temidas caries dentales.
  • Obesidad infantil: el azúcar aporta gran cantidad de calorías a la dieta del bebé. Un consumo elevado de azúcar aumenta el riesgo de que el bebé desarrolle obesidad durante la niñez.
  • Debilita el sistema inmunológico: colocarle un extra de azúcar a los alimentos del bebé puede aumentar su susceptibilidad a las infecciones. Esto se debe a que este ingrediente puede alterar la microbiota intestinal y, de esta manera, afectar la respuesta del sistema inmunológico.
  • Diabetes tipo II: ofrecer azúcar a los bebés también puede afectar el páncreas. Este órgano, aun inmaduro, tendrá que producir más insulina para absorber el exceso de azúcar en sangre, aumentando el riesgo de desarrollar en un futuro trastornos metabólicos como la diabetes. En estos casos, te recomendamos seguir esta dieta para la diabetes tipo 2.
  • Cambia el sabor natural de los alimentos: la adición de azúcar y sal en la dieta del bebé transforma el sabor natural de los alimentos. Al adicionarlos, se corre el riesgo de que el bebé acostumbre su paladar solo al sabor que aportan estos aditivos.
  • Aumenta el riesgo de hipertensión: el sodio interviene en la regulación de tensión arterial. Esta es la razón por la que consumir sal en exceso aumenta el riesgo de que el bebé padezca hipertensión arterial durante la infancia.

Cuando se puede dar azúcar y sal a los bebés

A partir de los 12 meses puedes comenzar a añadir azúcar y sal en los alimentos de los bebés, cuidando de no excederte en las cantidades diarias permitidas para su edad. Después se recomienda que los niños de entre 1 y 3 años consuman un máximo 17 gramos de azúcar al día, lo que representa alrededor de un 8% de las calorías totales que necesita.

Sin embargo, la mayoría de los alimentos procesados que se consiguen en el mercado contienen más azúcar de la recomendada. Por ello, es aconsejable leer las etiquetas de los productos que se ofrecen al bebé, especialmente los cereales u otros productos específicos que contengan miel u otros azucares añadidos. Además, también conviene evitar ofrecerle alimentos altos en azúcar como galletas, caramelos, refrescos, entre otros.

En relación a la cantidad de sal, los especialistas recomiendan que los niños entre 1 y 3 años pueden consumir 2 gramos de sal al día, de 4 a 6 años, 3 gramos, y entre 7 y 10 años, 5 gramos. Ante todo, es importante recordar que la alimentación del bebé durante el primer año de vida marcará las directrices de como serán sus preferencias alimentarias en su futuro. Por ello, desde una edad temprana, hay que fomentar unos buenos hábitos nutricionales, entre los que destaca evitar el consumo excesivo de este tipo de aditivos en las comidas.

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Bibliografía
  • Asociación española de pediatría (2020). Azúcares y edulcorantes. Recuperado de: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/azucares-edulcorantes
  • Pontificia universidad católica de Chile (2021). Uso de sal en lactantes y preescolares. Recuperado de: https://medicina.uc.cl/publicacion/uso-de-sal-en-lactantes-y-preescolares/