Cuándo gatea un bebé

Cuándo gatea un bebé

Es muy frecuente que aparezca cierta preocupación entre las familias cuando un bebé tarda en gatear o, simplemente, no gatea. En estos casos, es recomendable observar una serie de indicadores para saber si se trata de un bebé que aún no está preparado para gatear o si, realmente, hay algún tipo de alteración en el desarrollo.

La presión social, la anticipación y las altas expectativas hacia el bebé, muchas veces, son factores que causan preocupaciones innecesarias. En este artículo de paraBebés, hablamos sobre cuándo gatea un bebé y más aspectos importantes que, como padres, va bien saber.

¿A qué edad gatea un bebé?

La mayoría de bebés empiezan a gatear entre los 6 y 10 meses de edad, aun así, el desarrollo de cada bebé es diferente y pueden empezar a gatear antes, después o que no lleguen a gatear nunca. Tanto si han empezado antes como más tarde o, simplemente, no han gateado, no tiene por qué haber ningún tipo de problema.

Si te preguntas cuándo empiezan a gatear los bebés prematuros, no hay una respuesta concreta, dependerá de la edad corregida y del ritmo de desarrollo de cada bebé. Un bebé prematuro puede empezar a gatear al mismo momento que un bebé no prematuro.

Aunque cada bebé tenga un desarrollo diferente y, normalmente, no haya ningún problema, es importante una continua observación y, si es necesario, acudir a un especialista.

Beneficios del gateo

El gateo lo podemos definir como aquella posición en la que el bebé está en posición cuadrúpeda, es decir, con las dos manos y las dos rodillas en el suelo y se desplaza por el espacio. A continuación, te contamos algunos de los beneficios del gateo en el bebé:

  • Favorece su autonomía: un bebé que gatea es un bebé que se puede mover libremente por el espacio y que puede explorar por sí mismo.
  • Incentiva el desarrollo de la musculatura: manteniéndose en la posición de gateo se fortalecen todos los músculos del cuerpo.
  • Ayuda a conocer su propio cuerpo y sus posibilidades: el bebé, una vez está gateando, sabe que, si quiere, puede desplazarse para alcanzar un objeto que está al otro lado del comedor o en la habitación.
  • Favorece la motricidad del cuerpo y la coordinación: el gateo cada vez estará más perfeccionado y la coordinación entre los brazos, las piernas, la cabeza y la vista será mayor.
  • Estimula la coordinación óculo manual: cuando el bebé, mientras se desplaza gateando, se encuentra objetos en el suelo y los coge, está desarrollando la coordinación óculo manual. Además, se establecen conexiones neuronales para llevar a cabo una secuencia: lo veo, lo quiero, me desplazo y lo cojo.
  • Prepara para andar: cuando un bebé ya ha perfeccionado el gateo, normalmente, empieza a sujetarse de superficies bajas para desplazarse de pie, subir escaleras, tarimas o rampas. En este artículo, mi bebé tiene 15 meses y no camina, te explicamos todo lo que necesitas saber.
  • Promueve la organización espaciotemporal: el bebé, gateando, es capaz de hacer una estructuración mental de los espacios como, por ejemplo, la de su casa.
  • Regula el equilibrio: con el gateo se desarrolla el aparato vestibular y, por lo tanto, el equilibrio del bebé.
  • Fomenta la propiocepción: con el gateo, el bebé toma la posición de su cuerpo en relación al espacio.
  • Ayuda a establecer la lateralidad: en el gateo se va alternando la posición de la pierna izquierda y derecha, con la mano izquierda y derecha, así que ayuda a trabajar los dos hemisferios del cerebro.

Cuándo preocuparse si mi bebé no gatea

Es muy común que las familias sienten o pongan de pie a un bebé antes de tiempo. Lo que pasa en estos casos es que el bebé ya ha descubierto posiciones a las que tenía que llegar después del gateo y por sí solo, ¿entonces, para que quiere gatear si ya sabe que sentado o de pie se está bien? Muchos de los casos de que un bebé no gatee son por haber anticipado posiciones a las que no ha llegado por sí solo, es decir, cuando se han adelantado fases evolutivas.

Otra opción para que un bebé no gatee puede ser una posible alteración en el desarrollo. A continuación, te ofrecemos una lista de indicadores para identificar algún tipo alteración en su desarrollo y por el que puede no gatear:

Signos de alarma: bebé de 6 meses

A los 6 meses, aproximadamente, los bebés empiezan a gatear, aun así, es muy relativo. Los indicadores que pueden alertarnos en bebés de 6 meses son:

  • No se mueve por el espacio.
  • No muestra interés por su alrededor.
  • No intenta coger objetos.
  • No intenta llevarse objetos a la boca.
  • No quiere o intenta desplazarse.
  • No se muestra expresivo, no se ríe, no llora.
  • No hace sonidos o balbucea.
  • No reacciona a los sonidos de alrededor.
  • Boca arriba no se da la vuelta.
  • No tiene fuerza en sus músculos.

Signos de alarma: bebé de 9 meses

Si tu bebé de 8, 9 o 10 meses no gatea, aún rapta y no presenta ninguno de los indicadores que te mostramos a continuación, puede ser que aún no esté preparado para gatear o que sea un bebé de desarrollo lento:

  • No intenta sentarse.
  • No se sostiene con las piernas mediante apoyo.
  • No hay balbuceo.
  • No mira su alrededor.
  • No reconoce a las personas cercanas: mamá, papá, abuela, abuelo, hermanos, etc.
  • Se muestra aislado.
  • No muestra sus emociones.
  • No reacciona a canciones, cuentos o juegos de falda.
  • No se gira si le llaman por su nombre.

Signos de alarma: bebé de 1 año

Si tu bebé de 1 año se arrastra pero no gatea, puede ser que aún tenga que perfeccionar su técnica para empezar a gatear. Puedes observar si presenta alguno de los indicadores que encontrarás a continuación:

  • No se mueve por el espacio o no hace el intento.
  • Se muestra rígido o por el contrario no tiene fuerza en los músculos.
  • No usa palabras para comunicarse: agua, pan, mama, papa, etc.
  • No señala.
  • No permanece de pie con ayuda.

Signos de alarma: bebé de 18 meses

Los bebés de 18 meses, es decir, 1 año y medio, suelen haber empezado a andar. A continuación, encontrarás los indicadores de un desarrollo alterado en bebés de 18 meses:

  • No muestra interés o importancia si, de repente, mamá y papá desaparecen de su campo de visión.
  • No imita lo que hacen las demás personas.
  • No realiza una acción previamente explicada: ir a tirar el pañal, encender la luz, coger un cuento, etc.
  • hay una ausencia de juego imaginativo.
  • No se mantiene de pie ni desplaza sostenido de un mueble bajo.
  • Gesticula en vez de balbucear o intentar comunicarse verbalmente.
  • Pierde habilidades ya adquiridas.

Si un bebé, de la edad que hemos explicado anteriormente, no presenta ninguno de estos indicadores y no gatea, puede que no haya ningún problema, simplemente podemos estar ante un bebé de desarrollo lento. Un bebé de desarrollo lento, sin tener ningún tipo de trastorno, necesita un poco más de tiempo y de práctica para conseguir andar o caminar.

Estimular el gateo: ¿es necesario?

Realmente, ¿corre prisa que un bebé gatee?, ¿hay que estimular y realizar ejercicios para que gatee antes de que esté preparado?, ¿existen juguetes para que empiecen a gatear? la respuesta es que no. En condiciones normales, un bebé va a gatear o empezar a andar cuando esté preparado para hacerlo. Si el bebé no tiene interés en gatear es que aún no es el momento o, como hemos explicado anteriormente, por qué se han anticipado posiciones a las que tenía que llegar posteriormente al gateo.

Es recomendable tener en cuenta que el objetivo no es que un bebé empiece a gatear, si no que el infante se enriquezca del proceso y de la experiencia de poder llegar a realizar esa acción por sí solo.

A continuación, te explicamos qué pasa si forzamos o estimulamos a que un bebé gatee:

  • Nos saltamos etapas de su desarrollo.
  • No estamos respetando el ritmo madurativo del bebé.
  • No se confía en sus capacidades.
  • No se permite que explore con su cuerpo.
  • Puede sentir frustración si lo colocamos en una posición que no quiere.

Qué hacer si mi bebé no quiere gatear

Entonces, si no hace falta estimular, quizás te preguntes ¿qué puedo hacer si mi bebé no quiere gatear?:

  • No es una acción que se pueda enseñar: a un bebé no hace falta enseñarle a gatear, igual que no hace falta enseñarle a andar, de hecho, por mucho que se le intente enseñar a gatear o a andar, hasta que el bebé no se vea preparado, no lo hará. Es recomendable evitar comentarios negativos o comparaciones como, por ejemplo, "María ya pronto empieza a andar y tú aún no gateas".
  • Preparar el espacio: es recomendable preparar un espacio acogedor, seguro, agradable y en el que el bebé pueda estar a gusto. Como es obvio, en el espacio habrá juguetes del bebé y, si le apetece, se puede desplazar para cogerlos.
  • Confiar plenamente en sus posibilidades: es recomendable acompañar y brindar confianza en el proceso del aprendizaje. El bebé tiene que sentirse plenamente seguro de sus capacidades y de que puede conseguir gatear por sí solo.
  • Respetar sus necesidades e intereses: si aún no muestra interés por gatear y, por ejemplo, aún se entretiene arrastrándose por el suelo, permitir disfrutar al bebé de ese momento, lo otro, ya llegará.
  • Respetar las etapas del desarrollo: los movimientos y posiciones que realiza un bebé van acordes con distintas etapas del desarrollo. Es recomendable informarse y ser conscientes del momento evolutivo en el que se encuentra el bebé.
  • Permitir que explore su propio cuerpo: mentalizarse de que hay mucho más allá de llegar a gatear, permitir que el bebé disfrute de todo el proceso de aprendizaje y de exploración con su propio cuerpo.
  • Evitar limitar su movimiento: evitaremos las hamaquitas, las maxicosis o todos aquellos objetos que limiten el movimiento libre del bebé.

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Consejos
  • No es necesario tener prisa para que un bebé empiece a gatear, es totalmente recomendable dejar fluir, en general, todos los procesos de la primera infancia.
  • Por otra parte, es recomendable no comparar a un bebé con otro, no forzar y no colocar al bebé en posiciones a las que no podría llegar por sí solo.
  • Por último, el infante debe poder ser el dueño de su propio cuerpo y totalmente consciente de los cambios que experimenta, solo va a ser un bebé una vez a la vida.
Bibliografía
  • López, S. (2012). La importancia del Gateo. Psicoactua,(30), 2-1.
  • Pikler, E. (1984). Moverse en libertad: desarrollo de la motricidad global (Vol. 92). Narcea Ediciones.