Cuándo ponerle gafas de sol a un bebé

Cuándo ponerle gafas de sol a un bebé

La exposición prolongada a los rayos del sol tiene efectos nocivos para la salud del bebé. A nivel tópicos, puede sufrir quemaduras, resequedad y envejecimiento prematuro. A nivel ocular, los peligros de una exposición excesiva son cataratas, así como daños en la retina y otras estructuras del ojo).

En este sentido, las gafas de sol protegen de los rayos ultravioletas y de posibles cuerpos extraños presentes en el medio ambiente que pueden dañar los ojos, causando como consecuencia alguna infección o molestia. Por estos motivos, es importante usar gafas de sol. En el siguiente artículo de paraBebés, te explicaremos cuándo ponerle gafas de sol a un bebé, por qué es recomendable que las use y qué criterios seguir a la hora de escoger las mejores gafas de sol para tu bebé.

Cuándo se le puede poner gafas de sol a un bebé

Es muy importante prestar especial atención a los ojos de los bebés y protegerlos de los rayos de sol, pues su cristalino es más transparente y filtra menos luz que el de los adultos. Por ello, los rayos ultravioleta (UV) penetran entran con mayor facilidad en los ojos y pueden causar daños en la retina.

En este sentido, no existe una edad establecida para empezar a ponerle gafas de sol a un bebé, sin embargo, es importante protegerlos cuando vayan a tomar el sol directamente durante períodos largos. Por ejemplo, si se va a la piscina, a la playa o la nieve con el bebé, es importante proteger sus ojos, pues más débiles y delicados.

Además, también se recomienda usar gafas de sol en bebés en actividades al aire libre, fiestas infantiles, espectáculos en espacios abiertos y otras situaciones que pongan en riesgo la salud de su retina. No existe ninguna contraindicación para llevarlas todo el día puestas, pues no producen ningún daño, siempre y cuando sean las adecuadas para el bebé.

El posible daño de la radiación UV en los ojos es acumulativo a lo largo de la vida. Esto significa que aumenta a medida que la exposición al sol es mayor. Por lo tanto, como los bebés pasan mucho tiempo al aire libre jugando y divirtiéndose, es conveniente proteger sus ojos adecuadamente desde una edad temprana.

Por qué los bebés deben usar gafas de sol

La exposición excesiva a los rayos ultravioleta producen efectos perjudiciales a nivel ocular que involucran la retina, el cristalino y otras estructuras que rodean al ojo como conjuntiva, esclera y párpados. Concretamente, los efectos de los UV sobre el ojo humano predisponen el desarrollo de cataratas y degeneración macular. Estas condiciones pueden prevenirse poniéndole gafas de sol a los bebés y con la protección adecuada.

Así pues, los bebés deben usar gafas de sol porque los efectos mencionados se potencian, debido a que su estructura ocular no está completamente desarrollada, por lo que es más frágil y transparente. En este sentido, las gafas de sol en bebés favorecen que la luz se filtre menos y penetre profundamente en los ojos.

Cómo deben ser las gafas de sol para bebés

Las gafas de sol para bebés deben ajustarse en función de a cuánta radiación UV estarán expuestos. Por ejemplo, en situaciones cotidianas, como actividades al aire libre con pocas horas de luz solar, se pueden utilizar gafas de categoría uno. En cambio, si se trata de un día de playa o de piscina con una exposición intensa, se recomienda usar categoría dos en los cristales. Este número los protege de la radiación UV dañina, sin alterar el mecanismo de contracción pupilar.

A continuación, te damos recomendaciones de cómo deben ser las gafas de sol para bebés:

  • No se recomienda usar cristales de categoría tres o cuatro: existen algunas teorías que sugieren que cuando los bebés están expuestos regularmente al filtro solar, como la protección que ofrecen las gafas de sol, la pupila se dilatada porque se ha oscurecido artificialmente el ambiente. Esto pueda afectar su mecanismo de contracción pupilar en el futuro.
  • No ponérselas constantemente: la percepción de colores del bebé puede verse afectada si le ponen gafas de sol con frecuencia.
  • La lentes deben proteger contra los rayos no visibles: que tengan la capacidad de bloquear la luz UVA, por lo que es recomendable buscar las que tengan un filtro para la radiación ultravioleta.
  • El material debe ser de goma o de materiales flexibles como la silicona, para evitar que las rompa o pueda hacerse daño.
  • La montura debe ser hipoalergénica para evitar que se irriten los ojos y la piel del bebé.
  • Es aconsejable colocarle un sombrero o una gorra con visera para cubrir la zona de la frente y de los ojos.

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Bibliografía
  • Sociedad Española de Optometría (1983). La visión y el niño. Ed. SEO. Madrid.