Cómo desarrollar la escucha activa en los niños

Si desde el inicio de la vida establecemos unos buenos patrones de comunicación, los niños y niñas desarrollarán una personalidad segura de sí misma, ya que se sentirán comprendidos y verbalizarán de forma abierta sus intereses y sus necesidades en ese momento y en el futuro. Los niños y las niñas aprenden con el ejemplo, por lo que la mejor forma para que aprendan la escucha activa es practicarla con ellos. A continuación, vamos a ver cómo practicar la escucha activa con los niños para ayudarles a desarrollar esta habilidad.

¿Cómo desarrollar la habilidad de la escucha activa en los niños? Es esencial que los niños y niñas aprendan a no interrumpir a los demás cuando están hablando y cuando nos quieren contar algo, igual que el resto de personas no deben interrumpirles a ellos.

Para trabajar este aspecto, un buen recurso educativo son los juegos de mesa adaptados a la edad de cada uno. A través de ellos, aprenderán a esperar su turno.

El tiempo de atención de cada persona es muy variable y, lo habitual es que, a medida que avanza la conversación, la atención empiece a dispersarse. Por ello, es muy importante evitar otro tipo de estímulos que puedan distraer a los niños y niñas cuando les vamos a contar algo importante, además de cambiar las entonaciones de nuestras palabras y hacer pequeñas pausas con preguntas para asegurarnos de que están escuchándonos.

Debemos escuchar a los niños y niñas de una forma empática, es decir, poniéndonos en su lugar y tratando de comprender lo que nos están diciendo, independientemente de la opinión previa que tengamos nosotros sobre ello.

Otra idea para ayudar a los niños a mejorar la comunicación y desarrollar la escucha activa son los juegos cooperativos.

Hoy en día, está muy extendido el uso de móviles y pantallas que actúan como un obstáculo en la comunicación, ya que estamos tan centrados en lo que vemos que muchas veces hablamos sin apartar la vista de ellas.

Es muy importante escuchar a las personas de forma global y no solo con los oídos. Mirar a los ojos a los niños y niñas cuando les hablamos o cuando nos hablan, les dará a entender que realmente estamos prestando atención a lo que nos quieren decir.

Relacionado directamente con el punto anterior, es muy importante colocarnos a la altura del niño o niña para hablar, ya que así se sentirán más escuchados y respetados. Además de mirarles a los ojos, también puedes establecer un contacto físico como sujetarles la mano o acariciarles el hombro. Con el ejemplo, estamos transmitiendo a los niños y niñas cómo practicar la escucha activa.

Es casi tan importante como lo son las palabras. Gesticular, asentir con la cabeza, sonreír mucho mientras nos hablan, etc. Son pequeñas acciones que complementan la conversación y dan a entender al interlocutor que realmente le estamos escuchando y prestando atención.

Al igual que es esencial utilizar el lenguaje no verbal, es fundamental tener en cuenta las expresiones y los gestos que hacen los niños y niñas cuando nos dirigimos a ellos. Mediante él podemos darnos cuenta de si les gusta lo que les decimos, si se aburren, si se están cansando o si quieren seguir con la conversación, ayudándonos a respetar y a comprender sus deseos y sus necesidades.

Debemos evitar las expresiones como “no te preocupes”, “pareces un bebé” o “eso no es nada”. Si los niños y niñas nos cuentan algo o muestran preocupación por algo en concreto es porque realmente lo sienten así y no debemos quitarle importancia.

En este sentido es sumamente importante mostrar empatía y ponernos en su lugar. Su percepción del mundo es totalmente diferente a la que tenemos nosotros y, por lo tanto, sus ideas, preocupaciones y acciones pueden chocar con las nuestras. Como personas adultas debemos tratar de comprender todo lo que nos dicen.

En el sigueinte artículo, encontrarás Actividades y juegos para trabajar la empatía en niños.

La retroalimentación en una conversación le indica a nuestro interlocutor que estamos prestando atención a lo que dice y, lo que es más importante aún, que estamos comprendiendo su mensaje. Realizar alguna pregunta, asentir verbalmente o parafrasear algunas cosas de las que dice, será suficiente.

Debemos dejar a los niños y niñas que expongan su problema con tranquilidad y que expliquen las cosas durante el tiempo que necesiten. Evitaremos dar soluciones a sus problemas antes de que acaben y evitaremos expresiones como “ya lo sabía” o “te lo dije” de forma despectiva.

Por útlimo, si lo que queremos es ayudar a desarrollar la escucha activa en los niños, es importante poner nombre a sus sentimientos y ayudarles a que los puedan expresar libremente. Los niños y niñas están aprendiendo a gestionar sus emociones y, si les cohibimos a la hora de hacerlo, les puede crear un problema de conducta futuro.

Aunque a ojos de los adultos algunas reacciones nos parezcan desmesuradas, son totalmente normales y deben ser respetadas. En el sigueinte artículo, puedes ver Cómo trabajar las emociones en los niños y las niñas.

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