¿Es peligroso darle miel a los bebés?

La Asociación Americana de Pediatría no recomienda dar miel de abeja a los niños porque puede contener esporas de la bacteria Clostridium botulinum, una neurotoxina capaz de ingresar en los intestinos del bebé y ocasionar botulismo infantil, una afección gastrointestinal capaz de paralizar los músculos de varias zonas del cuerpo de forma progresiva.

El botulismo es una enfermedad rara pero fatal, descubierta hace relativamente pocos años y descrita por primera vez en 1976. Solo en EEUU se registran 110 casos asociados directamente con el consumo de miel antes del primer año de vida de los bebés. La intoxicación alimentaria se presenta en niños con edades comprendidas entre las 6 semanas y los 6 meses de edad, motivo por el cual no se recomienda dar miel a los niños menores de 1 año.

Tanto en niños mayores como adultos la miel es inofensiva, ya que el cuerpo cuenta con microorganismos que se encargan de bloquear el daño. Sin embargo, en el caso de los niños menores de un año, el intestino todavía está inmaduro y las bacterias oportunistas pueden colonizarlo, causando todo tipo de enfermedades graves.

Cómo detectar el botulismo infantil

La aparición de esta condición es baja y complicada. A su vez, establecer un diagnóstico es todo reto porque los síntomas pueden variar y ser similares a otros procesos de enfermedad.

Los síntomas suelen manifestarse entre 12 a 36 horas después de la ingesta de la toxina e incluyen:

• Párpados caídos o parcialmente cerrados
• Debilidad en la succión y la deglución.
• Hipotonía (cuerpo y músculos débiles o sin fuerza)
• Estreñimiento.
• Pérdida del control de la cabeza
• Llanto débil.
• Dificultad en la alimentación.
• Respiración lenta o deficiencia respiratoria.
• Parálisis del cuerpo.
• Riesgo de muerte si no se trata adecuadamente.

Si quieres conocer más sobre este tema también puedes consultar ¿Es bueno comer miel en el embarazo?.

La miel en sí misma no es dañina ni tóxica, sin embargo, puede contener una bacteria conocida como Clostridium botulinum muy peligrosa para los más pequeños. Si esta bacteria alcanza la flora intestinal en niños mayores de un año o en adultos no existirá ningún riesgo, ya que sus sistemas digestivos tienen las defensas necesarias para enfrentarse a cualquier ataque. Sin embargo, cuando las esporas de la miel llegan al intestino grueso de los bebés menores de un año pueden liberar toxinas que provoquen botulismo infantil.

Según un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), de entre los alimentos que se asocian a la aparición de botulismo infantil, como son la miel, el jarabe de maíz, las fórmulas artificiales o los cereales, entre otros, la miel es la que parece tener mayor responsabilidad en estos casos tras confirmar la enfermedad y la fuente de donde se obtuvo.

Por otra parte, otro riesgo de darle miel a un bebé demasiado pronto es que, debido a la gran cantidad de azúcar que contiene, sea propenso a desarrollar obesidad y caries en el futuro.

Debido a la inmadurez de sus intestinos, solo se necesitan unos pocos microbios para causar intoxicación alimentaria por miel en los bebés. Por lo tanto, lo mejor es no darle miel a tu hijo/a hasta después del año de vida, que es el momento en que comienzan a formarse bacterias beneficiosas en el intestino que ayudan a protegerlo contra microbios nocivos que puedan causar enfermedades infecciosas como el botulismo.

La miel es natural y se considera nutritiva y saludable, sin embargo, puede suponer un riesgo para la salud de tu bebé si está contaminada por la bacteria Clostridium botulinum. La probabilidad de contaminación aumenta cuando se trata de mieles artesanales, caseras o naturales que no han pasado por el proceso de esterilización adecuada, para eliminar o destruir las bacterias.

Asimismo, una opción relativamente segura cuando tu bebé ya tenga más de 1 año es ofrecerle productos elaborados especialmente para niños que contengan miel y que hayan pasado por un proceso de destrucción de bacterias previamente. Por ejemplo, los cereales infantiles, que en su elaboración implementan altas presiones y temperaturas para destruir cualquier microorganismo patógeno.

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