Cómo saber si mi bebé ha perdido el reflejo de extrusión

En muchas ocasiones habremos visto o escuchado que cuando los bebés empiezan con la alimentación complementaria, es decir, a comer los purés de verduras y las papillas de frutas “hacen muchos ascos” y sacan la comida y la cuchara hacia fuera con la lengua. En la mayoría de las ocasiones, esto es debido a que los niños aún no han perdido el reflejo de extrusión de la lengua. Este reflejo es la arcada que hacen los bebés ante un elemento desconocido entrando en la boca.

Como cualquier reflejo, se trata de algo involuntario y automático, es un mecanismo de defensa frente a los atragantamientos innato en el bebé y fundamental para su supervivencia. Ellos nacen preparados para mamar o succionar leche y, todo aquello que entre en su boca que no sea de la misma textura, será expulsado hacia fuera. Posteriormente, el reflejo de extrusión pasará a ser una acción voluntaria y controlada.

Reflejo de extrusión y chupete

También podemos observarlo a la hora de darles un chupete. Muchos niños lo rechazan desde el primer momento y es por este motivo, solo aceptan el pezón de su madre o la tetina del biberón que les alimenta. En este artículo puedes ver las causas por las que un bebé no quiere el chupete y qué hacer al respecto.

A medida que los bebés van desarrollándose, el reflejo de extrusión de la lengua va desapareciendo. Normalmente entre los 4 y los 6 meses de edad todos los niños van perdiéndolo, pero hay casos en los que tarda un poco más.

Pero, ¿debo preocuparme si mi bebé de 7 meses tiene aún el reflejo de extrusión? No hay que preocuparse, puesto que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Es por ello que, si nos anticipamos y comenzamos a darle papillas y purés antes de perder el reflejo de extrusión, caeremos en el error de pensar que a nuestro bebé no le gusta la comida. Muchos padres desconocen este factor y les lleva a una gran preocupación y frustración. Florece en ellos una serie de sentimientos negativos porque piensan que su hijo no quiere comer y empieza así toda una odisea con la comida. Encontrarás más información sobre este tema en el artículo: Qué hacer cuando un niño no quiere comer sólido.

Además, puede crear una mala relación con los alimentos por parte del bebé, ya que, si insistimos mucho, el momento de alimentarse se convertirá en una sensación negativa para él y, esto, es lo último que queremos. Debemos respetar sus ritmos de desarrollo, ellos solos nos marcarán el camino y nos mostrarán cuando están listos.

Qué significa reflejo de extrusión

Como podemos ver, el reflejo de extrusión nos indica que no está preparado fisiológicamente para comer algo que no sea leche y no tiene nada que ver con que le guste la comida o no. Ahora bien, ¿cómo podemos saber si nuestro bebé aún conserva dicho reflejo? Sigue leyendo para descubrirlo.

¿Cómo saber si mi bebé pierde el reflejo de extrusión? Para saber si el bebé ha perdido el reflejo de extrusión, nos basta con meter una cucharilla pequeña (de postre) en su boca. Si la empuja hacia fuera, aún conserva este reflejo. Si esto ocurre, lo mejor es que dejemos la introducción de alimentos para un poquito más adelante y volvamos a probar en unos días para comprobar si ha desaparecido.

Son muchos los profesionales sanitarios que insisten en empezar a complementar la leche con otros tipos de alimentos antes de los 6 meses sin comprobar si los bebés han perdido el reflejo de extrusión y sin tener en cuenta el resto de requisitos recomendados por la OMS. Normalmente, en las revisiones sacan una fotocopia desactualizada con los alimentos que hay que introducir, el orden y la cantidad exacta que deben comer. Es una práctica habitual que se ha hecho durante años, pero las últimas evidencias y los últimos estudios nos muestran que hay que esperar mínimo 6 meses para comenzar con la alimentación complementaria, ya sea en forma de alimentos triturados o mediante el método Baby Led Weaning,

Los bebés hasta el año son lactantes, es decir, la leche es su principal alimento y no debemos tener prisa por introducirles otros cosas si no están preparados aún. Cada niño es diferente y, por lo tanto, sus necesidades también lo son. Y lo más importante de todo, no debemos precipitarnos ya que ¡tienen toda una vida para comer!

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