Pérdidas de orina en el embarazo, ¿son normales?

Las pérdidas de orina y el embarazo son dos cosas que están íntimamente relacionadas. Es algo totalmente normal que experimentan cerca de un 50% de las mujeres embarazadas y que tiene su origen en varios factores

¿Porqué ocurren las pérdidas de orina? A continuación explicamos las 4 causas de las pérdidas de orina en el embarazo:

• Esfínter más relajado: durante el embarazo se segrega una hormona llamada “Relaxlna” que se encarga de relajar toda la zona del bajo vientre para favorecer el trabajo de parto: útero, cuello del útero y esfínteres. Por ello, esta relajación hace que sea más difícil aguantarse las ganas de hacer pis.
• Poco espacio: a medida que el útero aumenta su tamaño, los órganos de van recolocando para dejar espacio al bebé. La vejiga se verá presionada y aguantará menor capacidad que antes.
• Peso: otro favor que afecta directamente a las pérdidas de orina en el embarazo es el peso del bebé. Cuanto más grande es, mayor presión hará sobre la vejiga.
• Infecciones: durante el embarazo las infecciones de orina son más frecuentes, y provocan pérdidas de orina involuntarias.

Pues bien, una vez que conocemos las causas por las cuales se producen las pérdidas de orina en el embarazo, vamos a ver cuándo empiezan a hacerse presentes.

Las pérdidas de orina en el embarazo pueden suceder desde el primer momento debido a la secreción de la hormona Relaxina que hemos explicado con anterioridad, pero lo más habitual es que estas pérdidas comiencen a suceder a partir del tercer trimestre de gestación, momento en el que el bebé empieza a tener un gran tamaño y a presionar órganos como la vejiga. Pueden ocurrir en reposo, al levantarte, al toser, al reírte, al estornudar…

En este momento será muy beneficioso realizar ejercicios, con la aprobación previa de tu ginecólogo o ginecóloga, destinados a fortalecer los músculos del suelo pélvico de cara al parto y al postparto. El suelo pélvico está formado por todos aquellos músculos que sostienen a la vejiga, al útero y al recto y es fundamental que permanezcan fuertes para evitar problemas futuros. Uno de ellos es la incontinencia urinaria. Durante el embarazo y el parto, el suelo pélvico se ve bastante afectado ya que tiene que soportar un gran peso extra y una gran dilatación en el momento del expulsivo. Por ello, es conveniente consultar con un o una fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que te haga una valoración en caso de que las pérdidas de orina o las molestias sean muy constantes. En este artículo encontrarás 10 ejercicios de suelo pélvico para el embarazo.

En la recta final del embarazo las pérdidas de orina pueden llevarte a pensar si estás perdiendo líquido amniótico o no. Vamos a explicar detalladamente cómo diferenciar una cosa de la otra:

1. Ve al baño y asegúrate de vaciar bien la vejiga: cuando hagas pis, espera un poco y esfuérzate por vaciarla completamente.
2. Tose: una vez que hayas vaciado la vejiga, ponte en cuclillas con una toalla debajo y tose fuerte varias veces. Si sale líquido, es probable que sea líquido amniótico.
3. Ropa interior seca: si las pérdidas son de líquido amniótico, se mojarán de forma constante
4. Olor: si las pérdidas son de orina, diferenciarás enseguida el olor. En caso de que sea líquido amniótico, no dejará ningún olor o este se asemejará al olor del semen. Tampoco tiene color.
5. Salva slip específico: en la farmacia puedes encontrar salva slips que cambian de color con el contacto del líquido amniótico y es una forma fácil y rápida para identificarlo. Eso sí, su precio es algo elevado.

La pérdida de líquido amniótico puede pasar desapercibida si tienes una fisura muy pequeña en la bolsa, ya que el líquido irá cayendo poco a poco. Sigue los pasos anteriores y, en caso de cualquier duda, dirígete al servicio de urgencias para que te realicen una exploración. Por el contrario, en caso de rotura de aguas completa no te quedará ninguna duda, ya que saldrá mucha cantidad de líquido que no podrás controlar.

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