Parto inducido en primerizas: duración y experiencia

Parto inducido en primerizas: duración y experiencia

La llegada de un bebé es un momento muy importante, y para las madres primerizas, en todo momento hay expectativas, preguntas y un poco de ansiedad. Lo ideal es que el trabajo de parto comience de forma espontánea, cuando el cuerpo bebé esté listo. Sin embargo, existen situaciones médicas que afectan el curso natural, y es necesario iniciar el trabajo de parto artificialmente. Esto se conoce como parto inducido en primerizas (aunque también se realiza en mujeres que ya han tenido hijos).

Comprender qué implica un parto inducido, por qué podría ser necesario, cuánto puede durar, si es recomendable y cuáles son sus posibles consecuencias, es fundamental para que las madres puedan tomar las mejores decisiones, afrontando la experiencia con mayor tranquilidad y confianza. En el siguiente artículo de paraBebés, te ofrecemos una revisión acerca de qué es el parto inducido en primerizas, recomendaciones, duración y consecuencias.

¿Qué es un parto inducido en primerizas?

Un parto inducido es un procedimiento médico que se usa para estimular las contracciones uterinas antes de que el trabajo de parto comience por sí solo, con el objetivo de lograr su culminación con éxito. Para una mujer primeriza, que nunca antes ha experimentado el trabajo de parto, este proceso puede generar muchas interrogantes.

La diferencia entre inducción vs. aumento del parto, es importante distinguirla. La inducción implica, el trabajo de parto desde cero. El aumento en cambio, se refiere a la estimulación de las contracciones, es cuando el trabajo de parto ya ha comenzado de forma espontánea pero no progresa adecuadamente.

¿Cómo es un parto inducido en primerizas?

El proceso paso a paso, ocurre de la siguiente forma:

Madurez de cuello uterino

Antes de iniciar la inducción, el médico evaluará la madurez del cuello uterino (cérvix). Debe estar blando, acortado (borrado), algo dilatado y en una posición anterior. Para un parto inducido en primerizas, es común que el cuello uterino aún no esté maduro, especialmente si la inducción se realiza antes de la fecha probable de parto.

Si el cérvix no está favorable, el primer paso suele ser la maduración cervical, para los cuales existen varios métodos:

  • Prostaglandinas: son sustancias similares a las hormonas que ayudan a ablandar, borrar y dilatar el cérvix. Pueden administrarse en forma de gel, supositorio vaginal, una tableta oral o vaginal. Este proceso puede tomar varias horas e incluso puede iniciar las contracciones.
  • Métodos mecánicos: implican la inserción de dispositivos en el cuello uterino, para ayudar a dilatarlo mecánicamente.

Inducción de contracciones uterinas

Una vez que el cuello uterino está más favorable (o si ya lo estaba desde el inicio), se procede a estimular las contracciones.

Amniotomía o rotura artificial de membranas

Si el cérvix está algo dilatado, el médico puede romper la bolsa amniótica ("romper aguas") utilizando un instrumento estéril similar a una aguja de crochet. Esto puede ayudar a liberar prostaglandinas naturales y permitir que la cabeza del bebé presione sobre el cérvix, estimulando las contracciones. Generalmente se realiza cuando ya hay cierta actividad uterina o en combinación con oxitocina.

Oxitocina sintética (Pitocin®)

Esta es la forma más común de inducir o conducir las contracciones. La oxitocina es una hormona que el cuerpo produce naturalmente, para causar contracciones. La versión sintética se administra por vía intravenosa (IV), con una duración de 60-90 segundos.

Monitorización continua

Durante un parto inducido en primerizas, especialmente cuando se utiliza oxitocina, es estándar la monitorización fetal continua.

Manejo del dolor

Las contracciones inducidas, particularmente con oxitocina, a veces pueden ser percibidas como más intensas, más regulares o con un inicio más abrupto que las de un parto espontáneo. Es importante discutir las opciones de manejo del dolor con el equipo médico.

El progreso del parto

Una vez que se establecen contracciones efectivas y el cuello uterino comienza a dilatarse, el parto inducido sigue las mismas fases que un parto espontáneo: fase latente, fase activa, segunda etapa (pujo y nacimiento) y tercera etapa (alumbramiento de la placenta). Sin embargo, como se discutirá, la duración puede variar.

Para una primeriza, todo el proceso es nuevo. La inducción significa, que el inicio del trabajo de parto ocurre en un entorno hospitalario, a menudo con más intervenciones desde el principio en comparación con un parto espontáneo que comienza en casa.

Duración del parto inducido en primerizas

Una de las preguntas más frecuentes, es cuánto dura un parto inducido con oxitocina o con otros métodos, especialmente en un parto inducido en primerizas. La respuesta honesta es, que la duración es extremadamente variable y no hay un tiempo fijo.

Según factores

Cuánto tarda un parto inducido en primerizas depende de una compleja interacción de factores:

  • Madurez cervical inicial: este es uno de los predictores más importantes. Si el cuello uterino está "desfavorable" (firme, cerrado, posterior, grueso) al inicio, la fase de maduración cervical puede llevar muchas horas (6-12 horas, a veces incluso más de 24 horas).
  • Ser primeriza: el trabajo de parto, ya sea espontáneo o inducido, generalmente es más largo en mujeres primerizas en comparación con aquellas que ya han tenido partos vaginales previos.
  • Respuesta individual: cada mujer responde de manera diferente a las prostaglandinas o a la oxitocina. Algunas pueden iniciar contracciones rápidamente, mientras que otras necesitan dosis más altas o más tiempo.
  • Dosis y protocolo de oxitocina: la forma en que se administra y se ajusta la oxitocina puede influir.
  • Posición y encajamiento del bebé: la posición del bebé y qué tan bien encajada esté su cabeza en la pelvis, pueden afectar la progresión.
  • Uso de analgesia epidural: la epidural es excelente para el manejo del dolor, pero en algunos casos puede prolongar ligeramente la segunda etapa del parto (el período de pujo). Sin embargo, también puede ayudar a la madre a relajarse durante la primera etapa, lo que a veces facilita la dilatación.
  • Características del bebé: un bebé muy grande podría llevar a un parto más largo o complicado.

Según fases

Las fases y tiempos estimados de un parto inducido en primerizas son las siguientes, aunque como ya hemos dicho puede depender según los factores mencionados.

  • Fase de maduración cervical: puede durar de unas pocas horas a más de un día.
  • Fase latente inducida: esta fase puede ser particularmente larga en una inducción, a veces 12-24 horas o más, con contracciones que se van volviendo más regulares e intensas.
  • Fase activa inducida (dilatación de ~6 cm a 10 cm): una vez en fase activa, la dilatación tiende a ser más rápida, pero aún puede tomar varias horas.
  • Segunda etapa: en primerizas, esta etapa puede durar desde menos de una hora hasta 2-3 horas (o incluso más, especialmente con epidural), siempre que la madre y el bebé estén bien.
  • Tercera etapa (alumbramiento de la placenta): suele ser rápida, unos 5-30 minutos.

Considerando todas estas fases, un parto inducido en primerizas puede durar desde unas 12 horas (si el cérvix es muy favorable y la respuesta es rápida) hasta 24-48 horas o incluso más, desde el inicio de la maduración cervical hasta el nacimiento. Es un proceso que requiere paciencia tanto de la madre como del equipo médico. Es importante no tener expectativas de tiempo rígidas.

Si estás nerviosa o eres de las que dice "Mañana me inducen el parto y tengo miedo", puede que te interese el siguiente artículo sobre "Cómo superar el miedo al parto si soy primeriza".

¿Cuándo se realiza un parto inducido en primerizas?

La decisión de inducir el parto en una mujer primeriza (o en cualquier embarazada), se toma cuando el equipo médico considera que continuar con el embarazo representa un riesgo mayor para la salud de la madre o del bebé, que los riesgos potenciales de la propia inducción y el parto.

No es una decisión que se tome a la ligera. Las indicaciones pueden ser maternas, fetales o una combinación.

Riesgos por la madre

Se puede inducir un parto a una madre primeriza si se encuentra en alguna de estas situaciones:

  • Embarazo postérmino (o prolongado): esta es una de las razones más comunes. Se considera postérmino, un embarazo que se extiende más allá de las 42 semanas completas de gestación.
  • Preeclampsia o hipertensión gestacional: la preeclampsia es una complicación grave caracterizada por presión arterial alta, y signos de daño en otros órganos (como los riñones, evidenciado por proteína en la orina) después de las 20 semanas de embarazo.
  • Diabetes gestacional o diabetes mellitus preexistente: si la diabetes no está bien controlada, si el bebé está creciendo demasiado grande (macrosomía), o si hay otros signos de que el ambiente intrauterino no es óptimo, se puede recomendar la inducción, a menudo entre las semanas 38 y 40.
  • Rotura prematura de membranas a término: si la bolsa amniótica se rompe antes de que comience el trabajo de parto, y el embarazo está a término (37 semanas o más), se suele recomendar la inducción después de un período de observación (generalmente dentro de las 12-24 horas) para reducir el riesgo de infección materna y fetal (corioamnionitis).
  • Otras condiciones médicas maternas: enfermedades cardíacas, renales, pulmonares o autoinmunes preexistentes que podrían agravarse con la continuación del embarazo o que hacen que el parto sea más seguro en un momento controlado.

Riesgo por el bebé

Si es por la salud del bebé, se puede inducir el parto a la primeriza en las siguientes situaciones:

  • Restricción del crecimiento intrauterino: si se detecta que el bebé no está creciendo adecuadamente dentro del útero y se considera que estaría mejor fuera, se puede inducir el parto.
  • Oligohidramnios: niveles bajos de líquido amniótico, lo que puede aumentar el riesgo de compresión del cordón umbilical y sufrimiento fetal.
  • Preocupaciones sobre el bienestar fetal: si las pruebas de monitorización fetal (como el perfil biofísico o la monitorización no estresante) sugieren que el bebé podría estar en riesgo si el embarazo continúa.
  • Inducción electiva (por elección, sin indicación médica estricta): algunas mujeres y médicos pueden considerar la inducción electiva del trabajo de parto a término, generalmente a partir de las 39 semanas de gestación. Sin embargo, esta es una decisión compleja que debe ser discutida a fondo con el médico, sopesando los beneficios y riesgos individuales, las preferencias de la madre y los protocolos del hospital. No es una práctica universalmente adoptada ni adecuada para todas.

¿Es recomendable el parto inducido en primerizas?

La recomendación de inducir el parto en primerizas depende de cada caso y de la causa médica que lo justifique. Si hay una indicación clara, como preeclampsia o embarazo postérmino con riesgos, la inducción suele ser necesaria para proteger la salud de la madre y del bebé. En estos casos, los beneficios superan los riesgos, y la inducción se convierte en una medida terapéutica.

Cuando la inducción se considera de forma electiva, como a las 39 semanas, la decisión debe ser individualizada. Se valoran los posibles beneficios y riesgos con el médico, y se tiene en cuenta la preferencia de la madre. No es una recomendación universal para todas las primerizas, sino una elección informada.

Consecuencias de un parto inducido en primerizas

Es importante abordar las "consecuencias" no como resultados negativos inevitables, sino como posibles resultados o implicaciones que pueden surgir, tanto positivos (si la inducción era para prevenir un mal mayor) como potencialmente más desafiantes.

Muchas inducciones resultan en partos vaginales exitosos y bebés sanos, especialmente cuando están bien indicadas.

Posibles consecuencias para la madre

  • Experiencia del parto: puede ser muy variable. Algunas mujeres se sienten tranquilas y en control al tener un parto planificado, especialmente si había preocupaciones médicas. Otras pueden sentir que la experiencia fue más medicalizada, menos "natural" o más larga y agotadora de lo que esperaban. La satisfacción con la experiencia del parto inducido depende de muchos factores, incluyendo el apoyo recibido, el manejo del dolor y el resultado final.
  • Recuperación física: si la inducción es prolongada, si hay un parto instrumental o si la inducción termina en una cesárea, la recuperación física puede ser más exigente que después de un parto vaginal espontáneo sin complicaciones.
  • Impacto emocional: Los sentimientos pueden variar desde alivio y gratitud (si la inducción resolvió una situación de riesgo) hasta decepción, frustración o incluso trauma si la experiencia fue muy diferente a lo deseado o si hubo complicaciones. Un buen apoyo emocional durante y después del parto es crucial.
  • Riesgo de infección: procedimientos como la amniotomía o múltiples exámenes vaginales durante un trabajo de parto prolongado pueden aumentar ligeramente el riesgo de infección intrauterina (corioamnionitis), aunque se toman precauciones para minimizarlo.
  • Hemorragia posparto: algunos estudios sugieren que el uso prolongado de oxitocina o un trabajo de parto muy rápido o muy lento inducido podrían estar asociados con un ligero aumento en el riesgo de atonía uterina (cuando el útero no se contrae bien después del parto), lo que puede llevar a una hemorragia posparto.

Posibles consecuencias para el bebé

  • Estrés fetal: la estimulación uterina por la oxitocina podría, puede causar una disminución temporal del flujo de oxígeno al bebé. Sin embargo, la monitorización fetal continua está diseñada para detectar estos problemas tempranamente y permitir una intervención rápida (como disminuir o detener la oxitocina).
  • Prematuridad (si la inducción es antes de término): si la inducción se realiza antes de las 39 semanas por una razón médica urgente, el bebé puede nacer prematuro tardío o a término temprano, lo que podría conllevar riesgos asociados a la prematuridad. Aquí te contamos más sobre "Qué pasa si mi bebé nace a las 36 semanas".
  • Ictericia neonatal: algunos estudios han encontrado una leve asociación entre la inducción con oxitocina y un ligero aumento en la ictericia del recién nacido.
  • Dificultades para iniciar la lactancia materna: un parto largo, el uso de ciertos medicamentos para el dolor, o una posible separación inicial madre-bebé si alguno de los dos necesita cuidados especiales, podrían dificultar el inicio de la lactancia. Sin embargo, con un buen apoyo en lactancia, estos desafíos suelen superarse.

¡Importante! Cuando un parto inducido en primerizas está médicamente indicado, las "consecuencias" de no inducir el parto (es decir, de continuar el embarazo en una situación de riesgo) suelen ser mucho más graves tanto para la madre como para el bebé. La inducción se realiza precisamente para evitar esas consecuencias negativas mayores.

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Bibliografía
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