Estoy embarazada y no tengo ganas de nada, ¿es normal?

Es normal que las mujeres experimenten cambios de humor, de comportamiento y conducta durante el embarazo, aunque a veces pueden terminar en depresión, una enfermedad real que aparece en cualquier momento del embarazo o el postparto, independientemente de la etnia, edad o estrato social.

La depresión durante el embarazo provoca que la madre experimente episodios de tristeza, ansiedad y fatiga sin causa aparente, lo que le impide realizar actividades cotidianas como bañarse, alimentarse o cuidar a otras personas.

Esto ocurre debido a los cambios hormonales, es decir, las sustancias químicas en el cerebro se modifican originando episodios de depresión y ansiedad que son normales. Sin embargo, cuando se dan situaciones de vida difíciles, se pueden desencadenar episodios de depresión mayor que provocan trastornos de humor o depresión clínica.

Si te dices a ti misma estoy embarazada y no tengo ganas de nada, no te sientas culpable, pues esto ocurre debido a una combinación de varios factores que veremos a continuación:

• Factores ambientales: estrés por diferentes situaciones laborales, familiares y personales, exceso de trabajo, experiencias traumáticas, ansiedad por la nueva responsabilidad de cuidar a un bebé, así como las demandas físicas y emocionales de la etapa.
• Factores hormonales: aumento de los niveles de hormonas durante el embarazo, antecedentes personales o familiares de depresión o antecedentes de depresión en un embarazo anterior.

La depresión en el embarazo desencadena varios síntomas que pueden ir desde leves hasta graves. En casos graves, no tener ganas de nada en el embarazo pueden afectar a la salud de la madre y del bebé. A continuación, te mencionamos los principales síntomas de la depresión en el embarazo:

• Tristeza constante.
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad para dormir o dormir demasiado.
• Falta de interés por actividades rutinarias que antes se disfrutaban.
• Pensamientos fatalistas de suicidio.
• Preocupación.
• Angustia constante.
• Ansiedad al pensar en el cuidado del bebé.
• Falta de apetito o hambre constante.
• Variaciones en el estado de ánimo: tristeza, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad y frustración frecuente.
• Sentimientos de falta de esperanza.
• Incapacidad para concentrarse.
• Hacer ejercicios o pasatiempos.
• Apatía o falta de energía.
• Inquietud e irritabilidad.
• Incapacidad para tomar decisiones.
• Llorar mucho.
• Variaciones en el peso.
• Molestias en el cuerpo.
• Calambres.
• Dolores de cabeza constantes.
• Acidez.
• Malestar físico en distintas partes del cuerpo que no se alivian fácilmente.
• Dificultades para hacerse cargo del bebé cuando nace.
• Inseguridad para cuidar al bebé.
• Pensamientos de suicidio o hacerse daño a sí misma.

Los síntomas de depresión en el embarazo se extienden durante dos semanas o más. Si aparecen, es recomendable acudir a un especialista para establecer un diagnostico y ver si las señales indican una depresión u otra enfermedad.

Ante la sospecha sufrir depresión en el embarazo o postparto, es importante no preocuparse en exceso, pues es una situación habitual que tiene solución. En la mayoría de los casos se resuelve rápidamente cuando el bebé nace o a los pocos días.

A continuación, te mencionamos algunas recomendaciones para salir de una depresión en el embarazo:

• Intenta establecer un vínculo amoroso con tu bebé: existen técnicas muy efectivas para lograr que la conexión madre e hijo/a sea maravillosa. De esta forma, sentirás la importancia de mantenerte sana y estable emocionalmente.
• Evita el agotamiento físico: intenta descansar y recuperar energía, adopta posturas cómodas para dormir bien y así evitar los dolores de espalda. Practica la paciencia, la serenidad y pide ayuda si la necesitas para cuidar de ti.
• Evita los pensamientos negativos y la inseguridad: es común que pienses que no podrás cuidar bien del bebé o que te falta experiencia para bañarlo, alimentarlo o si se enferma, pero es normal. Lo importante es pedir ayuda a otras madres y seguir los consejos de profesionales de la salud.
• Disminuye los temores y acepta ayuda: si te sientes sola en el embarazo, cuando el bebé nazca, serán los días más demandantes para él, pues se tendrá que adaptar a un ambiente diferente fuera del útero. Pide ayuda para que familiares, pareja o amigos se encarguen de realizar las tareas del hogar.

Finalmente añadir que, aunque el tratamiento farmacológico no es la primera opción para tratar la depresión en el embarazo, en ocasiones, es necesario recurrir a él. La Food and Drugs Administration (FDA) recomienda tomar antidepresivos de la categoría A para cumplir con la terapia durante el embarazo o lactancia. Ante todo, lo mejor es acudir a un especialista para que estudie tu caso.

Si quieres más información, te recomendamos leer este artículo sobre cómo superar la depresión por embarazo.

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