¿Es normal el sangrado de la nariz en el embarazo?

El sangrado de la nariz en el embarazo significa que ha aumentado la cantidad de sangre que circula en el cuerpo, lo que ha provocado un incremento de flujo de sangre en zonas específicas del organismo. Por un lado, las membranas mucosas de la boca y las encías pueden sangrar cuando te cepilles porque están más hinchadas de lo normal. Además, el aumento de la presión arterial también indica que hay más sangre circulando por el cuerpo.

Por otro lado, los vasos sanguíneos de la nariz son estructuras frágiles y durante el embarazo son susceptibles a reventarse, produciendo sangrado incómodo, pero inofensivo si las cantidades de sangre no son exageradas. Generalmente, si te sale sangre de la nariz y estás embarazada debes hacer lo siguiente:

1. Aplica presión con la mano sobre el orificio nasal.
2. Coloca un tampón durante aproximadamente 5 minutos en un período de una hora.
3. Espera a que el sangrado se detenga para extraerlo.
4. Si no se detiene la hemorragia, es recomendable es contactar con un profesional sanitario.

En el caso de que los cornetes nasales se inflamen la situación puede complicarse, puesto que estas estructuras tienen la función de filtrar el aire que respiramos y contienen mucha cantidad de sangre. Los cambios hormonales durante el embarazo provocan que los vasos sanguíneos se dilaten y la córnea se agrande, lo que significa que son propensos a la inflamación. Esta condición llamada rinitis del embarazo y se caracteriza por dificultad para respirar.

Durante la gestación la cantidad de sangre en el cuerpo aumenta para satisfacer las demandas del feto en formación. En esta etapa los capilares de la nariz se vuelven más frágiles y tienden a romperse con facilidad. Además, hay que tener en cuenta que las mujeres experimentan más estrés en el embarazo que causa hemorragias nasales consideradas normales.

La hemorragia nasal es simplemente molesta y no produce otros síntomas o situaciones de riesgo. Las probabilidades de tener una hemorragia nasal aumentan si tienes alergias previas al embarazo, si estás expuesta al aire frío, como el de los aires acondicionados, a factores irritantes como el humo del cigarrillo o si te suenas la nariz con fuerza. Si tienes mucho frío en el embarazo, te recomendamos leer este artículo para prevenir riesgos.

Es importante saber que una de cada cinco mujeres tiene posibilidades de experimentar el sangrado de la nariz en el embarazo.

Como vemos el sangrado de la nariz en el embarazo es un síntoma bastante frecuente. A continuación, te damos algunos consejos para frenar las hemorragias nasales:

• Evita inclinar la cabeza hacia atrás porque esto no detendrá el sangrado.
• Coloca la cabeza hacia adelante, en posición paralela al suelo, para evitar ingerir sangre y que produzca ahogamiento o vómito.
• Evita sonarte la nariz para no lastimar los vasos sanguíneos y se que produzca sangrado.
• Presiona las nasales con los dedos índice y pulgar para comprimir los pequeños vasos sanguíneos por los que fluye la sangre.
• Coloca cubitos de hielo en la frente: tiene un efecto vasoconstrictor, ya que desde allí salen las arterias que llevan la sangre a la nariz. Por lo tanto, se puede conseguir un efecto beneficioso y evitar el sangrado.
• Evita tocarte la nariz por un tiempo prolongado después del ataque.
• Sumerge un pequeño trozo de algodón en peróxido de hidrógeno, haz una bola e introdúcelo en tu nariz.
• Evita usar algodón para detener el sangrado, ya que tiende a fijarse a la mucosa nasal y al despegarse producir nuevamente el sangrado.
• Usa ungüentos hemostáticos en las fosas nasales cuando se haya detenido el flujo de sangre.

Aunque el sangrado de la nariz en el embarazo es normal, existen diferentes formas de prevenir su aparición. Te las mostramos a continuación:

• Utilizar una pomada a base de vaselina: aplicarla varias veces al día para mantener bien hidratada la mucosa nasal. De esta forma, evitarás la resequedad y la formación de costras que pueden romperse y provocar sangrado de nuevo.
• Realizar lavados nasales con agua salada o de mar: coloca la cabeza paralela al suelo para que cuando entre el agua por las fosas nasales pueda salir rápidamente en forma de secreción nasal.
• Evita colocar aerosoles vasoconstrictores en las fosas nasales: si bien provocan alivio a corto plazo, su efecto se agrava a largo plazo porque dilata y comprime los pequeños vasos sanguíneos de forma abrupta.
• Tener cuidado al usar sustancias que pueden provocar contracciones uterinas durante el embarazo.

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